Con el coraz¨®n en la mano
Los t¨ªteres forman una peque?a rep¨²blica gobernada por artesanos orgullosos de su independencia respecto a la industria del teatro, que los considera un arte menor, confundiendo la calidad con el tama?o: en pocos ¨¢mbitos de la escena se viene investigando con tanto acierto en los ¨²ltimos a?os. Hace d¨ªas en esta misma sala Nieva del Centro Dram¨¢tico Nacional, la compa?¨ªa francesa Bak¨¦lite ofreci¨® una lecci¨®n de imaginaci¨®n concreta en Braquage (Atraco), funci¨®n donde con cuatro trastos y alg¨²n dispositivo electr¨®nico casero Olivier Rannou crea en vivo y en tiempo real un thriller cinematogr¨¢fico abracadabrante.
Mano viva, el espect¨¢culo que ofrece ahora el festival Titirimundi en el CDN, tiene como microprotagonistas a la mano derecha de Marco Grignani y a la de Federica Lacomba, cuyos dedos, embutidos en peque?as fundas antropomorfas de goma, encarnan a una pareja de artistas de circo, int¨¦rpretes de n¨²meros cl¨¢sicos a escala 1:18.
MANO VIVA
Autores, directores e int¨¦rpretes. Marco Grignani y Federica Lacomba. Compa?¨ªa Girovago e Rondella. Teatro Valle-Incl¨¢n, sala Nieva.
Del 9 al 12 de junio.
Es un montaje tan sencillo como gozoso que sabr¨ªa mejor desde cerca
Con su dedo coraz¨®n enfundado en una cabeza antropomorfa, el ¨ªndice y el anular en sendas piezas de goma con forma de mano y el pulgar y el me?ique en dos pies, la diestra de Grignani se convierte en un respetable ciudadano calvo y con bigote, capaz de hacer faquirismo, equilibrios y contorsiones sobre una bola de ocho cent¨ªmetros de di¨¢metro y de arriesgarse a saltar sobre un vaso de an¨ªs desde lo alto de un poste.
Su pareja, no menos habilidosa, practica equilibrios a hombros suyos y sobre un solo zanco, mientras hace girar una cinta en el aire vertiginosamente: vale la pena no perder de vista la cara de concentraci¨®n de Federica Lacomba mientras anima a su criatura dactilar con femenino virtuosismo.
Arropado con m¨²sica en vivo e iluminado con focos min¨²sculos, Mano viva es un montaje para todos los p¨²blicos tan sencillo como gozoso, que sabr¨ªa mejor a¨²n si el espectador estuviera un poquito m¨¢s cerca: es para verlo casi pegado a la pista. Cabe encuadrarlo como un h¨ªbrido singular entre la tradici¨®n de microcircos hechos con marionetas y cachivaches (cuyo exponente mayor es el circo de fieras de juguete de Alexander Calder), y esa corriente del teatro de figuras contempor¨¢neo cuyos art¨ªfices son capaces de crear personajes complejos con una mano o un pie desnudos. Hugo e In¨¦s, sus pioneros, nos visitar¨¢n en la pr¨®xima edici¨®n de Titirimundi.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.