Desasosiego
Exacerbar el debate sobre las finanzas locales con vistas a las generales es asomarse al abismo
El mapa del poder municipal establecido tras la toma de posesi¨®n de los nuevos alcaldes el pasado s¨¢bado apunta al Partido Popular, CiU y Bildu como las tres fuerzas m¨¢s beneficiadas por las elecciones del 22 de mayo. La otra cara de la moneda es el hundimiento de la izquierda representada por el Partido Socialista. Es cierto que el resultado de unas elecciones municipales no es directamente traducible a los de unas generales, pero la dimensi¨®n de los avances y de los retrocesos en este caso evidencia movimientos de fondo en las preferencias del electorado. Todo apunta al inicio de un nuevo ciclo pol¨ªtico en el que la izquierda y, en particular, el Partido Socialista, tiene ante s¨ª la tarea de recomponer su liderazgo y su discurso.
El PP a escala nacional y CiU en Catalu?a acaparan el m¨¢ximo poder municipal de sus respectivas historias en un momento en el que la econom¨ªa espa?ola enfrenta una dif¨ªcil perspectiva, ahora centrada, precisamente, en la situaci¨®n de las cuentas municipales y auton¨®micas. Ceder a la tentaci¨®n de imputar la responsabilidad a los anteriores Consistorios es el peor camino para gestionar una realidad en la que ya no caben los juegos t¨¢cticos y de imagen, sino que exige responsabilidad en la alternancia y determinaci¨®n en las impostergables pol¨ªticas de ahorro. Antes de las elecciones del 22 de mayo los partidos se mantuvieron en la par¨¢lisis y el silencio sobre la situaci¨®n financiera de los Ayuntamientos para no perjudicar sus expectativas. Hacer otro tanto ahora, solo que con la vista puesta en las generales, equivaldr¨ªa a apostar por aproximarse al abismo.
En el Pa¨ªs Vasco, el PNV ha preferido pactar con Bildu antes que con los socialistas y, menos a¨²n, con el PP. La decisi¨®n tendr¨¢ efectos importantes en un momento en el que la banda terrorista encara previsiblemente su final; tambi¨¦n en el futuro de la legislatura que Rodr¨ªguez Zapatero pretende llevar hasta su t¨¦rmino. Aunque, en teor¨ªa, el acuerdo con el PNV para aprobar los pr¨®ximos Presupuestos Generales es posible, en la pr¨¢ctica, el coste pol¨ªtico podr¨ªa ser tan elevado que los socialistas har¨ªan bien en plantearse otras alternativas. El avance de Bildu, con independencia del apoyo recibido por el PNV, puede estimular, por otra parte, el discurso m¨¢s duro de los populares en materia auton¨®mica, de alto aunque arriesgado rendimiento electoral.
Ni siquiera una actitud m¨¢s coherente de IU habr¨ªa servido como paliativo del hundimiento del Partido Socialista; si acaso, habr¨ªa lanzado el n¨ªtido mensaje de que, al menos, la izquierda ha tomado conciencia del tiempo al que tiene que hacer frente. El sustancial avance de las fuerzas populistas y xen¨®fobas en Catalu?a vendr¨ªa a completar un cuadro en el que todo son inc¨®gnitas, desde la situaci¨®n econ¨®mica hasta la salud de las instituciones. La corrupci¨®n no ha recibido castigo, sino que ha reforzado a los dirigentes salpicados por ella.
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