"En el f¨²tbol ya no hay cabeceadores"
Poderoso delantero de la Liga en los a?os setenta -jug¨® en el Zaragoza, el Valencia, el Salamanca y el Betis-, Carlos Lobo Diarte (Asunci¨®n, Paraguay, 1954) se refugia ahora en la escritura mientras trata de combatir un c¨¢ncer.
Pregunta. ?Qu¨¦ tipo de poes¨ªa le sale ahora?
Respuesta. M¨¢s melanc¨®lica. Tengo m¨¢s tiempo para pensar. Es una pasi¨®n que estoy desarrollando.
P. ?Se ha vuelto introvertido?
R. S¨ª, soy muy introvertido. Si no me riegas, no me sacas de la ra¨ªz. La soledad puede ser tan buena como perversa. Al final, aunque tu familia te acompa?e, est¨¢s solo. Lo sensible te exprime. Cuanto m¨¢s solitario, m¨¢s esparces tus sentimientos.
P. ?Qu¨¦ expresa?
R. Lo m¨¢s bonito es escribir a la belleza, que est¨¢ en todas partes. Tengo 187 obras registradas en la propiedad intelectual de Valencia: poemas cortos y narraciones. Me gusta mucho la Generaci¨®n del 27: Cernuda, Aleixandre... Leo a ?ngel Gonz¨¢lez, Josefina Pla y los microrrelatos de Augusto Roa Bastos. La inspiraci¨®n te silba. Cada d¨ªa escucho mejor.
"Un futbolista debe dosificar tres factores: las salidas, el sue?o y el sexo"
"Tengo 187 obras registradas, poemas cortos y narraciones; lo sensible exprime"
"Ahora me sale una poes¨ªa melanc¨®lica... Es duro pelear contra la enfermedad"
P. ?El f¨²tbol tuvo mala fama?
R. Es un l¨¢piz corto intelectual, pero siempre hubo jugadores preparados como Valdano, Pirri... Deber¨ªan coger esa estela porque ayuda mucho. Los clubes de Europa exigen formaci¨®n.
P. ?Pudo estudiar?
R. Para estudiar uno siempre encuentra tiempo. Termin¨¦ el Bachillerato. Fui uno de los mejores estudiantes. Mi madre era severa en eso y se lo agradezco. Una hermana es matem¨¢tica, otra psic¨®loga, otro...
P. ?Cu¨¢ntos hermanos tiene?
R. Soy el menor de ocho. Mis padres se separaron cuando yo ten¨ªa dos a?os. Nos cri¨® mi madre. La vida era muy dura. Todos trabaj¨¢bamos en cualquier cosa: alba?iles, panaderos... Paraguay ven¨ªa de la guerra de la Triple Alianza, contra Brasil, Argentina y Uruguay, y de otra contra Bolivia. De un mill¨®n de habitantes nos quedamos en 300.000. El 70% eran mujeres: las residentas.
P. ?Por qu¨¦ le llaman Lobo?
R. Por la zancada r¨¢pida y larga. Me lo puso Mario Ribarola, del Olimpia. "Este parece un lobo", dijo. A los 16 a?os debut¨¦ en el Olimpia, el club m¨¢s laureado de Paraguay, cuatro veces campe¨®n de Am¨¦rica. Fue una peque?a haza?a porque yo era un cr¨ªo. Ten¨ªa velocidad, regate, iba bien por arriba... A los 17 a?os jugu¨¦ con Paraguay en Maracan¨¢ contra el Brasil de Pel¨¦, Jairzinho, Gerson, Tostao, Rivelino... Conservo la camiseta. Siempre llev¨¦ el 9. Me gusta el f¨²tbol en bloque y vertical, como ese Brasil del 70 o el del 82.
P. ?C¨®mo era el f¨²tbol de los setenta en Espa?a?
R. Hab¨ªa jugadores muy agresivos; en el Granada, Fern¨¢ndez, Aguirre Su¨¢rez y Montero Castillo. Fern¨¢ndez me dec¨ªa: "Tranquilo, paisano, no te haremos da?o", pero no me fiaba. Yo a los 11 a?os ya jugaba con mayores y all¨ª te daban bofetones y patadas. El f¨²tbol paraguayo y el uruguayo son los m¨¢s duros. Solo me lesion¨¦ una vez aqu¨ª, en Espa?a, y dos en Paraguay. En mi mejor momento en el Valencia, Ja¨¦n, del Sevilla, me rompi¨® los ligamentos de una rodilla con una plancha. Llevaba 11 goles en siete partidos. Tarz¨¢n Migueli tambi¨¦n impon¨ªa mucho.
