Deformar, mentir
Al mismo tiempo que la Real Academia de la Historia se niega a llamar dictador a Franco, la Filmoteca Espa?ola ha publicado junto a la editorial C¨¢tedra un minucioso estudio sobre el cine de propaganda en la Guerra Civil, El pasado es el destino, en el que Rafael R. Tranche y Vicente S¨¢nchez-Biosca han buceado a lo largo de seis a?os. Especialmente destacable es el DVD que lo acompa?a, con material oficial de guerra y posguerra, cuyo visionado dar¨ªa risa, por el culto a la personalidad del grotesco personaje principal, si no fuera porque ante todo produce aut¨¦ntico escalofr¨ªo. Es tal el c¨²mulo de manipulaci¨®n esparcida por estos noticieros franquistas -pac¨ªfica reinserci¨®n y "conversi¨®n" de los presos de las brigadas internacionales, reparto de "manjares" (sic) entre los pobres hambrientos...-, as¨ª como el uso fraudulento de material cinematogr¨¢fico republicano para cambiarle su original significado, que el t¨¦rmino dictadura queda blando ante tanto descaro. Es curioso c¨®mo el material filmado a mayor gloria del sanguinario dictador se vuelve ahora en su contra, aterrando su feroz fanatismo a quienes lo contemplamos. A trav¨¦s de estas im¨¢genes del Centro Nacional de Cinematograf¨ªa, creado en 1938, se aprecia el mismo af¨¢n tergiversador desplegado por los actuales cavernarios se?ores de la academia de historia.
El empe?o en mentir buscando su propio beneficio ideol¨®gico les ha llevado hasta a calificar con impune osad¨ªa al doctor Juan Negr¨ªn como golpista. Habr¨ªa que invitarles a ver el documental de reciente aparici¨®n, Ciudadano Negr¨ªn -de Sigfrid Monle¨®n, Carlos ?lvarez e Imanol Uribe-, en el que, mediante documentos visuales de extraordinario inter¨¦s, se recompone con rigor la figura hist¨®rica de este controvertido estadista, hoy felizmente reivindicado. Las im¨¢genes documentales pueden manipularse pero conservan pese a ello un h¨¢lito de verdad que el tiempo no consigue destruir. Como bien demuestran este Ciudadano Negr¨ªn y las que recoge el magn¨ªfico DVD de El pasado es el destino. Que los acad¨¦micos vean cine y se dejen de historias.
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