La conversi¨®n del idiota
"Cree que somos pobres porque ellos son ricos y viceversa, que la historia es una exitosa conspiraci¨®n de malos contra buenos en la que aquellos siempre ganan y nosotros siempre perdemos (¨¦l est¨¢ en todos los casos entre las pobres v¨ªctimas y los buenos perdedores), no tiene empacho en navegar en el ciberespacio, sentirse online y (sin advertir la contradicci¨®n) abominar del consumismo... ?Qui¨¦n es ¨¦l? Es el idiota latinoamericano". Esto lo escribi¨® Mario Vargas Llosa en 1996 como introducci¨®n al Manual del perfecto idiota latinoamericano, el excelente libro de Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y ?lvaro Vargas Llosa, su hijo. Tanto la introducci¨®n como el libro hacen una demoledora disecci¨®n de las malas pero populares ideas que han tenido a Am¨¦rica Latina empantanada en el subdesarrollo y la corrupci¨®n. Tambi¨¦n ofrecen un muy preciso retrato hablado del tipo de personas que creen en estas ideas y las promueven.
La pregunta inevitable es si el Humala que gobernar¨¢ Per¨² es el original o el que abraz¨® el liberalismo
Ollanta Humala, el reci¨¦n electo presidente del Per¨², calificaba hace dos meses como uno de estos perfectos idiotas. El programa de gobierno que inicialmente ofreci¨® al electorado peruano pareciera haber sido copiado casi textualmente del Manual... Pero mientras que el libro se burla de esas ideas, y muestra c¨®mo han fracasado dondequiera que han sido puestas en pr¨¢ctica, Humala y sus aliados las propon¨ªan seriamente como su plan para gobernar al Per¨². La trayectoria pol¨ªtica del exteniente coronel Humala, sus declaraciones, discursos y entrevistas, su cercan¨ªa a las pamplinas de la doctrina etnocacerista (ni pregunte de qu¨¦ se trata), su golpismo y militarismo y su alianza con Hugo Ch¨¢vez y otros personajes similares lo hacen un ejemplo ic¨®nico de lo que describe el Manual.
Pero eso era antes. Ahora -y s¨²bitamente- Ollanta Humala es otro. Se ha convertido. Bot¨® su programa de gobierno inicial y propuso otro purgado de las ideas que el Manual llama idiotas, se distanci¨® de sus m¨¢s estridentes familiares y de aliados inconvenientes como Hugo Ch¨¢vez, se puso corbata y adopt¨® un discurso moderado y m¨¢s sereno. Tambi¨¦n se torn¨® m¨¢s conciliador con sus anteriores objetos de escarnio: los empresarios, Estados Unidos, los inversionistas extranjeros, las empresas mineras de las que tanto depende el Per¨² y de adversarios pol¨ªticos como, por ejemplo, el expresidente Alejandro Toledo, contra quien auspici¨® un golpe de Estado en 2005.
?Qu¨¦ pas¨®?
Pues que Ollanta Humala no tiene nada de idiota. Se dio cuenta de que si no se convert¨ªa no ganaba las elecciones. En la primera vuelta de las presidenciales peruanas el 70% de los votos fueron para candidatos que repudiaban las ideas que Humala entonces defend¨ªa. Era obvio que si no ajustaba su oferta a lo que el pa¨ªs ped¨ªa, en la segunda vuelta ser¨ªa derrotado por Keiko Fujimori, la hija del expresidente. Humala cambi¨® y gan¨®.
Ahora la pregunta inevitable es si el Humala que gobernar¨¢ al Per¨² es el original, el seguidor del Manual, o el reci¨¦n converso -el que abjur¨® del etnocacerismo (repito: ni pregunte)- para abrazar el liberalismo. Todo parece indicar que, por ahora, el pr¨®ximo presidente del Per¨² intentar¨¢ emular m¨¢s a su actual mejor amigo, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, que a su exmejor amigo, Hugo Ch¨¢vez. Y ?por qu¨¦ no? Brasil es uno los grandes ¨¦xitos del momento y Venezuela una de las grandes oportunidades perdidas. Habr¨ªa que ser idiota para no darse cuenta. Y las realidades pol¨ªticas econ¨®micas, institucionales e internacionales del Per¨² le imponen a Humala limitaciones que Ch¨¢vez nunca tuvo. Adem¨¢s, no hay nada m¨¢s educativo que estar en el palacio presidencial y descubrir que las ideas que parecen buenas en la oposici¨®n son en realidad imposibles de implementar desde el Gobierno.
Nadie, sin embargo, puede garantizar que de la misma manera que Ollanta Humala experiment¨® una repentina conversi¨®n al liberalismo econ¨®mico y pol¨ªtico no vaya a sufrir una reca¨ªda en la cual reaparezcan los instintos, ideas y mentores que guiaron su conducta hasta hace un par de meses. Afortunadamente, su pragmatismo nos da una pista acerca de c¨®mo monitorear su compromiso con sus nuevas creencias: los precios internacionales de los minerales que exporta el Per¨². Si se mantienen altos, las pol¨ªticas de Humala se parecer¨¢n m¨¢s a las de Lula. Y si los precios caen, se le enreda la econom¨ªa y se le hace m¨¢s tentador apelar a las t¨¢cticas usuales de los populistas, sus pol¨ªticas se parecer¨¢n m¨¢s a las de Hugo Ch¨¢vez. Al final, su c¨¢lculo ser¨¢ determinado por factores tan poco ideol¨®gicos -y tan poco idiotas- como estos.
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