El fot¨®grafo del alma
La Fundaci¨®n Barri¨¦ estrena una muestra retrospectiva de Ricard Terr¨¦, el artista catal¨¢n afincado en Vigo que retrat¨® la Galicia de finales de los cincuenta
Algunos reconocer¨¢n ahora al fot¨®grafo en el espigado y atento regente de un establecimiento de instrumentos musicales y aparatos de sonido a¨²n ubicado en la calle Venezuela de Vigo. Porque la fotograf¨ªa nunca dej¨® de ser la parte oculta de la vida de Ricard Terr¨¦ (Sant Boi de Llobregat, 1928-Vigo, 2009). Una existencia intensa: "primero pintor y caricaturista, despu¨¦s al frente de la tienda, con mil aficiones y siete hijos que criar, mi padre era el catal¨¢n de Vigo", recuerda su hija Laura, quien ha trabajado codo con codo con el comisario Chema Conesa para montar la exposici¨®n Ricard Terr¨¦. Obras Maestras, que se exhibe en la sede viguesa de la Fundaci¨®n Barri¨¦ hasta el pr¨®ximo 30 de octubre.
El proyecto, que va acompa?ado de un programa de actividades did¨¢cticas y de la edici¨®n de un exhaustivo y cuidado cat¨¢logo, constituye la segunda coproducci¨®n entre la Barri¨¦ y la editorial madrile?a La F¨¢brica. "Terr¨¦ hace vida, no cr¨®nica", valora el director de Patrimonio y Cultura de la fundaci¨®n, Enrique Fern¨¢ndez Varela, desde la convicci¨®n de estar saldando una deuda desde Galicia con un fot¨®grafo premiado en PHotoEspa?a 2008 y que, careciendo de voluntad art¨ªstica, siempre logr¨® sondear el alma de las personas e incluso de las cosas. La humanidad y la iron¨ªa se entrecruzan en las series sobre la Semana Santa, los retratos urbanos y la Galicia rural de finales de los cincuenta, su serie menos conocida, en la que se cuelan las fotos que hizo de todo aquello (como imaginer¨ªa religiosa en desuso y cristos y v¨ªrgenes sin cara o con un brazo roto) que se iba encontrando en el ascenso a las decenas de espada?as a las que se encaram¨® cuando la megafon¨ªa empezaba a sustituir el repicar de las campanas.
"Nunca hizo fotos sobre s¨ª mismo, sino que, desde su 1,97 de estatura, recogi¨® sentimientos, fuerzas, luchas y misterios de la gente que estaba a su alrededor", cavila su hija, la mejor conocedora del legado del fot¨®grafo. Conesa sit¨²a el trabajo de Terr¨¦, una forma de mirar a trav¨¦s de elementos m¨ªnimos y claroscuros muy fuertes, entre los fot¨®grafos de su generaci¨®n (como Xavier Miserachs y Ram¨®n Masats, con quienes realiz¨® su primera exposici¨®n en 1957), "que desarrollaron una visi¨®n personal e ¨ªntima que supuso la exploraci¨®n de nuevos caminos y la introducci¨®n de emociones y sugerencias m¨¢s all¨¢ del contenido de las im¨¢genes".
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