Primavera 'cul¨¦'
Una multitud sigui¨® el triunfo del Bar?a en los conciertos del F¨®rum
En una imagen ins¨®lita para un festival musical, un verdadero gent¨ªo sigui¨® el partido de f¨²tbol que anoche coron¨® al Bar?a como campe¨®n de Europa. A trav¨¦s de tres pantallas situadas en la explanada frente al escenario, los asistentes, al menos los cul¨¦s, disfrutaron antes de que la m¨²sica volviese a tener protagonismo. Los ingleses all¨ª presentes, bastantes, acogieron resignadamente la derrota con el consuelo de que les quedaban a¨²n horas de m¨²sica en directo para olvidar las penas.
El ambiente en la explanada, saludado incluso por los presentadores de TV-3 que realizaban la retrasmisi¨®n desde Londres, depar¨® momentos de alegr¨ªa para ambas aficiones. Los ingleses, tapados como esp¨ªas, con muy pocos de ellos vestidos con la camiseta red o bien portando bufandas con los colores de los dos contendientes a cada extremo, se descubrieron con el gol de Wayne Rooney al levantarse entre una multitud que permaneci¨® sentada al ver que el Manchester United empataba el partido. Con el paso de los minutos, su conducta fue aplac¨¢ndose; su actividad se orient¨® al mordisqueo nervioso de los vasos o bien se dirig¨ªan al vallado que delimitaba el espacio para all¨ª, frente al mar, miccionar.
Por cierto, era f¨¢cil saber qui¨¦n de los que orinaban era ingl¨¦s: tardan siempre m¨¢s que un esp¨¦cimen nacional.
Por lo dem¨¢s, se not¨® que el seguimiento del partido ten¨ªa lugar en territorio indie porque las muestras de alegr¨ªa o contrariedad siempre fueron sobriamente contenidas. El griter¨ªo propio de un bar en futbolera ebullici¨®n apenas se dej¨® notar y el p¨²blico se permiti¨® tres solas explosiones de alegr¨ªa, las correspondientes a los tres goles cul¨¦s.
Los ingleses, dicho queda, celebraron su gol levant¨¢ndose del suelo hasta parecer pinos en una playa. Otro detalle indie: durante el descanso, con la tensi¨®n del empate en el aire, son¨®, no como ocurre en los bares, Robert Wyatt. Genio y figura.
Mientras tanto, el resto del festival sigui¨® funcionando con menos asistentes, aunque los escenarios no se vaciaron. Un espectador del partido expres¨® el sentimiento de los futboleros al decir: "Mis amigos han ido a ver a Blixa, pero yo quiero ver esto, a Blixa le puedo ver el a?o que viene".
Eso permite pensar que los que declinaron el asunto del m¨²sculo y el pantal¨®n corto debieron de campar a sus anchas dando rienda suelta a conversaciones sobre la importancia de Soft Machine en la m¨²sica de Tortoise sin que nadie les recordase que el resto del mundo segu¨ªa pendiente de una pelota. Pero detenida esta, proclamado el Bar?a campe¨®n, resignado el Manchester al subcampeonato, la m¨²sica se volvi¨® a convertir en el gui¨®n de una noche a la que por unos minutos el Bar?a y su f¨²tbol dieron color azulgrana. A diferencia del resto de Catalu?a, a partir del silbido final, el f¨²tbol perdi¨® su protagonismo.
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