Elecciones peruanas: ?entre el miedo y la moral?
Humala, cuyo socialismo est¨¢ m¨¢s cerca de Lula que de Ch¨¢vez, gan¨® por su capacidad para aparecer en las pantallas como un hombre sencillo, cuya naturalidad se fue imponiendo como una se?al de honestidad
He seguido de cerca o de lejos elecciones durante muchos a?os, y nunca hab¨ªa visto una campa?a como la peruana tan crispada, espolvoreada de pasi¨®n pero tambi¨¦n de rabia, prejuicios y maledicencia. El argumento moral en contra de Keiko Fujimori y el argumento del miedo en contra de Ollanta Humala han acechado todas las conversaciones, debates, discusiones y peleas que he presenciado alrededor de la pregunta sobre por qui¨¦n (no) votar. En la semana anterior a la elecci¨®n, un abogado algo mayor, de aspecto venerable, me dijo en tono calmado que si Humala resultaba elegido, saldr¨ªa a la calle con una pistola que ya ten¨ªa cargada (lo hago por mis hijos, me advirti¨®), para protestar. Un escultor, por otro lado, me prometi¨® que esculpir¨ªa una rata gigantesca frente a palacio, si Keiko Fujimori era elegida, y que har¨ªa una escultura nueva todos los d¨ªas que durara su mandato.
Algunos se negaban a votar a un "cholo". El racismo y la corrupci¨®n persisten en el Per¨²
Pero la idea de que la moral debe tener un papel en la vida y en el Gobierno acab¨® imponi¨¦ndose
Una de las mayores v¨ªctimas de esta campa?a ha sido sin duda Mario Vargas Llosa, que luego de anunciar que iba a votar por Humala por razones morales, se granje¨® los improperios y bajezas de gran parte de la prensa y de los sicarios morales que desfilaron frente a su casa, amenazaron a su hija Morgana y llenaron las redes sociales de insultos a su familia. Las mismas personas que lo hab¨ªan felicitado por el Premio Nobel poco antes, se olvidaron de la contribuci¨®n esencial de Vargas Llosa en toda su vida p¨²blica: vincular la pol¨ªtica y la moral, y traer el olvidado impulso de la decencia a las decisiones de Gobierno.
?Por qu¨¦ el tema de la discusi¨®n electoral no fue alrededor de qui¨¦n era el mejor sino no era el peor candidato? Porque de los cinco postulantes que se presentaron inicialmente, pasaron a la segunda vuelta los dos que acaparaban los mayores anticuerpos. En ese debate de muchas semanas, los defensores de Humala esgrim¨ªan el argumento moral contra la candidatura de Fujimori. Si un presidente hab¨ªa gestado o permitido torturas, asesinatos y sobornos durante su gesti¨®n, y hab¨ªa pasado a la historia mundial como uno de los m¨¢s corruptos, ?no era probable que su hija y las personas vinculadas a ¨¦l que la acompa?aban repitieran sus fechor¨ªas? ?No resultaba inaceptable que un presidente que permite un sistema delictivo y es juzgado y encarcelado por ello, puede ver luego elegida a su hija en el mismo pa¨ªs donde lo hizo? Hay que recordar que en la actualidad hay 78 presos del r¨¦gimen fujimorista entre funcionarios, militares, agentes del grupo paramilitar Colina, y excongresistas corruptos. Alberto Fujimori y su siniestro asesor Montesinos tambi¨¦n est¨¢n presos. Mientras conversaba de todo ello con el periodista Augusto ?lvarez Rodrich, me dijo: "Si sale elegida Keiko, ?c¨®mo le explicamos al mundo que metimos preso al padre y elegimos a la hija?".
Pero el argumento moral de los que pregonaban no votar por Keiko, era contrapesado por el ¨²nico que puede hacerle frente en el juego de temores una campa?a: el miedo. Si Humala era elegido, seg¨²n dec¨ªan los fujimoristas, iba a iniciar una campa?a de estatalizaciones y embargos, que iba a ahuyentar a los inversores. Este mensaje, en una econom¨ªa que ha progresado much¨ªsimo en los ¨²ltimos 10 a?os, donde el porcentaje de la pobreza se ha reducido del 43% al 30% de la poblaci¨®n en el ¨²ltimo lustro, que alberga a una clase media creciente y a un sector popular en emergencia, result¨® eficaz durante un tiempo. Hace algunas semanas, una se?ora que vende frutas en una carretilla en la calle me dijo que no votar¨ªa por Humala de ninguna manera. Cuando le pregunt¨¦ por qu¨¦, me contest¨®: "Porque el se?or Humala me puede quitar esta carretilla, que es lo ¨²nico que tengo". Un m¨¦dico conocido, cercano a la campa?a de Humala, me resumi¨® este miedo: "Hasta los que no tienen nada que perder tienen miedo de perder algo, por el miedo de la campa?a fujimorista".
