Siete radicales libres

Esta vez s¨ª que s¨ª. Circa, espect¨¢culo de la compa?¨ªa canadiense hom¨®nima, apenas tiene desperdicio: es circo puro, deshidratado y a granel, sin envoltorios ni az¨²cares a?adidos. Un espect¨¢culo casi de bolsillo, pero de gran impacto, donde n¨²meros cl¨¢sicos de acrobacia, a¨¦reos y de equilibrios aparecen reinventados con frescura. Yaron Lifschitz, su director, y sus siete espl¨¦ndidos j¨®venes int¨¦rpretes se expresan con vocabulario cl¨¢sico y sintaxis contempor¨¢nea.

Aunque sucede en un escenario a la italiana y tiene momentos de sorprendente intensidad dram¨¢tica, no es circo teatralizado. En cada n¨²mero hay algo puesto del rev¨¦s, de modo que casi todos resultan inquietantes o magn¨¦ticos. Por ejemplo, uno en el que el rubio Lewis West trepa sin manos sobre la espalda a medio erguir de la pelirroja Freyla Edney, pasea sobre sus hombros como si fueran camino trillado y se sube sobre su cabeza con un solo pie, para otear el infinito desde all¨¢ arriba. "?No es la chica la que tendr¨ªa que subirse sobre el chico?", preguntaba una ni?ita a su madre en la fila de atr¨¢s, subrayando la potente transgresi¨®n de estereotipos.

Emma McGovern, calzada con zapatos de aguja rojos, trepa luego y camina por la espalda de Lewis, en otra brillante vuelta de tuerca a los n¨²meros de equilibrios en pareja. Circa engancha: los ejercicios de automodelado radical de Scott Grove, la ins¨®lita reinterpretaci¨®n del faquirismo que hace Darcy Grant, el impactante momento de trapecio sin manos protagonizado por Jesse Scott y Emma Serjeant, el hula hop salvaje de Freyla, saturnal con siete aros rotando al ritmo fren¨¦tico de La Valse a Mille Temps... El ep¨ªlogo coral es pura mec¨¢nica de fluidos. El p¨²blico agradeci¨® en pie la magn¨ªfica velada.