Verdes por convicci¨®n y econom¨ªa
El proyecto de ley contra el cambio clim¨¢tico busca reducir las emisiones de CO2 abriendo la puerta a gravar m¨¢s a quienes mantienen rutinas poco sostenibles
La ciudadan¨ªa y las instituciones van a tener que adaptarse a un cambio de mentalidad. El proyecto de ley contra el cambio clim¨¢tico, pionero en Espa?a y pendiente de pasar el tr¨¢mite final antes de su aprobaci¨®n, el parlamentario, va a suponer mayores esfuerzos en materia medioambiental, lo que deja la puerta abierta a cambios sustanciales para incentivar los h¨¢bitos sostenibles.
Los ciudadanos se ver¨¢n involucrados por tres motivos. El primero, por sensibilidad hacia el problema del cambio clim¨¢tico. El segundo, porque todos los programas que llegar¨¢n a ellos desde las distintas instituciones llevar¨¢n consigo medidas para evitar emisiones de CO2. La novedad estriba en que no solo ser¨¢n las ¨¢reas de medio ambiente las que lo pongan en marcha, sino tambi¨¦n otras, como la educaci¨®n o la sanidad.
Vivienda prepara ayudas para facilitar el aislamiento de los hogares
La tercera raz¨®n es la econ¨®mica. Dar la espalda a lo verde ha empezado a ser poco rentable y, dentro de unos a?os, podr¨¢ ser incluso ruinoso. No solo para las empresas de algunos sectores, los agentes m¨¢s contaminantes, que tienen que mercadear con derechos de emisi¨®n de gases para cumplir con las normativas. Los ciudadanos de a pie, que ver¨¢n c¨®mo los combustibles f¨®siles se encarecen m¨¢s, obtendr¨¢n menos beneficios y ayudas de las administraciones si no favorecen las pr¨¢cticas medioambientalmente sostenibles. La ley abre la puerta a que, por ejemplo, las Diputaciones graven m¨¢s a los hogares que no incluyan medidas para evitar emisiones de CO2. As¨ª lo explica Francisco Olarreaga, director de Planificaci¨®n Ambiental del Gobierno vasco, que matiza que la ley pide a las instituciones que tengan en cuenta el impacto de medidas de este tipo en las personas con menos recursos.
Olarreaga pone el acento en los denominados presupuestos de carbono, que condicionar¨¢n todas las actuaciones de las instituciones cuando se apruebe la ley. Ayuntamientos, Diputaciones y Gobierno vasco se repartir¨¢n las emisiones de CO2 que Euskadi puede emitir. La letra peque?a de estos nuevos retos se plasmar¨¢ en el plan contra el cambio clim¨¢tico que se redactar¨¢ cuando se apruebe la ley. Para ello tendr¨¢n que poner en marcha medidas para reducir las emisiones de gases.
Las medidas que m¨¢s directamente afectar¨¢n al ciudadano a medio plazo son las vinculadas a los hogares y la energ¨ªa. Las casas que se edifiquen a partir de 2018 y todas las que se rehabiliten deber¨¢n incluir medidas para reducir a cero las emisiones de gases. Realizar los cambios puede resultar costoso, pero las administraciones preparan ayudas para impulsarlos. El Departamento de Vivienda, por ejemplo, est¨¢ preparando ayudas para mejorar la eficiencia energ¨¦tica de los edificios por medio de ayudas para mejorar la envolvente t¨¦rmica. Se calcula que casi dos de cada tres viviendas vascas necesitan reformas como esta. La ley vasca aprieta las tuercas a las instituciones de la comunidad aut¨®noma y obligar¨¢, si no sufre modificaciones, a tomar esta medida en sus edificios desde 2016.
A largo plazo, los ciudadanos ver¨¢n cambios en su entorno, en el urbanismo configurado en clave bioclim¨¢tica, con m¨¢s parques y con n¨²cleos urbanos menos dispersos para centrar a la poblaci¨®n alrededor de lugares con servicios.
Para los m¨¢s sensibilizados, la ley crea un registro de reducciones voluntarias de gases. Aunque est¨¢ pensado para empresas peque?as que no tienen las obligaciones legales de las grandes corporaciones, no cierra las puertas a familias, que tambi¨¦n podr¨ªan entrar en el registro. Este establecer¨¢ mediciones y determinar¨¢ qu¨¦ indicadores se deben cumplir para considerarlo verde. Tambi¨¦n ser¨¢ la v¨ªa de acceso a ayudas econ¨®micas de las instituciones. Los dos principales puntos que afectar¨¢n a las empresas ser¨¢n el impulso de energ¨ªas renovables y las condiciones m¨¢s favorables en los pliegos de condiciones para contratar desde las administraciones a compa?¨ªas verdes. La ley refuerza un mercado en alza que impulsar¨¢ la creaci¨®n de este tipo de empresas.
Secuestrar carbono con ¨¢rboles vascos
Para secuestrar carbono, mejor bosques aut¨®ctonos. El proyecto de ley contra el cambio clim¨¢tico aboga por sustituir ¨¢rboles de especies que se han ido instalando en Euskadi por especies propias de la zona porque tienen "mayor capacidad de almacenar carbono", apunta el documento.
Esta medida queda en manos de las Diputaciones, que ostentan la competencia forestal, y que, por tanto, deben dar los pasos necesarios para repoblar Euskadi con las especies de ¨¢rboles originarias de la zona para paliar de manera m¨¢s efectiva y sostenible las emisiones de CO2. Cambiar los bosques costar¨¢ d¨¦cadas, pero la ley viene a enfocar el cambio hacia una direcci¨®n determinada, que apuesta por evitar especies que no sean las propias del lugar, como las hayas o los robles.
Pero el objetivo no solo est¨¢ en los bosques. Euskadi deber¨¢, por ley, aumentar las zonas verdes y arboladas en ciudades y pueblos. Incluso "en los edificios urbanos", donde tambi¨¦n se propone que se creen entornos con ¨¢rboles y plantas.
La ley no concreta los objetivos de estas medidas en t¨¦rminos cuantificables, algo que se deber¨¢ determinar durante el desarrollo de la normativa.
El proyecto de ley contra el cambio clim¨¢tico busca as¨ª incrementar los sumideros naturales de CO2 en las zonas en las que m¨¢s gases del efecto invernadero se emiten.
La nueva legislaci¨®n entiende que, adem¨¢s de incrementar la superficie forestal y de recuperar suelos degradados para su reforestaci¨®n, se deber¨¢ trabajar para encontrar "alternativas tecnol¨®gicas" que ejerzan la misma labor que los ¨¢rboles, ante la insuficiencia de estos para paliar las elevadas emisiones de gases.
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