La crispaci¨®n se prolong¨® hasta el mismo d¨ªa de las elecciones. El domingo, mientras hac¨ªa cola para votar en un barrio no muy acomodado de Lima, vi a un hombre de unos 60 a?os, que iniciaba un discurso improvisado frente a los dem¨¢s. Seg¨²n el tipo, todos los que est¨¢bamos a punto de votar deb¨ªamos hacerlo por Keiko Fujimori, pues de lo contrario entrar¨ªamos en un grave riesgo. Por ¨²ltimo, defini¨® el voto por Ollanta como un "salto al vac¨ªo", pues no sab¨ªamos qu¨¦ pod¨ªa pasar si era elegido. Cuando termin¨® su improvisado discurso, hubo un silencio que dur¨® poco. Alguien en la cola, le contest¨®: "Mejor damos un salto al vac¨ªo que un salto a la cloaca del fujimorismo, se?or".
En ese vertedero del inconsciente que puede ser una campa?a, los prejuicios tambi¨¦n arreciaron. Una se?ora que coincidi¨® conmigo en una reuni¨®n social me dijo que le parec¨ªa inadmisible que el Per¨² votara por otro "cholo" (t¨¦rmino denigratorio para un tipo de raza ind¨ªgena) como Humala. Cuando le dije que me parec¨ªa incre¨ªble (aunque desgraciadamente no lo es) que alguien pensara as¨ª, me dijo que prefer¨ªa a los japoneses, pues ellos al menos "conformaban" una raza superior. Cuando le insist¨ª en que durante el Gobierno de Fujimori se hab¨ªa robado de un modo sistem¨¢tico, la se?ora me dio una respuesta similar a la que escuch¨® el escritor Jorge Eduardo Benavides de un taxista lime?o hace unos meses: "Es verdad que Fujimori rob¨®, pero rob¨® lo justo".
Frases como estas revelan que las culturas del racismo y de la corrupci¨®n siguen vigentes en el Per¨², y que ning¨²n programa econ¨®mico, como el que han aplicado con buenos resultados los presidentes Toledo y Garc¨ªa en los ¨²ltimos a?os, tendr¨¢ pleno ¨¦xito en una sociedad todav¨ªa fragmentada social y culturalmente. Es obvio que el ¨¦xito econ¨®mico requiere de una comunidad fluida y compacta, donde se haya construido un pacto de solidaridad natural, un objetivo que a pesar de los progresos realizados, los peruanos estamos a¨²n lejos de ver.
?Por qu¨¦ gan¨® Humala en el ¨²ltimo tramo? Creo que el factor decisivo fue su capacidad creciente de aparecer en las pantallas como un hombre sencillo, cuya naturalidad se fue imponiendo como una se?al de honestidad. Su dicci¨®n llena de pausas y frases cortadas le da parad¨®jicamente la sensaci¨®n de no haber "preparado" nada, es decir, de estar diciendo lo que piensa. Esa presencia y su nuevo programa, que est¨¢ m¨¢s cerca del socialismo de Lula que del de Ch¨¢vez, acabaron con la imagen de caudillo que a muchos, incluso a m¨ª, hab¨ªa dejado antes de la primera vuelta.
?Por qu¨¦ perdi¨® Fujimori? Algunos han especulado que la causa final fue el efecto de las denuncias de las ¨²ltimas semanas sobre las esterilizaciones masivas a mujeres en el Gobierno de su padre.
Otros han dicho que su reuni¨®n final con pol¨ªticos y tecn¨®cratas conocidos la hicieron ver como una candidata del establishment. Y, sin embargo, creo tambi¨¦n que la idea de que la moral debe tener alguna importancia en nuestras vidas y a lo mejor en nuestros Gobiernos, termin¨® por pesar en los electores, a la hora de decidirse. Alguna franja del electorado peruano comprender¨ªa al final que reeditar un Gobierno corrupto no solo iba contra sus principios sino tambi¨¦n contra su bolsillo.
En cualquier caso, el proceso electoral peruano deja, a pesar de todo, una nota de optimismo. A diferencia de Ch¨¢vez cuando sali¨® elegido, Humala ha ganado por un margen estrecho. La situaci¨®n de relativa prosperidad en la que ya vive una parte de la poblaci¨®n peruana no augura conflictos sociales graves. Esto le da un cierto ox¨ªgeno al nuevo presidente para planificar sus acciones de gobierno con enorme prudencia y responsabilidad. Y la primera acci¨®n deb¨ªa ser la de intentar reconciliar a quienes intercambiaron insultos en estas semanas tan odiosas y memorables.
Alonso Cueto es escritor peruano. Su ¨²ltima novela publicada es La Venganza del Silencio (Planeta).
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