La feroz limpieza de Mapplethorpe
La selecci¨®n de las fotos de Mapplethorpe", explica Almod¨®var, "la hice sobre la preselecci¨®n que previamente hab¨ªa realizado la Fundaci¨®n Robert Mapplethorpe. Yo hubiera escogido otras muchas, entre las miles de fotos que hizo. Me hubiera encantado, por ejemplo, poner alguno de los collages que hizo en su juventud con recortes de revistas pornogr¨¢ficas, entre otras, pero tuve que atenerme a las que permit¨ªan en la fundaci¨®n".
A partir del 7 de junio, la galer¨ªa Elvira Gonz¨¢lez de Madrid exhibir¨¢ 28 fotograf¨ªas de Robert Mapplethorpe, el artista neoyorquino que conmocion¨® la fotograf¨ªa en el ¨²ltimo tercio del siglo XX.
La muestra re¨²ne obras realizadas entre 1976 y 1989, a?o de su muerte, y engloba, b¨¢sicamente, fotograf¨ªas de cuerpos desnudos y flores, impregnadas todas ellas de una enorme carga er¨®tica. Con el retrato de Patti Smith, se cumple la particular trilog¨ªa del artista: penes, flores y rock and roll.
"Estuve en su estudio de Nueva York, ya al final de su vida, cuando estaba enfermo. Era muy culto", recuerda Almod¨®var
"Mostraba esa especial atracci¨®n por la parte oscura del ser humano a la vez que por su componente l¨²dico"
"Lo cierto es que me resulta muy dif¨ªcil hablar de sus contenidos", a?ade el realizador. "La materia sobre la que trabaja es el cuerpo humano y los sit¨²a en ambientes geom¨¦tricos, en unos marcos que, si por un lado, los encierra, los aprisiona, por otro no reflejan ning¨²n tipo de angustia, ninguna queja. Es como si hubieran decidido vivir atrapados en su propia vida. Es su opci¨®n. Esas c¨¢rceles est¨¢n en ellos mismos y lo asumen".
La exposici¨®n comienza con dos fotograf¨ªas esenciales en la biograf¨ªa de Mapplethorpe: un autorretrato (centrado en sus ojos, en su mirada) y un retrato espl¨¦ndido de Patti Smith, una mujer fundamental en la vida del artista. "La biograf¨ªa de Patti es en realidad la biograf¨ªa de Mapplethorpe", a?ade Almod¨®var. "Es algo parecido a la autobiograf¨ªa de Alice B. Toklas, en la que habla sobre todo de Gertrude Stein. Son personajes que se implican tanto en la vida del otro que cuando escriben sobre la suya, demuestran que en realidad es inseparable de la del otro". ?ramos unos ni?os (Lumen, 2010) es el libro autobiogr¨¢fico de Patti Smith que ya en el t¨ªtulo incluye a Mapplethorpe. En ¨¦l relata los a?os en que ambos compartieron inquietudes y vidas, a?os de bohemia po¨¦tica y musical, de excesos y amistades: Ginsberg, Sam Shepard, Lenny Kaye, Bob Dylan..., que coincidieron a su vez con los cimientos de dos leyendas de la cultura urbana de los a?os setenta.
"De Mapplethorpe me interes¨® siempre su obra, pero no solo lo que hizo sino tambi¨¦n la ¨¦poca que vivi¨®. Era el Nueva York bohemio y glorioso de la d¨¦cada de los setenta, a?os en los que surgi¨®, entre otros, la Velvet, Basquiat..., y en los que Andy Warhol fue el gran impulsor de las vanguardias art¨ªsticas y musicales. Un tiempo fant¨¢stico que trat¨® de descabezar en la d¨¦cada siguiente Ronald Reagan".
