Una casada a la fuerza sienta a su marido ante el juez
El fiscal pide tres a?os para un hombre por someter a su esposa - "Me obligaba a salir con velo", denuncia la marroqu¨ª
Nadia E., mujer de 21 a?os que se mud¨® de Marruecos a La Seu d'Urgell (Lleida) hace dos a?os, denuncia que no pod¨ªa salir de casa sin emplear prendas que ocultaran todo su cuerpo. Tampoco aprender castellano. Eran dos de las presuntas imposiciones de su esposo, con el que se cas¨® en una boda concertada por los padres de ambos en su pa¨ªs natal. "Mi marido me obligaba a salir a la calle con velo", declar¨® la joven al Juzgado de lo Penal n¨²mero 1 de Lleida el pasado martes. El esposo, Jamal D., marroqu¨ª de 27 a?os, se enfrenta a tres a?os y medio de prisi¨®n por los delitos de maltratos y amenazas. La Fiscal¨ªa sostiene que mantuvo a su esposa bajo "un r¨¦gimen de terror" durante dos a?os. Nadia aprovech¨® una visita a su familia a Marruecos el verano pasado para denunciar los hechos y nunca regres¨® al domicilio conyugal. Actualmente vive en Fuengirola, acogida por unos familiares del acusado.
El acusado dice que la mujer pretende romper el enlace sin devolver la dote
La tradici¨®n de que los progenitores concierten matrimonios, fuertemente arraigada en zonas rurales del Magreb, tiende a repercutir en una convivencia con tintes opresores que la justicia espa?ola considera delito. Pero para detectarlos, estos malos tratos deben denunciarse. Y pocas inmigrantes, mujeres que suelen vivir en un entorno aislado y precario, se atreven a cruzar el umbral de la comisar¨ªa como hizo Nadia. El choque cultural es mayor cuando los enlaces se producen con mujeres menores de edad que, tras casarse, viajan a Espa?a.
"La mayor¨ªa de veces la v¨ªctima no es consciente de que sufre abusos y de que puede denunciarlos. Aisladas en su cultura y en la comunidad de su pa¨ªs de origen, suelen considerar que esta situaci¨®n es normal o sienten que si van a la polic¨ªa ser¨¢n mal vistas", precisa Hadar Saabi, musulmana marroqu¨ª y ponente de varios congresos de feminismo isl¨¢mico en Espa?a. Los expertos asumen que estos enlaces concertados propician situaciones de sometimiento que el proceso de la inmigraci¨®n ha trasladado a Espa?a.
La polic¨ªa de este pa¨ªs, de hecho, define estos enlaces como "matrimonios forzosos" y en Catalu?a se lucha contra ellos pese a que el c¨®digo penal no las contempla. Los Mossos d'Esquadra aseguran haber evitado una cincuentena de enlaces desde 1999. El caso de Nadia ilustra que estas bodas suelen celebrarse en el pa¨ªs de origen de los inmigrantes, por lo que evitarlas suele ser una tarea compleja. Nadia se cas¨® en Marruecos y solo se traslad¨® a Espa?a cerca de un a?o despu¨¦s.
La v¨ªctima explic¨® en el juicio que ¨¦l controlaba todos sus movimientos, oblig¨¢ndole a decir la hora de salida y entrada de casa, ad¨®nde iba y el nombre de las personas con las que hablaba. Relat¨® que su marido la controlaba incluso cuando iba a comprar el pan y que la obligaba a tener las ventanas de casa cerradas. La mujer a?adi¨® que el marido la insultaba y abofeteaba de forma habitual. En una ocasi¨®n tambi¨¦n le amenaz¨® de muerte dici¨¦ndole que la lanzar¨ªa por el balc¨®n.
El esposo neg¨® los hechos y relat¨® que la supuesta v¨ªctima solo pretende acabar con el matrimonio de conveniencia que les uni¨® a los 15 d¨ªas de haberse conocido. La tradici¨®n, sostiene el acusado, establece que si la esposa quiere romper el matrimonio, su familia debe devolver la elevada cantidad de dinero que recibi¨® por la boda de la familia del marido. La denuncia por malos tratos, seg¨²n la defensa, ser¨ªa solo una estratagema para lograr el divorcio sin devolver esta cantidad.
La abogada del acusado solicita la libre absoluci¨®n por falta de pruebas. Aduce que no existen testigos de los supuestos malos tratos denunciados, ni partes m¨¦dicos que acrediten lesiones sufridas como consecuencia de la violencia, ni informes psicol¨®gicos, ni concreci¨®n en las fechas.
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