Laurie Anderson: "No me considero una profesional de nada"
La 'performer', casada con Lou Reed, visita Madrid para presentar 'Delusion', su ¨²ltimo espect¨¢culo
Hab¨ªan sido tres d¨ªas de hospitalidad barcelonesa y Lou Reed, candidato a estrella m¨¢s antip¨¢tica del rock, no quer¨ªa coger el avi¨®n de regreso a su vieja y ya no tan sucia Nueva York. Imposible conseguir que entrara en raz¨®n. ?Qu¨¦ hacer? Llamar al tel¨¦fono de urgencias. Responde Laurie Anderson (Chicago, 1947), la encantadora mujer de Lou. De visita en Madrid para presentar Delusion, su ¨²ltimo espect¨¢culo, la legendaria artista multimedia se re¨ªa el martes con ganas al recordar una an¨¦cdota de hace medio a?o. "?Qu¨¦ dije? ?Oh, Lou, deja de molestar a esa gente y coge el maldito avi¨®n!".
Con una desarmante e inteligente sonrisa, parece lograrlo todo Anderson. As¨ª dej¨® fascinado al p¨²blico del Festival de Oto?o de Madrid (hoy repite en Girona). Y as¨ª ha construido una carrera ¨²nica en su especie, que arranc¨® en los ambientes art¨ªsticos del SoHo de Nueva York; registr¨® un giro cuando un tema de su deb¨² Big science (1982) alcanz¨® el n¨²mero uno; y contin¨²a pl¨¢cida con proyectos entre la performance y la narraci¨®n; giras compartidas con Reed, cuya relaci¨®n de m¨¢s de dos d¨¦cadas qued¨® sellada en 2008; y ocasionales apariciones discogr¨¢ficas (Homeland, 2010).
"Con Lou Reed di un concierto para perros. Fue el mejor de mi vida"
La entrevista tuvo lugar en la parte trasera de un coche en marcha tras un encuentro con la prensa en la que comparti¨® las razones de Delusion, sus experiencias en el 15-M ("Es la primera vez desde Vietnam que siento algo as¨ª") y el porqu¨¦ sigue sin creer que el arte pueda "cambiar el mundo".
Pregunta. Cita como influencias para este show a Ozu, Laurence Sterne y Balzac. ?D¨®nde sit¨²a ese cruce de caminos?
Respuesta. De Ozu hay elementos relativos a la familia. Esas historias en las que los padres vienen a visitarte y no tienes tiempo para ellos y tu madre se pierde. Balzac se deja ver en la hemorragia de personajes, que suman unos 100. Me encanta meter una gran comedia humana. Y de Sterne me quedo con el absurdo. Creo que recurro a las referencias porque mi vida no tiene inter¨¦s.
P. ?Perd¨®n?
R. Es verdad. Uso mis sue?os, y eso es peligroso, porque los sue?os son como pel¨ªculas en las que tu iconograf¨ªa es la protagonista.
P. Las mujeres parecen sentir la imperiosa necesidad de compartir los sue?os.
R. Por m¨¢s que se nos antojen pel¨ªculas vistas la noche anterior, no resultan tan interesantes. A m¨ª me sirven como veh¨ªculos para contar una historia. Es un mecanismo del cuerpo para no parar la m¨¢quina en ning¨²n momento, como cuando las f¨¢bricas no detienen sus aparatos por la noche porque supondr¨ªa un gran derroche. ?Conoce una teor¨ªa que relaciona la muerte s¨²bita de los beb¨¦s con el sue?o en fase profunda? Al parecer, las pobres criaturas se sienten retrotra¨ªdas al pasado, en su caso, un tiempo y un lugar sin respiraci¨®n. Y dejan de vivir.
P. ?Siente nostalgia del pasado?
R. S¨ª, y no. En mis inicios, en los setenta, nos ayud¨¢bamos mucho los unos a los otros. No hab¨ªa lugar para la competitividad. En Nueva York en la ¨¦poca hab¨ªa 100 artistas y ahora hay, no s¨¦, 100.000. Los que eran terribles lo siguen siendo. Ya no pertenecemos al mundo del arte, sino al mercado del arte... Aunque mantengo amigos de la ¨¦poca...
P. ?Es constante en sus relaciones?
R. Ojal¨¢. Tambi¨¦n querr¨ªa haber sido m¨¢s inclinada al archivo.
P. El arte contempor¨¢neo parece obsesionado con el archivo.
R. Est¨¢ obsesionado consigo mismo y con todas las clases de aburrimiento. Estamos educando a las nuevas generaciones en el futuro y nunca en el pasado.
P. Su arte siempre trata de mirar hacia delante, como en una especie de continuado apostolado tecnol¨®gico.
R. No crea, me he centrado en la pintura. En pintar a mi perro.
P. ?Sigue queri¨¦ndole tanto como a Reed, como dijo una vez?
R. El pobre animal muri¨®. Una vez, Lou y yo dimos un recital en Australia para perros. El mejor concierto de mi vida.
P. ?Cambia algo en una relaci¨®n larga el casarse?
R. No en nuestro caso. Me dio por pensar en lo que nunca hab¨ªa hecho, como vivir en Berl¨ªn o casarme. Llam¨¦ a Lou y se lo coment¨¦. Me dijo que lo de casarnos estaba en su mano. Me cit¨® al d¨ªa siguiente en Colorado, y lo hicimos. Y eso fue todo.
P. ?Qu¨¦ pondr¨ªa en la casilla de profesi¨®n en su pasaporte?
R. Artista. O sea, nada.
P. Se le considera una gran contadora de historias...
R. Pues yo me considero una profesional de nada.
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