Una comedia en tono menor

NARRATIVA. Wim y Marie -¨¦l, un correct¨ªsimo contable; ella, una afanosa ama de casa- viven muy ordenada y tranquilamente en su casita de una peque?a ciudad holandesa. Hace dos a?os que los alemanes han ocupado el pa¨ªs, pero ellos no han visto alterada su pac¨ªfica existencia. Desde luego, no cultivan inquietudes pol¨ªticas ni est¨¢n muy enterados de lo que pasa con la ocupaci¨®n. Sin embargo, cuando surge la urgencia de esconder a un desconocido jud¨ªo no lo dudan ni un minuto: van a acogerlo como si fuera su hijo. Ser¨¢ su oportunidad para demostrar a los alemanes que no est¨¢n de acuerdo, ser¨¢ su peque?a venganza para el bombardeo de Rotterdam, ser¨¢ su acto personal de resistencia pasiva. Y siendo tan discretos como met¨®dicos, consiguen durante un a?o sortear todas las dificultades que trae la improvisada convivencia. Es entonces cuando su silencioso hu¨¦sped enferma y muere, y empiezan los verdaderos problemas: ?qu¨¦ hacer con el cad¨¢ver? La segunda novela de Hans Keilson, publicada bastante antes de su provocadora, magn¨ªfica Muerte del aniversario, no carece de elementos tragic¨®micos que derivan a ratos hacia lo grotesco. No obstante, Una comedia en tono menor recrea con su llan¨ªsimo y ameno estilo unas p¨¢ginas harto serias de este cap¨ªtulo demasiado poco recordado de la historia holandesa: la espont¨¢nea ayuda que brindaron miles de holandeses no organizados en la Resistencia a refugiados jud¨ªos, al esconderlos en sus casas durante a?os. Keilson, el ¨²ltimo representante vivo de la generaci¨®n de escritores exiliados de la Alemania nazi, procesa en esta algo esquem¨¢tica historia sus angustiosas experiencias en un escondite en ?msterdam. Y logra desplegar una perspectiva tripartita -la desesperada del refugiado, la pragm¨¢tica de su anfitri¨®n y la afectiva-dolorosa de la mujer-, que asciende este argumento cargado de dramatismo a un relato a la vez ¨ªntimo y ejemplar.