Como era de esperar en una sociedad tan puritana como la estadounidense, y m¨¢s con un mal actor republicano en la presidencia, Mapplethorpe alcanz¨® la gloria a la vez que fue censurado. En el a?o de su muerte, 1989, la Corcoran Gallery of Art, el museo de arte m¨¢s antiguo de Washington DC, prepar¨® una exposici¨®n del artista con una nueva serie de fotograf¨ªas calificadas de "sexualmente sugestivas". Los directivos del museo, adem¨¢s de algunos congresistas, quedaron horrorizados al contemplar las obras. El museo se neg¨® a continuar con la exposici¨®n. Un a?o despu¨¦s, y por denuncia de la American Family Association, fue procesado el director del Centro de Arte Contempor¨¢neo de Cincinnati, por exhibir en sus salas la muestra Robert Mapplethorpe: The Perfect Moment. Llegaban los tiempos sombr¨ªos. Patti Smith lo explica muy bien: "Robert elev¨® aspectos de la experiencia masculina imbuyendo a la homosexualidad de misticismo. Como dijo Cocteau de Genet, su obscenidad nunca es obscena".
Para Almod¨®var, una de las caracter¨ªsticas fundamentales de Mapplethorpe es "esa extra?a conjunci¨®n de unas fotograf¨ªas realizadas con una gran asepsia y la ferocidad de sus contenidos. Me recuerda mucho a Francis Bacon; es m¨¢s, creo que Mapplethorpe empez¨® como artista pl¨¢stico, siempre le interes¨® ese mundo, y aunque sus fotograf¨ªas son muy limpias, creo que comparte una cierta mirada con Bacon, en el que destaca la materia pl¨¢stica, naturalmente, y no la limpieza formal. Yo conoc¨ª a Mapplethorpe, estuve en su estudio de Nueva York, ya al final de su vida, cuando estaba enfermo. Era muy culto. Amaba mucho a gentes como Pasolini o Goya y, en realidad, lo que mostraba era esa especial atracci¨®n por la parte oscura del ser humano a la vez que por su componente l¨²dico". En 1986 le diagnosticaron el virus del HIV y a partir de ese momento despleg¨® una actividad fren¨¦tica. Realizaba centenares de fotograf¨ªas, muchas de ellas autorretratos, destacando uno impresionante en el que al artista, con el rostro ya radicalmente desmejorado por la infecci¨®n, posa con una calavera-empu?adura de un bast¨®n. Incluso en esa situaci¨®n vital, Mapplethorpe cuida hasta el l¨ªmite la limpieza formal, la t¨¦cnica, del autorretrato.
"Fue Patti Smith la que le anim¨® a que dejara los collages y se dedicara a la fotograf¨ªa", comenta el realizador. "Los a?os en los que viven juntos fueron tambi¨¦n cuando Mapplethorpe decide explorar los l¨ªmites m¨¢s profundos y oscuros de la vida. Decidi¨® recorrer el camino m¨¢s salvaje pero creo que, sobre todo, lo hizo para poder conocer la experiencia de ese camino. Investig¨® en su propio cuerpo y lleg¨® hasta lo m¨¢s lejos posible: la muerte. En ese sentido es interesante ver la evoluci¨®n de sus obras sobre Lisa Lyon: desde una culturista, con un cuerpo cincelado en los gimnasios, hasta esa figura enigm¨¢tica, oculta en una capa que nos remite directamente a la muerte. Creo que Mapplethorpe, a lo largo de sus obras, es absolutamente coherente con su propia vida. Nos est¨¢ hablando de s¨ª mismo y de sus amigos".
Veintiocho fotograf¨ªas de un extraordinario artista, cuyos precios de venta oscilan entre 8.000 y 30.000 euros, seleccionadas por un realizador cinematogr¨¢fico del que la editorial Taschen prepara uno de sus libros m¨¢s lujosos y completos que ser¨¢ presentado el pr¨®ximo oto?o, coincidiendo con el estreno de su ¨²ltima pel¨ªcula, La piel que habito. Almod¨®var se une editorialmente a dos nombres del olimpo cinematogr¨¢fico: Bergman y Kubrick.
Robert Mapplethorpe. La mirada de Pedro Almod¨®var. La exposici¨®n forma parte del Festival Off PHotoEspa?a 2011. Del 7 de junio al 22 de julio. Galer¨ªa Elvira Gonz¨¢lez. General Casta?os, 3. Madrid. www.galeriaelviragonzalez.com. www.phedigital.com/festival.
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