Inocencia mortal
?Qu¨¦ fue de la leyenda negra de los ni?os actores? Esos precoces pacientes de centros de desintoxicaci¨®n (Drew Barrymore), invitados de honor en las fiestas de pijamas de Michael Jackson (Macaulay Culkin) o remota inspiraci¨®n para el intento de asesinato del presidente de EE UU (Jodie Foster). Hoy ya no hay manera de que se descarrilen. Manejan su carrera con cautela, evitan desmadres y proclaman vidas tan normales como otros chicos de su edad. Todo bicicletas, limonadas y videojuegos.
Tan juiciosos como Saoirse Ronan (Nueva York, 1994). Que, flanqueada por sus padres, pide disculpas por su resfriado, clama adorar a Lady Gaga y educadamente aclara la pronunciaci¨®n de su nombre: "Sersha".
"Ahora que s¨¦ artes marciales, quiero trabajar con Tarantino"
Esta actriz afincada en Irlanda deslumbr¨® con su interpretaci¨®n de Briony Tallis, la preadolescente lianta hermana de Keira Knightley en Expiaci¨®n, de Joe Wright. Cuatro a?os despu¨¦s vuelve a ponerse a las ¨®rdenes de Wright en Hanna, un thriller esquizofr¨¦nico con m¨²sica de los Chemicals Brothers que le debe tanto a la trilog¨ªa Bourne como a los cuentos de los hermanos Grimm. "Es una mezcla de cosas tan diferentes que no me imaginaba el resultado final. Pero me ha encantado, nunca aburre", argumenta Ronan.
Hanna es una ni?a salvaje criada en los bosques ¨¢rticos por su padre (Eric Bana) cuyo descubrimiento del entorno coincide con una peligrosa misi¨®n. En este filme irregular y desconcertante, Ronan se confirma como una implacable robaplanos que llega a eclipsar a la gran Cate Blanchett, su compa?era de reparto y despiadada persecutora.
"Mi personaje es como un zorro, un lobo o un perro", explica la joven actriz, que tuvo que decolorarse el pelo y las cejas para potenciar el efecto canino. "Aunque se trate de una historia extraordinaria, todos podemos identificarnos con ella. Habla de una adolescente que, como cualquier otra, se enfrenta al mundo por primera vez. Cree que se encontrar¨¢ con algo bonito como un cuento de hadas, pero la realidad es dura y aterradora".
Es un personaje tan inocente como letal. A la vez que experimenta su primer beso, rompe el pescuezo a adultos. La menci¨®n a Chlo? Moretz, otra mocosa que zurr¨® a hombres hechos y derechos en Kick-Ass, no le hace demasiada ilusi¨®n: "S¨ª, las dos pateamos traseros, pero no conozco personalmente a Chlo?", dice con un gesto ahora forzadamente dulce. "Parece una ni?ita encantadora. No trato a muchos j¨®venes actores de Hollywood. Es un ambiente del que no me siento parte porque no vivo all¨ª".
Ronan, que cambi¨® el colegio por las lecciones particulares en casa, cuenta con una filmograf¨ªa de calidad suprema. Ha trabajado con cineastas como Wright, Peter Weir (Camino a la libertad) y Peter Jackson (The lovely bones), algo que para ella solo es el comienzo: "Quiero trabajar con Spielberg, qui¨¦n no. Con Danny Boyle, los hermanos Cohen o Tarantino, ahora que he recibido entrenamiento en artes marciales". Por ahora, no hay posibilidad de resbal¨®n con un rol simpl¨®n o infantiloide: "Nadie me ve como una ni?a peque?a. Los guiones que he estado recibiendo tratan sobre chicas mayores que yo. Quiz¨¢ es porque he interpretado a personajes maduros para su edad o muy extra?os".
La ¨²nica pataleta juvenil que Ronan se permite es en el momento en el que comenta los dise?os que tiene la fortuna de lucir en la alfombra roja: "Siempre he querido un vestido de Chanel y ?nunca consegu¨ª uno! Pero ya no me importa. Si Chanel no quiere mandarme un vestido, me da igual. He llevado Prada, Miu Miu, John Rocha o dise?adores irlandeses poco conocidos. Hay que dar oportunidades a los que empiezan". Lagerfeld, est¨¢s avisado.
Hanna se estrena hoy en Espa?a.
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