No hay derrotas definitivas
Con la victoria de los conservadores en Portugal apenas quedan pa¨ªses con Gobiernos de izquierda en Europa. Pero que el partido ganador se llame Partido Social Dem¨®crata recuerda que hubo un tiempo no tan lejano en que la derecha tuvo que adoptar denominaciones como esa para poder competir. Lo que a su vez relativiza un tanto la idea de que estamos asistiendo al agotamiento definitivo del ciclo socialdem¨®crata; hay un cambio de tendencia iniciado a mediados de la d¨¦cada pasada, pero los ha habido otras veces en ambos sentidos sin que nunca fueran definitivos.
Una visi¨®n desapasionada de la evoluci¨®n electoral de los principales pa¨ªses en las ¨²ltimas d¨¦cadas revela que el deseo de alternancia es tan determinante para el votante como pueda serlo el programa o el liderazgo, con el resultado de un equilibrio entre Gobiernos de derecha y de izquierda.
Democracia es poder derrocar a un Gobierno sin derramamiento de sangre: votando
Si democracia es un sistema pol¨ªtico que "permite derrocar al Gobierno sin derramamiento de sangre, mediante una votaci¨®n", seg¨²n la definici¨®n escueta pero exacta de Karl Popper, hay que concluir que cumple lo que promete.
En la m¨¢s vieja democracia, la brit¨¢nica, entre el final de la Segunda Guerra Mundial y la reciente victoria de Cameron, los conservadores hab¨ªan ganado en ocho de las 15 elecciones generales celebradas, y los laboristas en otras tantas, aunque los primeros gobernaron seis a?os m¨¢s. Con la particularidad de que a las tres victorias consecutivas de Margaret Thatcher (m¨¢s una cuarta de su sucesor, John Major, lo que supuso 18 a?os consecutivos de Gobierno conservador, el triple de la permanencia media de cada uno de los dos grandes partidos) siguieron otras tres victorias consecutivas del laborista Tony Blair.
En Alemania, como en los otros dos pa¨ªses del Eje, Italia y Jap¨®n, el partido que gan¨® las primeras elecciones de postguerra se mantuvo por largos a?os en el poder. La Democracia Cristiana alemana, durante dos d¨¦cadas, entre 1949 y 1969. Pero a partir del primer triunfo socialdem¨®crata, el SPD gan¨® las elecciones en cinco ocasiones (1969, 1974, 1980, 1998, 2002) y en seis, la CDU (1983, 1987, 1990, 1994, 2005, 2009).
En la Francia de la V Rep¨²blica, con una Constituci¨®n tallada a la medida del gaullismo, el centro-derecha gobern¨® ininterrumpidamente entre 1958 y 1981; pero desde la primera victoria del socialista Mitterrand, hace 30 a?os, hasta hoy ha habido presidente socialista durante 14 a?os (1981-1995) y de centro-derecha durante 15. En ese mismo periodo, el centro-derecha ha ganado seis elecciones legislativas y el centro-izquierda otras seis, con la particularidad de que en dos ocasiones (en 1986 y en 1997) ha habido cohabitaci¨®n entre presidente de izquierda y Gobierno de derecha, o viceversa. Pero lo m¨¢s llamativo de estos a?os viene siendo la inclinaci¨®n del electorado franc¨¦s por el cambio de preferencias de una elecci¨®n a la siguiente, sea cual sea su ¨¢mbito territorial.
En Italia, la Democracia Cristiana, en solitario o con aliados menores, gobern¨® ininterrumpidamente entre 1948 y los a?os 80, pero tras la crisis del sistema, a comienzos de los 90, la nueva derecha, representada por Berlusconi, se ha alternado con combinaciones diversas de centro- izquierda (con Amato, D'Alema o Prodi).
En fin, fuera de Europa es tambi¨¦n llamativo que en 13 de las 26 elecciones celebradas en Estados Unidos en los 100 a?os que van de 1908 a la elecci¨®n de Obama en 2008, vencieron los dem¨®cratas y en otras 13 los republicanos.
?Y en Espa?a? Hasta la victoria de Zapatero en 2004 hab¨ªa un equilibrio entre los 13 a?os y medio de Gobiernos de centro-derecha (los presididos por Su¨¢rez, Calvo-Sotelo y Aznar) y los 13 a?os y medio de Felipe Gonz¨¢lez. Para volver a ese equilibrio, el PP tendr¨ªa que ganar las dos pr¨®ximas elecciones. Si lo hace en 2012, se producir¨¢ una novedad: ser¨¢ la primera vez que Espa?a se alinee con la mayor¨ªa de pa¨ªses de la UE: cuando gan¨® Felipe Gonz¨¢lez, la derecha dominaba ampliamente, y cuando lo hizo Aznar, era la izquierda la que marcaba el paso: en 1998, 13 de los 15 Gobiernos de la Uni¨®n, incluyendo los de Berl¨ªn, Londres, Par¨ªs y Roma, ten¨ªan Gobierno de izquierda, y se hablaba del agotamiento del ciclo liberal con el mismo ¨¦nfasis con que ahora se diagnostica el colapso de la socialdemocracia. Pero ya se ve que, mientras haya posibilidad de votar, ninguna derrota es definitiva; ni ninguna victoria.
"Nuestros sue?os no caben en vuestras urnas", proclamaba estos d¨ªas un letrero de los acampados en la Plaza de Catalu?a de Barcelona. Es una hermosa queja que sin embargo parte de un malentendido: la democracia no sirve para dar la felicidad; sus fines son m¨¢s modestos: elegir a los gobernantes por un periodo limitado. Posibilidad que solo se valora cuando no se tiene o hay peligro de perderla.
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