El dif¨ªcil reto de la segunda generaci¨®n de inmigrantes
Un estudio recoge la desmotivaci¨®n con la que los j¨®venes afrontan su futuro
Los hijos de los inmigrantes constituyen un reto pol¨ªtico formidable. Conocer qui¨¦nes son, qu¨¦ desean y qu¨¦ posibilidades tienen de lograrlo; y saber con qu¨¦ ayuda familiar cuentan es indispensable para definir qu¨¦ carencias podr¨ªa cubrir la Administraci¨®n.
Aport¨® cierta luz sobre la primera cuesti¨®n un estudio de Alejandro Portes (Universidad de Princeton) y Rosa Aparicio (Comillas) sobre 7.000 j¨®venes de Madrid y Barcelona; nacidos en Espa?a o llegados antes de los 12 a?os; con al menos un padre extranjero (provenientes de 63 pa¨ªses), y que lleven 14 a?os en Espa?a.
El trabajo (http://cort.as/0pbc) concluy¨® que sus expectativas eran muy modestas (solo una minor¨ªa esperaba lograr un t¨ªtulo universitario o un trabajo cualificado); sus aspiraciones volaban m¨¢s alto, pero ve¨ªan un techo que es dif¨ªcil de superar.
Los padres hacen todo lo que pueden para que los hijos mejoren su situaci¨®n
Portes y Aparicio han completado ahora la radiograf¨ªa con una muestra significativa de padres y madres de estos j¨®venes (972 de ellos en Madrid, a los que se refiere este art¨ªculo). Sus conclusiones (http://cort.as/0vja, Fundaci¨®n Jos¨¦ Ortega y Gasset) ilustran hasta qu¨¦ punto el horizonte de la segunda generaci¨®n pende de sus familias.
A la encuesta respondi¨® un cabeza de familia (el 69%, mujer) de 47 a?os de media, con 11 o 12 en Espa?a. Solo cuatro de cada 10 ten¨ªan nacionalidad espa?ola. El 20% de esas familias son monoparentales (la tasa en la OCDE es el 9%).
La educaci¨®n de los padres es clave. Cuatro de cada 10 no super¨® la Secundaria, y el 72% se qued¨® ah¨ª. Seg¨²n los investigadores, ocultan su baja formaci¨®n a los hijos para no minar su autoridad o su capacidad de ejemplo.
Las condiciones socioecon¨®micas tampoco invitan al optimismo. Un 26,6% de los hombres est¨¢ en paro, frente a un 18,5% de las mujeres, que tienen en mucha mayor proporci¨®n trabajos a tiempo parcial. El puesto de ellos suele ser manual, de baja remuneraci¨®n y condiciones precarias (alba?iles, camareros). El de ellas, a¨²n m¨¢s humilde (jornaleras, servicio dom¨¦stico). A modo de ejemplo, dos tercios de ellos (y siete de cada 10 madres) con educaci¨®n universitaria tienen un puesto de nivel medio-bajo. En conjunto, algo m¨¢s del 40% de hogares vive con menos de 1.000 euros al mes. "Poco pueden ofrecerles a sus hijos en medios econ¨®micos y posibilidades de ascenso social".
Respecto al idioma, otro factor fundamental de integraci¨®n, alrededor del 98% dice entenderlo bien, y el 95% hablarlo bien. Esto no se debe solo al predominio de latinoamericanos en la muestra (el 60%). El 77,5% afirma usar el castellano en casa, con la particularidad de que, mientras en los hogares marroqu¨ªes llega casi hasta el 50%, en los rumanos, por ejemplo, no pasa del 20%. En cualquier caso, el estudio destaca los esfuerzos de estas familias por integrarse. Y eso pese a que m¨¢s de un tercio dice haberse sentido alguna vez discriminado.
Los padres hacen todo lo que est¨¢ en su mano para que sus hijos puedan situarse mejor que ellos en el pa¨ªs de acogida, pese a que el entorno familiar no invita a pensar que eso vaya a suceder. Sus expectativas son muy altas (sobre todo en el caso de las madres): tres de cada cuatro quieren que terminen la universidad, aunque menos de la mitad creen que lo lograr¨¢n. Esta diferencia entre aspiraciones y expectativas se explica, adem¨¢s de por las condiciones socioecon¨®micas, por la falta de motivaci¨®n que perciben en sus hijos. Frente a ese 77% de padres que quieren verlos en la universidad, solo un 55% de los j¨®venes comparte ese deseo. Y sus expectativas son a¨²n m¨¢s sombr¨ªas.
Para revertir el des¨¢nimo, los padres se implican a fondo, hablando con sus hijos sobre el d¨ªa a d¨ªa en la escuela y sus planes de futuro a nivel educativo, y acudiendo a las reuniones escolares. Muchos se muestran satisfechos de la educaci¨®n que reciben sus hijos y querr¨ªan que se quedaran a vivir en Espa?a, donde creen que tendr¨¢n las mismas posibilidades que el resto.
Lecciones de la 'di¨¢spora' espa?ola
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, ha prometido centrarse en esa segunda generaci¨®n de familias inmigrantes. Seg¨²n el PP, la poblaci¨®n extranjera ha pasado del 3% en 1999 al 17% actual. "Se ha distribuido de forma homog¨¦nea, evitando la aparici¨®n de guetos", pero concentr¨¢ndose en algunos distritos (del sur), donde su proporci¨®n entre los j¨®venes ronda el 40%.
?Qu¨¦ har¨¢ el Ayuntamiento? Seg¨²n explica Gregorio Moreno, subdirector general de Inmigraci¨®n, concentrar¨¢ en los j¨®venes los recursos de orientaci¨®n laboral para inmigrantes (con 7.000 acciones en los ¨²ltimos dos a?os, se ha encontrado trabajo a m¨¢s de un millar). Adem¨¢s, pondr¨¢ en contacto a mayores espa?oles y j¨®venes inmigrantes, para que intercambien conocimientos (Internet, oficios) y experiencias (aquellos que emigraron hace d¨¦cadas pueden transmitir sentimientos y vivencias a los que ahora viven esa experiencia aqu¨ª).
Rosa Aparicio, coautora del trabajo, ve fundamental trabajar con las familias para que conozcan las posibilidades a su alcance (becas, etc.), y mejorar el dominio de la lengua no solo de los hijos sino tambi¨¦n de sus padres.
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