Reflexi¨®n entre demoliciones
El terremoto deja los comicios de Lorca en segundo plano
La jornada de reflexi¨®n no ha frenado los trabajos de reconstrucci¨®n de Lorca. Aunque ayer, v¨ªspera de las elecciones municipales y auton¨®micas, de lo que se trataba m¨¢s bien era de demoler los edificios m¨¢s da?ados. Dos inmuebles de viviendas del barrio de La Vi?a, el m¨¢s perjudicado por el temblor, fueron derribados a lo largo de la ma?ana. Decenas de vecinos se agolparon ante ellos para comprobar c¨®mo enormes gr¨²as cizalladoras destrozaban miles de euros en letras, pagados con el esfuerzo de a?os. El voto para la mayor¨ªa de ellos es algo secundario, y los candidatos lo saben.
En lo que piensa Mar¨ªa, de 23 a?os, es en su abuela de 90, con la que viv¨ªa hasta que el temblor las ech¨® de su piso del n¨²mero 51 de la carretera de Granada sin que, desde entonces, hayan podido recuperar nada. Esta joven, empleada de una cl¨ªnica dental a la que tampoco ha podido volver a trabajar tras el se¨ªsmo, ha sido acogida junto a la anciana y sus padres en una casa de campo que le ha cedido su novio. Mientras observa c¨®mo la enorme pinza mec¨¢nica deja al descubierto los cuadros y percheros de su sal¨®n, todav¨ªa con los abrigos colgados, se queja de que no les hayan dejado subir antes del derribo a recoger cosas. "Mi abuela, tan mayor, est¨¢ desubicada". Su casa, de 100 metros cuadrados y valorada en 150.000 euros, ha quedado reducida a polvo. Ni se acuerda de que hoy hay que ir votar.
Tampoco F¨¦lix Hern¨¢ndez, un trabajador de la construcci¨®n cuya vivienda de alquiler, en la calle Benem¨¦rita, tambi¨¦n est¨¢ siendo derribada. Junto a la propietaria del inmueble, Mar¨ªa Teresa Peregr¨ª, que lo ha acogido en su casa tras la cat¨¢strofe, recorre las vallas que impiden el acceso a la obra preguntando a cada operario d¨®nde piensan descargar los escombros. "En la casa ten¨ªamos una colecci¨®n de libros muy valiosa de m¨¢s de 100 a?os", cuenta Mar¨ªa Teresa, auxiliar de cl¨ªnica en el hospital Rafael M¨¦ndez.
De todo lo que tuvo que dejar en su vivienda Mar¨ªa Jos¨¦ Pe?as, lo que m¨¢s desear¨ªa recuperar son sus fotos familiares. Y su vestido de novia. Viv¨ªa all¨ª junto a su esposo, Crist¨®bal Ortega, y su hija desde 1979, pero ahora se han tenido que refugiar en la casa de sus consuegros, en ?guilas. "Acab¨¢bamos de hacer una reforma y todav¨ªa la estamos pagando", relata. Su marido no sabe si tendr¨¢ tiempo para votar, pero reconoce el trabajo de las Administraciones. "Los pol¨ªticos se est¨¢n comportando de manera exquisita con Lorca", dice. "Y eso", concluye, "tenemos que reconoc¨¦rselo".
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