Adi¨®s a Sempr¨²n

Nos sobrecoge la noticia de la muerte de Jorge Sempr¨²n. Como todas las tardes, escuchamos una estaci¨®n de radio de Espa?a. Los medios en Cuba no hablan de tan importante suceso. Tampoco lo hacen al d¨ªa siguiente. Con dificultad hemos seguido la ejemplar vida y la enjundiosa obra de ese gran hombre, vetado en nuestro cerrado archipi¨¦lago. Mucho nos ha faltado por conocer y sobre todo leer, pero no han podido privarnos absolutamente de ¨¦l.

Por aquellos atribulados d¨ªas de represi¨®n, conocida como Primavera Negra de 2003, cuando 75 personas fuimos llevados injustamente a prisi¨®n y sobre nuestras familias se extendi¨® la persecuci¨®n, conocer la solidaridad de Jorge Sempr¨²n fortaleci¨® nuestra convicci¨®n de que la raz¨®n estaba de nuestra parte. Muchos de nosotros hab¨ªamos participado entusiastamente en el proceso iniciado en 1959, y seg¨²n se fue torciendo tratamos de expresar nuestras opiniones con la intenci¨®n de contribuir al progreso de nuestro pa¨ªs, pero el peso del poder nos conden¨® a ser no personas y hasta a muchos a?os de c¨¢rcel.

En estas circunstancias, la excepcional vida de Sempr¨²n ha sido una valiosa ense?anza. Expresamos a sus familiares y al pueblo espa?ol nuestras sentidas condolencias. Estamos seguros de que en toda su dimensi¨®n nunca ser¨¢ olvidado.