El forense halla quemaduras por lej¨ªa en seis fallecidos en la residencia de Olot
Las pruebas contradicen a Joan Vila, que confes¨® el uso de productos t¨®xicos en tres de sus 11 v¨ªctimas - Una de las ancianas "luch¨®" con el celador
Joan Vila, el celador de la residencia La Caritat de Olot que acab¨® con la vida de 11 ancianos, no dijo toda la verdad sobre sus cr¨ªmenes. En seis de los cad¨¢veres se han encontrado lesiones compatibles con la ingesta de productos c¨¢usticos -lej¨ªa u otros productos t¨®xicos de limpieza- , seg¨²n el forense que ha analizado los cuerpos. Son tres m¨¢s de los que reconoci¨® Vila, que afirm¨® ante el juez que hab¨ªa matado a seis ancianos por sobredosis de psicof¨¢rmacos, a dos suministr¨¢ndoles insulina y a tres con productos t¨®xicos como lej¨ªa. Aunque en la mayor¨ªa de los casos el forense no ha podido atribuir las muertes a una sola causa, ayer explic¨® ante el juez que la ingesta de productos t¨®xicos produce un "gran sufrimiento".
El cad¨¢ver de Sabina Masllorens, una de las tres ancianas cuyo asesinato Vila reconoci¨® primero, presentaba quemaduras en el labio y en el ment¨®n, seg¨²n el forense, adem¨¢s de altas dosis de f¨¢rmacos. Las conclusiones del forense contradicen la versi¨®n de la doctora del centro, que afirm¨® en su declaraci¨®n judicial que "no hab¨ªa quemaduras" en el cuerpo de la anciana cuando hizo las comprobaciones previas a la certificaci¨®n del fallecimiento. La m¨¦dico calific¨® la muerte de Masllorens como natural.
En el caso de Joan Canal, el forense ha encontrado "evidencias" de que el anciano ingiri¨® productos t¨®xicos antes de morir. Zonas negras alrededor de la boca, restos de la acci¨®n de ¨¢cidos y quemaduras en la lengua as¨ª lo sugieren. En este caso, la doctora tampoco vio nada raro y crey¨® que la muerte se deb¨ªa a un fallo multiorg¨¢nico derivado de la enfermedad pulmonar que padec¨ªa.
A pesar de que varios de los ancianos asesinados por Vila presentaban quemaduras externas, y algunos murieron de forma repentina, sin que su muerte fuera previsible a corto plazo, ni los trabajadores de la residencia ni los m¨¦dicos del hospital de Olot -adonde fueron derivados en alg¨²n caso- sospecharon nada hasta el ingreso de Paquita Giron¨¨s. El m¨¦dico de guardia observ¨® unas quemaduras en la boca de la anciana y, al hablar con responsables de la residencia y enterarse de que la mujer estaba totalmente incapacitada, encendi¨® todas las alarmas. Una de las facultativas que vio su cuerpo destac¨® ante el juez que las quemaduras en el pecho que sufri¨® Giron¨¨s, causadas al haber escupido el producto t¨®xico, y un golpe en la mejilla evidenciaban "la lucha" de la anciana por evitar su envenenamiento.
Antes de matar a Montserrat Guillamet -Vila la oblig¨® a beber lej¨ªa-, el celador la coloc¨® en la cama en forma de uve. As¨ª se la encontr¨® una enfermera, que se sorprendi¨® de la posici¨®n porque Guillamet hab¨ªa vomitado y el protocolo aconseja colocar al paciente de lado o incorporarlo. El fallecimiento fue muy r¨¢pido y a la misma enfermera no le pareci¨® normal, pero a pesar de ello nadie sospech¨®. Guillamet muri¨® en el hospital de Olot y al d¨ªa siguiente la doctora de La Caritat certific¨® la muerte en la funeraria sin hacer comprobaciones.
El forense justific¨® que las certificaciones de las muertes se hicieran con someros an¨¢lisis de los cad¨¢veres y de los historiales m¨¦dicos de los pacientes. "Si se realizase un examen exhaustivo de cada muerto, se colapsar¨ªan los servicios de urgencias", declar¨®. El relato del forense y el del psiquiatra que le atendi¨® en la c¨¢rcel de Can Brians contradicen la versi¨®n de Vila, quien "era consciente de que el c¨¢ustico provoca malestar y dolor", declar¨® el psiquiatra. La versi¨®n del celador de que mataba a los ancianos para aliviar su sufrimiento no cuadra, seg¨²n este facultativo. El m¨¦dico explic¨®, adem¨¢s, que cada vez que se pregunta al celador por esta contradicci¨®n "no lo sabe encajar y no sabe qu¨¦ decir".
Falso ¨¢ngel de la muerte
Obsesivo, meticuloso y controlador, Joan Vila se medica con ansiol¨ªticos y antidepresivos desde hace a?os. Sin embargo, el psiquiatra que lo ha analizado en la c¨¢rcel afirma que el celador era consciente de lo que hac¨ªa y no padece trastornos graves. Vila ha dicho en varias ocasiones que acab¨® con la vida de los ancianos porque "les quer¨ªa" y no deseaba verles sufrir, pero el psiquiatra desmonta esta versi¨®n del ¨¢ngel de la muerte.
Vila sab¨ªa que provocaba sufrimiento, al menos en los ancianos a los que mat¨® haci¨¦ndoles ingerir productos de limpieza, y no trat¨® de atenuar el dolor. Seg¨²n el psiquiatra, la din¨¢mica del asesinato en la que entr¨® Vila era quiz¨¢s una forma "de buscar sentido a su vida" con la sensaci¨®n de ser due?o y se?or de la vida de los ancianos.
El asesinato le provocaba un sentimiento de bienestar por la generaci¨®n de endorfinas, pero cada vez necesitaba m¨¢s para sentirse bien, lo que explicar¨ªa por qu¨¦ a los ¨²ltimos ancianos los mat¨® en un periodo mucho m¨¢s corto que a los anteriores. La percepci¨®n de que sus cr¨ªmenes quedaban impunes tambi¨¦n le hac¨ªa sentir bien. Las contradicciones del celador son "contradicciones humanas" y no se deben a una patolog¨ªa psiqui¨¢trica, concluye el m¨¦dico.
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