El incremento de la pobreza marca el final de la campa?a en Portugal
Un 20% de la poblaci¨®n se sit¨²a por debajo del umbral de la exclusi¨®n social
El empobrecimiento de Portugal, agravado en los ¨²ltimos tiempos por la crisis econ¨®mica, coloca a los dirigentes pol¨ªticos en el disparadero en la recta final de la campa?a de las elecciones del domingo. Dos millones de personas, el 20% de la poblaci¨®n -la mitad, de m¨¢s de 70 a?os-, viven por debajo del umbral de la pobreza, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). Una pesada carga para el Gobierno saliente, socialista, aunque la pobreza estructural de este pa¨ªs tiene una trayectoria tan dilatada que compromete tambi¨¦n a quienes han ocupado antes el poder.
Mientras los candidatos intensifican las acciones de campa?a, la ¨²ltima encuesta publicada ayer por el diario P¨²blico y la cadena de televisi¨®n TVI pronostica una victoria de Pedro Passos Coelho, l¨ªder de la oposici¨®n del conservador Partido Social Dem¨®crata (PSD), con el 37% de los votos, frente al 32,3% que obtendr¨ªa el primer ministro en funciones y candidato socialista, Jos¨¦ S¨®crates. Paulo Portas, del derechista Centro Democr¨¢tico Social (CDS), lograr¨ªa el 12,7%. Los otros dos partidos de izquierda, comunistas y Bloco de Esquerda, quedar¨ªan lejos con el 7,7% y 5,2% de los votos, respectivamente. Con este resultado, el pr¨®ximo Gobierno de Portugal ser¨ªa, probablemente, una coalici¨®n de centro-derecha del PSD y CDS.
Un mill¨®n de mayores de 70 a?os cobran menos de 280 euros al mes
"Los candidatos hablan de la pobreza, aunque tengo serias dudas de que propongan las medidas m¨¢s adecuadas para promover una verdadera inclusi¨®n social", dice la economista Isabel Jonet, presidenta del Banco Alimentar (BA), una organizaci¨®n privada de asistencia que aglutina a 1.980 asociaciones e instituciones de solidaridad y que atendi¨® a 319.000 personas en 2010, un 17,35% m¨¢s que el a?o anterior.
El BA est¨¢ en plena campa?a de recogida de alimentos y sensibilizaci¨®n en todo el pa¨ªs, directa y por Internet, en la que participan m¨¢s de 30.000 voluntarios. "La misi¨®n de los bancos alimentarios es luchar contra el desperdicio", explica Isabel Jonet. "Recogemos todos los excedentes de la industria que probablemente terminar¨ªan destruidos, y que luego son distribuidos a las personas que pasan hambre a trav¨¦s de casi 2.000 instituciones". Otras fuentes de abastecimiento son agricultores, mercados y excedentes de la UE.
En Europa hay 240 bancos alimentarios. Seg¨²n la federaci¨®n europea de este tipo de bancos, el de Lisboa "es el banco modelo, por ser el m¨¢s eficiente de Europa, y por recoger m¨¢s y tener una mayor armon¨ªa en las fuentes de abastecimiento".
La mayor¨ªa de los beneficiarios del BA pertenecen al mill¨®n de personas de m¨¢s de 70 a?os que viven con menos de 280 euros al mes, e integran el ej¨¦rcito de pobres estructurales. Desde 2007, la situaci¨®n empeor¨® con el aumento de los tipos de inter¨¦s de las hipotecas, y dej¨® endeudada a una gran parte de la generaci¨®n que tiene vivienda propia. "Son los nuevos pobres, que pr¨¢cticamente dedican todos sus ingresos a pagar cr¨¦ditos", se?ala Jonet. A partir de 2009, el paro se dispar¨® y con ¨¦l la pobreza coyuntural: "Son personas que no pueden hacer frente a los cr¨¦ditos ni a las necesidades de la familia. Trabajadores pobres y desempleados".
La ayuda alimenticia es la ¨²ltima, el final de la cadena. Aparentemente, no cambiar¨¢ el perfil del beneficiario del BA, porque en Portugal hay un elevad¨ªsimo envejecimiento de la poblaci¨®n. "El mill¨®n de viejos pobres ser¨¢n siempre los grandes beneficiarios del banco. Por lo tanto, el 30%-35% de la ayuda que damos es para la poblaci¨®n de edad avanzada. Otro 35% son ni?os que van a las guarder¨ªas o residencias, y el resto familias, la mayor¨ªa inmigrantes de ?frica lus¨®fona, Guinea-Bissau, Cabo Verde y Angola".
La presidenta del BA opina que "no hab¨ªa otra alternativa" al programa de austeridad impuesto por los organismos financieros internacionales a cambio de un rescate de 78.000 millones de euros. "Tendr¨¢ un coste social muy elevado. Va a castigar a todos, y a los m¨¢s pobres tambi¨¦n. Pero va a insuflar a la sociedad portuguesa una noci¨®n de que es necesario el esfuerzo individual. Las personas estaban acostumbradas a que el Estado o la UE acabaran resolviendo, y no asum¨ªan sus propias responsabilidades". En otras palabras, se acerca el fin del Estado asistencial. "La acci¨®n del BA aumentar¨¢ y tendremos menos productos para distribuir. Tenemos que ser m¨¢s innovadores para ayudar a las instituciones a ser m¨¢s eficientes", explica.
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