Una banda de falsificadores de arte enga?a a Steve Martin

"Me encanta la publicidad", sosten¨ªa estos d¨ªas Steve Martin en Twitter. Basta pinchar el enlace que incluy¨® en su mensaje para comprobar que se est¨¢ riendo de su propio desatino. El enlace lleva a un art¨ªculo del New York Times -que a su vez se refiere a otro que public¨® el alem¨¢n Der Spiegel- donde se cuenta c¨®mo el c¨¦lebre actor fue v¨ªctima de una notoria estafa perpetrada por un grupo de falsificadores de arte en Alemania. La cantidad asciende a 260.000 euros.

En 2004, Steve Martin compr¨® en la galer¨ªa parisiense Cazeau-B¨¦raudi¨¨re un cuadro llamado Paisaje con caballos. Su supuesto autor era el expresionista alem¨¢n Heinrich Campendonk, uno de los pintores relacionados con el c¨¦lebre c¨ªrculo Der Blaue Reiter de las primeras d¨¦cadas del siglo pasado. Una pieza de 1915, pintada en plena I Guerra Mundial. Por 700.000 euros, le debi¨® de parecer una ganga. Quiz¨¢ lo ser¨ªa si no se tratara de una falsificaci¨®n.

Por suerte para Martin, no parece que los caballos rojos terminaran de gustarle. El protagonista de El padre de la novia vendi¨® el lienzo un par de a?os m¨¢s tarde por 440.000 euros en la galer¨ªa de subastas Christie' s de Londres. Perdi¨® bastante dinero, pero al menos recuper¨® algo de lo invertido en una pieza sin valor, producto de la f¨¢brica de falsificaciones de un alem¨¢n llamado Wolfgang Beltracchi. En 2010, la polic¨ªa de Friburgo detuvo a un cuarteto de falsificadores en las proximidades de sus lujosas residencias, acus¨¢ndolos de haber estafado millones de euros a coleccionistas de todo el mundo. Los pechstein, ernst, derain, van dongen y campendonk que hab¨ªan puesto en circulaci¨®n, 44 en total, salieron de los pinceles de Beltracchi.

La cr¨®nica de la estafa a Steve Martin que publica el Times neoyorquino comienza con sorna: "Adem¨¢s de sus talentos para hacer comedia, escribir libros y tocar el banjo, Martin tiene buen ojo para el arte". Pero el comediante no es la ¨²nica v¨ªctima. Beltracchi, pintor sin carrera art¨ªstica ni posici¨®n en el elitista panorama acad¨¦mico alem¨¢n, gan¨® m¨¢s de 15 millones de euros vendiendo lo que llamaron Colecci¨®n J?ger. Cuadros supuestamente comprados por el abuelo de su mujer, Helene, que fue empresario en Colonia. Le inventaron un pasado interesante: en lugar de antiguo miembro del partido nazi casado con una pintora aficionada a lo paisajes, J?ger era, para los estafados de medio mundo, un lince del arte moderno estrechamente relacionado con el marchante jud¨ªo Alfred Flechtheim.

Martin parece haber encajado bien el timo. Antes de burlarse en Twitter de ciertos giros literarios en la cr¨®nica que narra su estafa, a?ade otra denuncia: "En otra ocasi¨®n fui estafado por una ensalada vegetariana alemana que estaba llena de jam¨®n".