P. ?C¨®mo lleg¨® al Zaragoza?
R. Avelino Chaves me vio jugar en la selecci¨®n y me eligi¨® como sucesor de Felipe Santiago Campos; anteriormente vino Arr¨²a. Tambi¨¦n estaban Soto y Ocampo. Nos llamaban los Zaraguayos. El 9 de enero de 1974 llegu¨¦ a Zaragoza, que pag¨® siete millones de pesetas. Sufr¨ª el fr¨ªo del Moncayo y la dureza de los entrenamientos. Pero pude salir adelante. Cobraba 35.000 pesetas al mes y una ficha de 750.000, que ya era dinero. Luis Cid Carriega, el entrenador, me ayud¨® mucho.
P. ?Fue muy juerguista?
R. Mi norma era salir el lunes y descansar el resto: as¨ª tuve 18 a?os a gran nivel. Hay tres factores que debe dosificar un futbolista: salida, sue?o y sexo. Ten¨ªa muchas fans, pero si te das a los placeres... Me cas¨¦ pronto, me separ¨¦, me volv¨ª a casar y tengo cuatro hijos de los que estoy orgulloso.
P. ?Prob¨® las drogas?
R. Jam¨¢s. Un entrenador nos ofrec¨ªa pastillas, pero nunca acept¨¦ ni un agua antes del partido. Mi debilidad fue una buena comida y un buen vino con unos amigos. Una buena carne, aunque para m¨ª sea ahora prohibitivo.
P. ?Qu¨¦ pintaba en la Nochevieja de 1976 en TVE?
R. Me gusta cantar y componer. Valerio Lazarov y Augusto Alguer¨® nos invitaron a Becerra, en paz descanse, y a m¨ª a cantar. Aprend¨ª solo a tocar la guitarra.
P. En el Valencia form¨® una delantera fabulosa.
R. Nos falt¨® un director, un Claramunt. En casa gan¨¢bamos 5 a 0. Fuera, baj¨¢bamos porque el localismo impon¨ªa. Rep, Kempes y yo, Valdez de reserva. Rep desbordaba con regate largo; Kempes era potencia de tiro y conducci¨®n; yo pod¨ªa jugar en el ¨¢rea, si el rival se cerraba, o a la contra. Me fui al Salamanca y coincid¨ª con Juanito, Corominas, D'Alessandro y fuimos s¨¦ptimos. Despu¨¦s, dos a?os en el Betis con Biosca, Carde?osa, Mor¨¢n... Jugamos la UEFA y la gente disfrut¨®.
P. ?Su mejor gol?
R. Uno con el Betis al Athletic: arranqu¨¦ en el medio del campo, le tir¨¦ un sombrero a un jugador, avanc¨¦ en zig zag, llegu¨¦ al central Goiko y la met¨ª por la escuadra. Y el otro, de cabeza, desde fuera del ¨¢rea, con el Olimpia al River. Ya no hay cabeceadores. El ¨²ltimo maestro fue Ayala. Antes estaban Santillana, Zamorano... Yo llegu¨¦ a saltar dos metros. El cabeceo se ha perdido, se juega a ras de suelo.
P. ?Su etapa de entrenador?
R. Entrenaba a la selecci¨®n de Guinea cuando me lleg¨® este mal: dolores en la espalda, se me hinch¨® un ojo. Me detectaron un tumor il¨ªaco y en la v¨¦rtebra. Lo m¨¢s duro son las sesiones de quimioterapia y el despu¨¦s. Cuando mejor est¨¢s, te golpea. Es duro luchar contra esta enfermedad.
P. ?Ve mucho f¨²tbol?
R. S¨ª, lo tengo pegado a los talones y de ah¨ª me sube al coraz¨®n. Tengo debilidad por Iniesta.
P. Si ve un bal¨®n rodando...
R. Voy a entrenar con mis hijos, de 19 y 21 a?os, a las canchitas de al lado de casa.
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