Escalas votivas
La personalidad del canto moderno que veo m¨¢s cerca de F¨¢tima Miranda es Cathy Berberian, m¨ªtica mezzo norteamericana a la vez que compositora, escritora y performer ella misma, que a partir de su matrimonio con Luciano Berio se comprometi¨® de lleno con el repertorio moderno y la experimentaci¨®n.
Berberian (que entre otras materias estudi¨® danza espa?ola y baile ritual armenio, donde estaban sus no tan lejanos ancestros) trabaj¨® tambi¨¦n sobre el sonido de los p¨¢jaros y la onomatopeya del c¨®mic. Miranda, salvando las distancias y las ¨¦pocas, es nuestra Berberian particular, sobre todo por su sed conceptual y su inquietud sin l¨ªmites, donde la iron¨ªa se hace estilo y el retozo culterano lenguaje. En algunos aspectos, ha ido m¨¢s lejos.
perVERSIONES
Direcci¨®n, performer y canto: F¨¢tima Miranda; pianista: Miguel ?ngel Alonso Mir¨®n; fotograf¨ªas/escenograf¨ªa: Chema Madoz; luces: Jos¨¦ Manuel Guerra; vestuario: Milagros Gonz¨¢lez. Teatros del Canal. 31 de mayo.
Si como asegura Alex Ross, Berio deconstruy¨® la voz de Cathy, F¨¢tima se la ha fragmentado a s¨ª misma, en una b¨²squeda constante de animaci¨®n hiperb¨®lica y teatral m¨¢s que puro acompa?amiento gestual. Espect¨¢culo hipercr¨ªtico y depurado, la artista salmantina agita su propio diapas¨®n, extrema la ritualidad y acaso peca de exceso de metraje. Un poco m¨¢s corto habr¨ªa sido m¨¢s contundente dentro de su singularidad, de su impacto y de su im¨¢n.
Arte de derviches
F¨¢tima empieza con el arte girovago, como un derviche de blanco y abordando un salmo copto, electrizante y poderoso, luego esa altura se quiebra a voluntad, como hace con su afinaci¨®n y su sistema. Hay momentos brillantes, como la canci¨®n de Satie o la de Faur¨¦, su cuerda justa.
El apuesto y entregado partenaire es un excelente pianista acompa?ante y da una contrapartida gestual atinada, entra en su juego. Las im¨¢genes de Chema Madoz, surreales y sutiles, arman un cuadro exquisito y depurado en blanco y negro: el color lo pone todo la performer.
Los programas de mano siguen siendo esmerada e inexplicablemente deficientes, y en el caso de la performance de F¨¢tima Miranda, se ech¨® en falta disponer de las letras de las canciones y de un sucinto perfil de la artista. El p¨²blico premi¨® a los actuantes con prolongados, bravos y calurosos aplausos.
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