La 'dentadura'
Ahora entiendo muy bien la obsesiva consigna de Aznar & Company de no "remover la historia". Lo que de verdad se quer¨ªa decir: "No remov¨¢is la historia, que ya nos encargaremos nosotros de trincarla". El resultado de este revolc¨®n hist¨®rico por parte de la Real Academia de la Faes, el Diccionario Biogr¨¢fico, ha sido una obra magistral, si nos atenemos a su definici¨®n psicosom¨¢tica: es aquella que al caer del estante sobre una cabeza humana provoca un efecto inolvidable. De todos modos, Franco se enojar¨ªa mucho por el afeitado. Retirarle la condici¨®n de dictador es una ofensa a Su Excelencia. Uno de sus modestos disc¨ªpulos, verdugo en la dictadura argentina, declar¨®: "La lucha que libramos no reconoce l¨ªmites morales ni naturales, se realiza m¨¢s all¨¢ del bien y del mal". Pero Franco si hab¨ªa ido m¨¢s all¨¢. Cuando el africanista conquist¨® y coloniz¨® su propio pa¨ªs, encharcado en sangre, no solo no anunci¨® la paz sino que transform¨® el Estado en una organizaci¨®n criminal, en guerra permanente contra el enemigo "interior". La misi¨®n no culminar¨ªa hasta arrancar "la ¨²ltima ra¨ªz de la Enciclopedia". En el desfile de la Victoria de 1939 dej¨® clara su inspiraci¨®n: "El esp¨ªritu judaico no se extirpa en un d¨ªa". Pudo salvar a muchos espa?oles de los campos de exterminio nazis, pero facilit¨® su liquidaci¨®n declar¨¢ndoles ap¨¢tridas. Firm¨® sentencias de muerte hasta el final. En aquel tiempo, 1975, un cantautor llamado Bibiano era procesado y multado cada vez que interpretaba una copla que contaba una historia canina y terminaba con el estribillo: "?Abaixo a dentadura!". Como el Caudillo, por la gracia de Dios, ten¨ªa un marcado sentido del humor, sus cancerberos entend¨ªan el eufemismo y que lo que se coreaba era: "?Abajo la dictadura!". Me cuentan que en la puerta de un aseo de la Academia de la Historia ha aparecido un grafiti: "?Viva la dentadura!". Lo habr¨¢ escrito el bi¨®grafo de Franco.
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