M¨¢s deprisa, Hedda Gabler
Estamos invitados a un ensayo abierto de Hedda Gabler, convocado para marcarle el movimiento a la diva Ana Mar¨ªa Farucci, que, en esta ficci¨®n dentro de la ficci¨®n, sustituir¨¢ de hoy para ma?ana a la actriz protagonista. Sobre el suelo del escenario, un alambicado diagrama de l¨ªneas blancas pintadas parece augurar que la velada ser¨¢ enrevesada y las relaciones entre los actores conflictivas. Al comenzar el ensayo, una joven se pega a las espaldas de la Farucci para marcarle el tono y la altura de cada r¨¦plica, la posici¨®n y el gesto preciso. Otros actores la animan, le apuntan el texto, colocan aqu¨ª y all¨¢ objetos absurdos para indicarle d¨®nde hay un ¨¢rbol y d¨®nde una estufa, o acarrean puertas rodantes mientras esperan que a sus personajes les llegue el momento de entrar en escena.
ESTADO DE IRA
Direcci¨®n: Ciro Zorzoli. Int¨¦rpretes: Marina Fantini, Valeria Lois, Diego Vel¨¢zquez, Gabriel Urbani, Mar¨ªa In¨¦s Sancerni, Diego Rosental, Dalila Romero, Valeria Maja. Teatro de La Abad¨ªa Del 25 al 29 de mayo.
Estado de ira es un agudo juego metateatral sobre el trabajo del actor y su manera de enfrentarse a las rutinas gastadas de la creaci¨®n esc¨¦nica. Ciro Zorzoli, su director, y su magn¨ªfico equipo art¨ªstico recrean con agudeza el intramundo del comediante en su momento humano m¨¢s fr¨¢gil: cuando est¨¢ en esa confusa zona fronteriza entre vida y teatro que son los ensayos. Durante el de Hedda Gabler identificamos a la actriz del m¨¦todo pendiente de su organicidad, a la becaria que se sabe todos los papeles por si salta la liebre, al t¨¦cnico funcionario que no mueve un dedo si no lo estipula el convenio...
Dentro de un trabajo coral fant¨¢stico, destaca la agudeza humor¨ªstica de Valeria Lois en esa diva segura de s¨ª pero cada vez m¨¢s desconcertada ante el cariz que va tomando la situaci¨®n: el director empieza a resultarle insolente, las indicaciones que le dan sus compa?eros, contradictorias; el ritmo de ensayo, insufriblemente acelerado, y el papel que cada uno juega, progresivamente confuso. Cuanto m¨¢s r¨¢pido pasan el texto todos y m¨¢s ca¨®tico avanza el ensayo, m¨¢s afinada resulta la labor de esta sorprendente trouppe argentina.
Estado de ira es un vendaval que todo lo arrastra: los actores de metaficci¨®n acaban comunic¨¢ndose su mala uva, su c¨®lera y su azoramiento a trav¨¦s de las r¨¦plicas de la obra de Ibsen, que hecha aqu¨ª como de pasada resultar¨¢ dif¨ªcil de seguir para quien no la tenga muy fresca. Conviene traerla le¨ªda para disfrutar plenamente del minucioso desbarajuste urdido por Zorzoli y sus c¨®mplices.
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