Angelino Fons

Recuerdo a Angelino Fons dirigiendo su segunda pel¨ªcula, ya entonces camino del desconcierto. Hab¨ªa tenido un gran ¨¦xito con su adaptaci¨®n de La busca, pero tras dos a?os de paro solo le hab¨ªan ofrecido un insulso musical con Massiel, al que ¨¦l intent¨® dar la vuelta ("si los jipis cog¨ªan flores yo les aconsejaba que cogieran piedras para lanzarlas contra la dictadura", le cont¨® a Ernesto J. Pastor en una magn¨ªfica entrevista). Era 1969, y aunque m¨¢s tarde Fons tuvo la oportunidad de adaptar al cine dos novelas de Gald¨®s, una de sus grandes pasiones, se vio obligado a realizar pel¨ªculas alimenticias que no lograron tener inter¨¦s. Y tir¨® la toalla: "Me separ¨¦ de todo, de mi matrimonio, de mis amigos, de mis posibles enemigos, e hice ejercicios para perder la memoria, en un intento de olvidar muchas cosas, si no todas, dando palos de ciego que siempre daban en el agua y me salpicaban hasta que me moj¨¦ del todo en el mar".

Al final tir¨® la toalla y se limit¨® a esperar que el futuro le invadiese

Tambi¨¦n recuerdo a Coral, su mujer, intentando persuadir a organismos culturales para que le organizaran a Angelino homenajes o retrospectivas, sin llegar a conseguirlo. La Asociaci¨®n de Directores Cinematogr¨¢ficos le entreg¨® en 2005 un premio a su carrera, dese¨¢ndole una "pronta recuperaci¨®n" profesional. Sin embargo, esta no lleg¨®. Angelino se hab¨ªa estancado, limit¨¢ndose a esperar "con curiosidad y paciencia a que el futuro me invada".

En el mundo del cine las cosas no son distintas al resto de los mundos de la vida, tan llena de injusticias. Ahora que Angelino Fons ha muerto, su memoria se aviva: su lucha por unificar el cine de autor con el mercantil, su dignidad, su templanza. Y tantos comentarios de los amigos pregunt¨¢ndose por ¨¦l pero sin que ninguno le llamara, todos ellos, como dec¨ªa Angelino, "tiznados con el estallido de aquel tiempo bruno y umbr¨ªo" del franquismo, "con rincones de oscuridad e incertidumbre".