Los r¨ªos de la droga
Los 'narcos' evitan el control del SIVE a trav¨¦s de los canales del Campo de Gibraltar
Una legi¨®n de irritantes mosquitos es la ¨²nica custodia de la que podr¨ªa ser una instalaci¨®n decisiva contra el tr¨¢fico de drogas en el Campo de Gibraltar: la barrera fluvial de la desembocadura del r¨ªo Guadarranque. La verja met¨¢lica que deber¨ªa controlar el paso de las embarcaciones que entran y salen a la Bah¨ªa de Algeciras lleva alrededor de una d¨¦cada siendo pasto de la herrumbre. En la caseta de ladrillo que albergaba los motores de la esclusa solo quedan dos bobinas de hierro -si fueran de cobre no quedar¨ªa nada- y el techo se cae a pedazos.
La barrera fue instalada a principios de los a?os 90 por la Direcci¨®n General de Costas, que dej¨® su mantenimiento en manos del Ayuntamiento de San Roque. Hoy, su deterioro permite a los narcotraficantes subir hasta ocho kil¨®metros r¨ªo arriba y burlar a las patrulleras de la Guardia Civil, cuyo calado es demasiado grande para adentrarse por ese curso de agua. "Hemos reclamado a la Subdelegaci¨®n del Gobierno que lo repare, pero nos remite al Ayuntamiento. El Ayuntamiento nos dice que no tiene competencia. Lo que deber¨ªa hacer es denunciar el convenio con el Estado", considera Francisco Mena, presidente de la coordinadora comarcal contra las drogas, Alternativa,del Campo de Gibraltar.
Las patrulleras de la Guardia Civil no pueden navegar por los riachos
La implantaci¨®n progresiva de los radares del Servicio Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) a lo largo de todo el litoral andaluz y mediterr¨¢neo ha hecho que los traficantes de hach¨ªs, que hab¨ªan desviado sus rutas hacia Levante, Catalu?a e incluso Francia, vuelvan otra vez sus ojos hacia el Estrecho, el camino m¨¢s corto para entrar en Espa?a.
"El narcotr¨¢fico es como la energ¨ªa. Ni se crea ni se destruye. Se transforma y se adapta", constata Mena ante la esclusa del Guadarranque. Esta necesidad de adaptaci¨®n ha llevado a los traficantes a adentrarse por ese y otros r¨ªos de la zona, como el Palmones, en Algeciras; el Guadiaro, en San Roque; el Guadalete, en Jerez, y el r¨ªo Barbate. Este ¨²ltimo cuenta tambi¨¦n con una barrera, que al igual que la del Guadarranque, ha sido inutilizada por los v¨¢ndalos.
"El problema de los r¨ªos es que el traslado y acceso al lugar de almacenaje de la droga, el momento m¨¢s peligroso para el traficante, es m¨¢s f¨¢cil que en la playa", constata Emilio Mir¨®, delegado de la Fiscal¨ªa Antidroga en Algeciras, que opina que la reparaci¨®n y el cierre de estas barreras "ser¨ªa una medida efectiva" para atajar el contrabando. Mir¨® considera que el SIVE, cuyos radares han sido objeto de sabotaje en los ¨²ltimos tiempos, "es un sistema muy ¨²til y ha ayudado mucho, pero no es perfecto". Reclama "m¨¢s unidades policiales" para detener en tierra firme a unos narcos cada vez m¨¢s escurridizos.
Mir¨® ha detectado en los ¨²ltimos tiempos "un mayor protagonismo de las organizaciones marroqu¨ªes" de tr¨¢fico de hach¨ªs en las operaciones en Espa?a. Cada eslab¨®n de la cadena de contrabando se va especializando cada vez m¨¢s y, como si se tratara de una empresa, las organizaciones tienden a "subcontratar" las distintas actividades -cultivo, transporte, descarga, almacenamiento, distribuci¨®n- a delincuentes expertos.
Con una d¨¦cada de experiencia en narcotr¨¢fico, el fiscal detecta que ha habido un repunte del trapicheo de hach¨ªs, aunque "a niveles menores que antes de la implantaci¨®n del SIVE". Pr¨¢cticamente no hay noche en que no se intercepte un cargamento, grande o peque?o. Entre 2009 y 2010, los cuerpos de seguridad han intervenido unas 110 toneladas de hach¨ªs y 3,4 toneladas de coca¨ªna en el Campo de Gibraltar, seg¨²n los datos que maneja la Fiscal¨ªa. En ese tiempo, 2.228 personas han sido detenidas por delitos contra la salud p¨²blica. Tres detenidos diarios.
Mir¨® es consciente de que la lucha contra el narcotr¨¢fico nunca conocer¨¢ el ¨¦xito total: "La labor policial y de los juzgados no elimina el fen¨®meno, pero lo mantiene en niveles tolerables, y rebaja en buena medida los efectos secundarios aparejados al contrabando, como la violencia, la corrupci¨®n y el dinero negro".
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