Escaso debate y menos incidentes
La distensi¨®n pol¨ªtica y el tono plano de los discursos han marcado la campa?a - El debate municipal y foral ha quedado oscurecido por la pelea nacional
La distensi¨®n pol¨ªtica y el creciente alejamiento de esta ¨²ltima por parte de los ciudadanos han modelado, junto a unos discursos planos, la campa?a electoral m¨¢s fr¨ªa y menos medi¨¢tica de los ¨²ltimos a?os en Euskadi. Quiz¨¢ tambi¨¦n porque se inserta entre las auton¨®micas de 2009 y las generales del pr¨®ximo a?o, lo cierto es que los candidatos a encabezar los Ayuntamientos y las Diputaciones han permanecido en un segundo plano, oscurecidos en buena medida por los l¨ªderes de sus respectivos partidos y, sobre todo, por la pugna nacional entre scoialistas y populares con la crisis y el paro como puntos nucleares del debate. Ni siquiera los m¨ªtines de mejor cartel han llenado los auditorios esta vez, si bien la ausencia de incidentes ha resultado la nota m¨¢s positiva.
El PNV celebra que no ha soportado la presi¨®n 'abertzale' de otras ocasiones
Interior solo ha sumado cuatro incidentes en las dos ¨²ltimas semanas
Reivindicaciones como las del Movimiento 15M y su demanda de una "democracia real" han encendido la luz de alarma en el seno de las principales formaciones pol¨ªticas, que no ocultan su miedo a que ma?ana se registre una elevada abstenci¨®n como s¨ªmbolo del hartazgo ciudadano. No es para menos. Ni siquiera Bildu, pese a la pol¨¦mica suscitada en torno a su legalizaci¨®n y a la "campa?a gratis" que el resto de partidos consideran que le han hecho, fue capaz de llenar el BEC en su acto central el pasado s¨¢bado. S¨ª lo consigui¨® en un front¨®n de Barakaldo un valor seguro como el expresidente del Gobierno Felipe Gonz¨¢lez, en lo que fue el plato fuerte del PSOE en Euskadi, si bien con menos tir¨®n que en ocasiones precedentes.
El recurso cada vez mayor a las televisiones y las nuevas tecnolog¨ªas ha diversificado el programa de los partidos, pero ha repercutido en una merma de la campa?a de tintes tradicionales, planificada en exclusiva de mitin en mitin. Como resultado, las apuestas de las distintas formaciones est¨¢n al alcance de todos los ciudadanos y disponibles en cualquier momento a trav¨¦s de Internet, pero apenas llegan a una m¨ªnima parte de la poblaci¨®n, que es la que se muestra interesada en ellas. El esfuerzo por trasladar el mensaje de forma presencial se ha visto reducido, pese a los numerosos actos, y no ha despertado tanto inter¨¦s como anta?o.
Tampoco esta vez se ha reproducido la batalla dial¨¦ctica que en anteriores ocasiones ha servido de gancho para caldear la campa?a. Los m¨ªtines se han centrado en principios m¨¢s que en propuestas concretas y, en el marco de la crisis econ¨®mica, han estrechado las distancias entre los partidos con discursos planos que apenas han marcado diferencias significativas. Un hecho al que tambi¨¦n ha contribuido que las distintas formaciones hayan recurrido como estrategia al descr¨¦dito del otro m¨¢s que a la difusi¨®n del propio programa. La pol¨ªtica general, adem¨¢s, ha sido la que se ha impuesto, pese al ¨¢mbito municipal y foral de los comicios.
En el lado opuesto de la balanza, el positivo, se sit¨²a "el clima de normalidad" que los principales partidos confiesan que ha protagonizado la presente campa?a, tras m¨¢s de tres d¨¦cadas de tensi¨®n en las que amenazas, agresiones y hasta atentados por parte de ETA han marcado las sucesivas convocatorias electorales. La legalizaci¨®n de Bildu, en este sentido, despej¨® la incertidumbre en torno a su presencia en las urnas y a los movimientos de contestaci¨®n que su exclusi¨®n podr¨ªa haber provocado en forma de kale borroka.
En el PNV celebran que no han tenido que soportar en sus m¨ªtines la intimidaci¨®n abertzale de otras ocasiones, mientras en el PSE aseguran que han recibido incluso el afecto personal de militantes de Bildu durante su tradicional reparto de rosas por la calle. El PP vincula la calma a una estrategia expresa de los responsables de la coalici¨®n. Un escenario dif¨ªcil de imaginar hace tan solo dos a?os, durante la contienda electoral auton¨®mica, la ¨²ltima celebrada en Euskadi. Solo sombras aisladas se han cernido sobre la actual campa?a, como las pintadas amenazantes aparecidas en algunos de los carteles peneuvistas y populares, o algunas ofensas verbales.
Interior solo ha contabilizado cuatro incidencias durante las dos ¨²ltimas semanas, muy lejos de las 52 registradas en las municipales de 2007 o de las 28 de las auton¨®micas de 2009. Sobre la Ertzaintza ha pesado, sin embargo, la principal incertidumbre de cara a la jornada electoral de ma?ana, dado que la mayor¨ªa sindical hab¨ªa instado a que los agentes cogieran la baja ante la m¨¢s m¨ªnima afecci¨®n a su salud, lo que podr¨ªa redundar en un a merma de la vigilancia en los colegios electorales. Una medida que se enmarcaba en la campa?a de presi¨®n al consejero de Interior, Rodolfo Ares, para que negocie un nuevo convenio y que las propias centrales han descartado finalmente para garantizar una seguridad a la que ya se hab¨ªa comprometido el departamento.
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