De burdel y champ¨¢n
Offenbach era el rey del Segundo Imperio. Su m¨²sica est¨¢ ligada a los caf¨¦s de Par¨ªs del XIX, al reinado de Napole¨®n III, a la opereta francesa. Sylvain Cambreling ha elegido, quiz¨¢s como aperitivo a su comparecencia como director en Madrid de San Francisco de As¨ªs, de Messiaen, el pr¨®ximo mes, un programa de burdel y champ¨¢n, con fragmentos de operetas tan legendarias como Orfeo en los infiernos, La vida parisienne, La Bella Elena, La gran duquesa de Gerolstein o La P¨¦richole, entre otras. La Sinf¨®nica de Madrid son¨® francamente bien en esta m¨²sica tan chispeante como desenfadada e incisiva.
En este mundillo de sutil iron¨ªa festiva la soprano Felicity Lott es la reina. Tambi¨¦n lo fue en el universo de Richard Strauss en un momento de su carrera, pero eso es otra historia. En la opereta francesa cantar bien no es suficiente. El registro de actriz c¨®mica es fundamental: el gesto, la intencionalidad, la alusi¨®n elegante. Las sonrisas de complicidad desembocaron en carcajadas desinhibidas. No est¨¢ en su mejor momento como cantante, pero su gracia en escena es arrolladora. A su lado tuvo al tenor procedente del repertorio barroco Jean-Paul Fouch¨¦court, que hizo gala de una bis c¨®mica sorprendente. Algunos d¨²os fueron antol¨®gicos. Otros, como el de la barcarola de Los cuentos de Hoffmann, se les fueron de las manos. Fue una tarde divertida en extremo, ideal para tiempos de crisis. Con buena m¨²sica, con inmenso teatro c¨®mico. Con una artista inconmensurable en escena, a la que el paso del tiempo no parece afectar demasiado.
JACQUES OFFENBACH
Con Felicity Lott y Jean-Paul Fouch¨¦court. Sinf¨®nica de Madrid. Director: Sylvain Cambreling. Teatro Real, 9 de junio.
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