Sanchis Guarner, 100 a?os
Este a?o, 2011, se cumple el centenario del nacimiento de Manuel Sanchis Guarner. Tambi¨¦n se cumplen treinta a?os desde que muri¨® ("Nos lo mataron", que dir¨ªa Alfons Llorens), pero se me antoja que ese triste aniversario tiene menos importancia. Quiz¨¢ est¨¦ demasiado cercano y, adem¨¢s, treinta no es un n¨²mero redondo.
Cien a?os s¨ª que es un n¨²mero redondo. Es el n¨²mero que suelen utilizar las instituciones y las ciudades para recordar p¨²blicamente a las personas que contribuyeron a su engrandecimiento. Los centenarios (del nacimiento o de la muerte) de los ciudadanos importantes, se suelen aprovechar para recordarles p¨²blicamente, glosar su obra y, eventualmente, revisar como el paso del tiempo ha modulado su legado. Creo que es indiscutible que el profesor Manuel Sanchis Guarner, que utiliz¨® la mayor parte de su vida en estudiar y fomentar nuestra lengua, nuestra historia, nuestra geograf¨ªa y nuestra etnolog¨ªa puede ser considerado una de las personas importantes que han tenido nuestras instituciones. Quiz¨¢, brevemente, valga la pena repasar por qu¨¦.
No existe un autor valenciano menos dogm¨¢tico y con una visi¨®n tan global del pa¨ªs
Ling¨¹ista casi desde ni?o, fue el firmante m¨¢s joven de las Normes de Castell¨® (1932), la base normativa, a¨²n hoy, de nuestra lengua. Al a?o siguiente publica La Llengua dels valencians, reeditado innumerables veces, y que ahora, casi ochenta a?os despu¨¦s, se sigue vendiendo y estudiando. Despu¨¦s deja su carrera para irse a la guerra, a defender con las armas la traicionada democracia republicana. Esa conducta ejemplar le cost¨® c¨¢rcel (donde se dedic¨® a traducir del alem¨¢n una obra sobre la Albufera) y exilio en Mallorca, donde, adem¨¢s de otras muchas actividades, contribuy¨® de modo fundamental a la redacci¨®n de la obra magna del catal¨¢n, el Diccionari catal¨¤-valenci¨¤-balear, que si-gue siendo el gran referente necesario para quien quiera escribir en cualquiera de las variedades del catal¨¢n.
Otra vez en Valencia vivi¨® de ser profesor de franc¨¦s de instituto (la docencia fue una de las constantes de su vida) hasta poder regresar a la Universidad, su meta de siempre. Adem¨¢s se dedic¨® intensamente a ser un ciudadano ejemplar. Miembro de varias entidades, particip¨® muy activamente en la vida cultural valenciana, lo que le cost¨® m¨¢s de un disgusto. Tuvo que dimitir (poco antes de ser expulsado) de Lo Rat Penat, por defender la visi¨®n cient¨ªfica de la unidad de la lengua y tuvo que ver como su pasado de luchador antifascista le imped¨ªa ser nombrado Cronista de la Ciudad de Valencia.
Supo contestar a esta humillaci¨®n como lo hacen los grandes hombres. Public¨® La Ciutat de Val¨¨ncia, s¨ªntesi d'hist¨°ria i geografia urbana, probablemente la mejor cr¨®nica escrita sobre la ciudad que no lo quiso como cronista y, posiblemente, su obra m¨¢s conocida y divulgada.
Pero no s¨®lo se ocup¨® de la ciudad. Sus estudios y publicaciones cubren todo el territorio que hoy gobierna la Generalitat valenciana. No existe, que yo conozca, un autor valenciano menos dogm¨¢tico y con una visi¨®n tan global de nuestro pa¨ªs.
Su llegada a la Universidad signific¨® la elevaci¨®n, por primera vez en la Histo-ria, del valenciano a la categor¨ªa de lengua universitaria. La fase definitiva de esta larga lucha de Manuel Sanchis Guarner comenz¨® con la creaci¨®n de una curiosa Agregadur¨ªa de Ling¨¹¨ªstica Valenciana, plaza que gan¨® en una oposici¨®n en la que present¨® una memoria en la que desarrollaba un concepto que, muchos a?os despu¨¦s de su muerte, seria clave para la definitiva resoluci¨®n del mal llamado "conflicto ling¨¹¨ªstico valenciano".
Su concepto de Policentrismo Normativo Convergente, utilizable para todas las lenguas que se hablan en m¨¢s de un territorio nacionalmente diferenciado fue el que permiti¨® al Consejo Valenciano de Cultura emitir su dictamen y a las Cortes Valencianas crear la Academia Valenciana de la Lengua (AVL), hoy autoridad indiscutible en la materia.
Su carrera universitaria, hasta su muerte, fue enormemente fecunda, no s¨®lo por lo que ense?¨® y public¨®, sino tambi¨¦n por las entidades que fund¨® y dirigi¨® y que fueron la cuna de los m¨²ltiples profesionales de la docencia que hoy mantienen viva la Escola Valenciana y que nutren el Instituto Universitario de Filolog¨ªa Valencia y la propia Academia. Sin su trabajo, el panorama ling¨¹¨ªstico valenciano de hoy ser¨ªa muy diferente, probablemente con nuestra lengua en grave peligro de extinci¨®n.
Pues bien, en el centenario de su nacimiento, ni la Generalitat, que le debe, en buena parte, la normalizaci¨®n de nuestra lengua, ni el Ayuntamiento de la ciu-dad que tanto estudi¨®, am¨® y publicit¨®, ni la Universidad en la que tanto trabaj¨®, han anunciado, a estas alturas del a?o, y que yo tenga conocimiento, acto alguno para recordar su figura. A¨²n queda tiempo para hacerlo, pero, en cual-quier caso, si las m¨²ltiples obligaciones de los dirigentes de esas instituciones les impiden programar alg¨²n homenaje a Manuel Sanchis Guarner, en su centenario, sirva el presente art¨ªculo para proclamar p¨²blicamente que, adem¨¢s de todo lo expuesto, tambi¨¦n fue un excelente padre.
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