Hamilton saca lo mejor de Vettel
El alem¨¢n gana el Gran Premio de Espa?a, su cuarta victoria en cinco carreras, tras defenderse de los ataques del brit¨¢nico, segundo - Alonso, l¨ªder durante 20 vueltas, termina quinto y doblado
Un fogonazo de genio de Fernando Alonso provoc¨® que la mayor parte de las gradas del circuito de Montmel¨® entraran en trance nada m¨¢s comenzar el Gran Premio de Espa?a de f¨®rmula 1, una carrera que deb¨ªa suponer la resurrecci¨®n de Ferrari y que, sin embargo, hizo que la escuder¨ªa de Maranello tocara fondo mientras Red Bull y sobre todo McLaren emprend¨ªan el camino a M¨®naco con la moral por las nubes. El estupendo arranque del espa?ol solo sirvi¨® para abochornar un poco m¨¢s a sus ingenieros, que asistieron impotentes al derrumbe del 150? Italia, que fue engullido tanto por los b¨®lidos de las bebidas energ¨¦ticas como por los plateados sin que Alonso pudiera hacer nada para impedirlo. La inercia que lleva Ferrari es diametralmente opuesta a la de Red Bull, una estructura que sigue de fiesta desde que Sebastian Vettel se convirti¨® en el campe¨®n del mundo m¨¢s joven de la historia en la ¨²ltima cita del pasado ejercicio.
El RB7 es una mina que permite al alem¨¢n lucirse en cualquier registro
La caravana no se disip¨® hasta que el campe¨®n se hart¨® de circular tras el Ferrari
El RB7 es una mina que le permite a Vettel lucirse en cualquier registro, bien sea al ataque o a la contra, sin que la identidad del rival importe demasiado. Esta vez fue Lewis Hamilton el encargado de sacar lo mejor del alem¨¢n, que soport¨® sus achuchones durante 44 vueltas y se defendi¨® de perlas hasta que cruz¨® la meta y lo celebr¨® como lo habr¨ªa hecho Pedro Picapiedra, al grito de "?yabadabadu!".
A solo seis d¨¦cimas de segundo entr¨® Hamilton y medio minuto m¨¢s tarde lo hizo Jenson Button, que enderez¨® una jornada que se le hab¨ªa puesto del rev¨¦s por culpa de una salida calamitosa. Se trata de la cuarta victoria de Baby Schumi en cinco grandes premios, un bagaje que le coloca en una situaci¨®n privilegiada para revalidar el t¨ªtulo mundial, a menos que el guion de esta pel¨ªcula d¨¦ un giro de 180 grados.
Colocado el segundo en la parrilla, flanqueando a Mark Webber (termin¨® cuarto), Vettel enfil¨® a su compa?ero por el exterior, aunque eso le hizo descuidar el interior. Ah¨ª se col¨® Alonso, que se gan¨® la trazada limpia y abord¨® la salida en cabeza. Detr¨¢s de ¨¦l se form¨® una caravana integrada por Vettel, Webber y Hamilton, que no se disip¨® hasta que el campe¨®n se hart¨® de circular con el aler¨®n trasero del Ferrari en los morros y enfil¨® el carril de los talleres por segunda vez en la 18? vuelta. Nada m¨¢s reincorporarse, el de Heppenheim, desbocado, dio un giro a todo lo que dio su b¨®lido y super¨® en los talleres a Alonso, adelantado tambi¨¦n por Hamilton cuando el brit¨¢nico puso el tercer juego de gomas (23? vuelta).
Hace un par de carreras, el Red Bull habr¨ªa ido cogiendo aire con el paso de las vueltas de forma irremediable. Pero en McLaren se han puesto las pilas, como ya ven¨ªan anunciando, de modo que el MP4-26 comienza a ser una amenaza para Adrian Newey y su equipo, m¨¢s a¨²n si quien lo maneja es el piloto de Tewin. Su descaro le convierte en uno de los activos m¨¢s importantes de un certamen que se ha revitalizado con la entrada en vigor de las nuevas normas introducidas por la Federaci¨®n Internacional del Autom¨®vil (FIA), especialmente dos: el aler¨®n trasero m¨®vil y el cambio de suministrador de neum¨¢ticos. Con sus compuestos, Pirelli est¨¢ influyendo de forma directa en el devenir de las carreras, convertidas en un delicioso correcalles, con adelantamientos y paradas a mansalva (78), una suerte para corredores como Hamilton, que no se lo piensa a la hora de echarse encima de nadie. Esta vez, sin embargo, con Vettel le fue imposible.
McLaren se ha venido arriba, pero todav¨ªa no est¨¢ a la altura de Red Bull. Uno de los puntos fuertes del RB7 es la carga aerodin¨¢mica que esconde, un par¨¢metro b¨¢sico en un circuito como el barcelon¨¦s, con varias curvas enlazadas que ponen a prueba la estabilidad de los prototipos. Amparado en el agarre de su coche, Vettel se protegi¨® atacando, circulando por el ¨²ltimo tramo a toda casta?a y desactivando cualquier intento de asalto del brit¨¢nico, que no pudo sacar partido del aler¨®n trasero. El campe¨®n de 2008 corri¨® como un tigre enjaulado, se subi¨® por los pianos e incluso fue advertido por radio para que se tranquilizara.
En otras circunstancias, Hamilton habr¨ªa terminado asqueado, maldiciendo su impotencia, pero esta vez acab¨® encantado, consciente como es del salto de calidad que ha dado el monoplaza que conduce. Para poder confirmarlo solo hay que esperar hasta el domingo que viene, cuando las calles de Montecarlo vuelvan a poner a cada uno en su sitio.
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