Paul Gillon, el ¨²ltimo cl¨¢sico del c¨®mic franc¨¦s
Era reverenciado por su estilo de dibujo de elegante realismo
Con la desaparici¨®n el pasado 21 de mayo de Paul Gillon (Par¨ªs, 1921), el c¨®mic franc¨¦s pierde a uno de sus ¨²ltimos cl¨¢sicos, un reverenciado gigante del noveno arte considerado como el gran continuador de ese estilo de dibujo de elegante realismo que tuvo en los americanos Alex Raymond o Stan Drake a sus grandes exponentes.
Parisiense de pura cepa, su infancia estuvo marcada por continuos problemas de salud que no le impidieron obtener excelentes resultados acad¨¦micos y, sobre todo, por un fuerte car¨¢cter rebelde que le llevar¨ªa a salir de la Escuela de Dise?o Industrial para comenzar estudios art¨ªsticos en la de Artes Gr¨¢ficas de Par¨ªs, bajo la direcci¨®n del pintor realista Henri Cadiou. Durante la II Guerra Mundial comienza a destacar como ilustrador y caricaturista en revistas como Samedi-Soir, Ce Soir o Gavroche pero, tras el final de la contienda, dirige sus esfuerzos hacia la historieta entrando a formar parte primero de Coq Hardi para luego pasar a la famosa revista Vaillant. Para esta editorial continuar¨ªa primero la serie Fifi, Gars du maquis para pasar despu¨¦s a Lynx blanc, de Roger Lecureux, que se inspiraba en el Jungle Jim de Raymond, pero que dejaba al joven dibujante espacio para el lucimiento de su talento en el dibujo de la figura humana y para su din¨¢mica puesta en escena.
Durante la d¨¦cada de los cincuenta, public¨® en Vaillant, Pif Gadget o Le Journal de Mickey historias de corte aventurero como Le capitaine Cormoran o Wango, un g¨¦nero que abandonar¨ªa moment¨¢neamente para realizar Tormenta sobre China, una biograf¨ªa novelada de Mao Zedong. A finales de esta d¨¦cada, comenzar¨ªa para France Soir una de sus series m¨¢s celebradas, 13 Rue de l'Espoir, una obra de g¨¦nero costumbrista que narraba los avatares sentimentales de la joven Fran?oise Morel, con un guion de Jacques y Fran?ois LeGall inspirado en la famosa tira de prensa The heart of Juliet Jones, de su admirado Stan Drake.
A finales de los sesenta, los aires de renovaci¨®n que llegaban de la ciencia ficci¨®n le llevan a proponer al diario un proyecto de serie de este g¨¦nero que ten¨ªa junto a Jean Claude Forest, Los n¨¢ufragos del tiempo. Un nuevo ¨¦xito que, tras desacuerdos con el editor, pasar¨ªa a formar parte de la renovadora Metal Hurlant, donde ser¨ªa uno de los grandes puntales.
Durante el final del siglo XX y primeros a?os del actual, seguir¨ªa publicando series como La superviviente o La derni¨¨re des salles obscures, demostrando que su avanzada edad y un molesto reumatismo no eran problemas para seguir dando lecciones de magisterio gr¨¢fico. Activo hasta sus ¨²ltimos d¨ªas, La orden Cicer¨®n, la serie de intrigas pol¨ªticas que realizaba junto a Richard Malka, quedar¨¢ por desgracia inconclusa.
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