El pino en la barriga
Un mal d¨ªa lo tiene cualquiera, dijo Rosa D¨ªez, l¨ªder de UPyD en relaci¨®n al comentado enfado del Monarca a principios de semana. Tan cierto como que el Rey precisamente no es cualquiera. El Rey est¨¢ por encima del bien y del mal, viene con su cargo. Los periodistas, habituales o no, muchas veces confunden jefes de Estado con monarcas. Y as¨ª como cuando un presidente de Gobierno anuncia que no ir¨¢ a la reelecci¨®n y al d¨ªa siguiente se escriben esquelas sobre sus legislaturas, a un rey no se le perdona manifestar su intolerancia a que su salud se convierta en reclamo period¨ªstico. Puede que no sea un l¨ªder democr¨¢ticamente elegido por los contribuyentes, pero tampoco es una cabeza de turco. Es m¨¢s que probable que el Monarca haya degustado un s¨¢ndwich de pepino espa?ol, libre de cualquier bacteria alemana, en su rutinario encuentro con los empresarios. Lo que de verdad caldeaba el ambiente era la proximidad de la reuni¨®n entre patronal y sindicatos, tan inc¨®moda como la rodilla a punto de operaci¨®n del Monarca. Era de esperar que, en esa tesitura, el Rey soltara a sus periodistas habituales otra de sus frases borb¨®nicas: "Me hab¨¦is clavado un pino en la barriga".
Quiz¨¢s sea la labor hist¨®rica de los reyes exclamar frases para la historia
Un golpe de 'tipp-ex' puede ensombrecer la biograf¨ªa ben¨¦vola de un dictador
En un pa¨ªs donde todo se analiza es curioso, sosten¨ªa Javier Valenzuela, que nadie haya querido analizar esta frase. Sabemos hacer el pino y palillos con su madera pero no clavarlos en ninguna barriga. A lo mejor el Rey quiso decir estaca, pero todos sabemos que tal procedimiento se emplea solo con los vampiros, que jam¨¢s enferman y en vez de hablar con periodistas habitualmente muerden sus pescuezos. Y a lo mejor tambi¨¦n se le atragantaron las palabras, como a cualquiera de nosotros si tuvi¨¦ramos en liza una operaci¨®n de rodilla y todos los d¨ªas viniera un familiar a recordarnos la importancia del posoperatorio y el machac¨®n "Hazle caso al doctor".
La gran pena de todo este enfado es que la Real Academia de la Historia ande muy ocupada en asumir el otro enfado de cientos de personas por su tendencia a escribir hagiograf¨ªas de dictadores recientes. Si esto no les atizara de tal forma, la Real Academia (ponerlo en sus siglas resulta moderno para tan vetusta instituci¨®n) podr¨ªa iluminarnos sobre el origen de esta curiosa frase y uso de los pinos, de los cuales sabemos que no son tan ecol¨®gicos. Sin duda, la frase entronca mon¨¢rquicamente con el pol¨¦mico y luego c¨¦lebre "por qu¨¦ no te callas" del propio Rey ante el presidente venezolano Hugo Ch¨¢vez. Quiz¨¢s esa sea la labor hist¨®rica de los reyes contempor¨¢neos, exclamar frases que pasen a la historia como una abstracta visi¨®n del tiempo que vivieron. Conviene matizar que a los dictadores les molesta horrores que les llamen dictadores. Tienden a verse a s¨ª mismos como benem¨¦ritos y si pudieran ejercer poderes, estar¨ªan encantados de calificarse como superh¨¦roes. Lo que la Academia en su ceguera habitual no asimila es que los superh¨¦roes tambi¨¦n est¨¢n en crisis, no recaudan como antes en las taquillas. Superman anda declar¨¢ndose antiamericano y los X-Men estrenan pel¨ªcula volviendo a sus or¨ªgenes porque el futuro es demasiado aciago.
Un pino en la barriga de todos puede llegar a ser el estratosf¨¦rico gasto de manutenci¨®n de los presidentes auton¨®micos. Las prebendas que obtienen tras serlo no discriminan ideolog¨ªas pero tampoco escatiman en privilegios. Los l¨ªderes del Ejecutivo de Madrid y de Castilla y Le¨®n tienen concedidos membres¨ªa nata en el Consejo Consultivo y un sueldo vitalicio, que seg¨²n la prensa habitual, en el caso de Madrid se estima en 70.000 euros anuales. En Extremadura, el expresidente tiene garantizados oficina, coche y sueldo durante 12 a?os. La Comunidad Valenciana es tambi¨¦n muy generosa. Los expresidentes pertenecen de pleno al ya inefable Consejo Consultivo (y el nombre empieza sonar como un c¨®nclave de veteranos de la Marvel. Inc). Rajoy ha anunciado tijeretazo al traje auton¨®mico cuando sea presidente. Es cierto que un golpe de tipp-ex puede ensombrecer la biograf¨ªa ben¨¦vola de un dictador y con la misma goma de borrar desdibujar un superh¨¦roe, pero acercar la tijera a los 70.000 euros vitalicios, ?empezar¨¢ a cortar por los expresidentes o por los contribuyentes?
En las academias, los bancos y casi todos los consejos, consultivos o no, hay pocas mujeres. La hija de Cher, la mujer m¨¢s mujer de EE UU (con el permiso de Raquel Welch), no necesariamente impulsada por esta desigualdad se ha sometido a una reasignaci¨®n de sexo y es ahora un hombre. No ha necesitado alterar su nombre. De ni?a fue Chastity, castidad en castellano, de mujer acort¨® a Chaz y as¨ª ser¨¢ tambi¨¦n reconocido como var¨®n. Chaz suena tambi¨¦n como a un conjuro de superh¨¦roe, antes de que se materialicen la capa o el Pegaso que le haga volar en defensa de la justicia mundial. En las fotos de su transformaci¨®n, Chaz ha cambiado de sexo pero no de peso. No quiso dar tijeretazo a ese tema. Su aspecto demuestra que en EE UU la comida engorda sin miramientos, igual que en Espa?a la pensi¨®n de los expresidentes. Para todos aquellos que teman porque las reasignaciones de sexo estropeen los valores familiares, Chaz reafirma una tradici¨®n materna: la confianza en los avances de la ciencia. Quir¨²rgica o reparadora.
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