Carl Gardner, alma de The Coasters
Fund¨® uno de los primeros grupos negros de la era del 'rock and roll'
Caprichos de la vida, Carl Gardner acab¨® los ¨²ltimos d¨ªas de su existencia sin poder recordar sus a?os dorados, cuando al frente de The Coasters cosech¨® un buen n¨²mero de ¨¦xitos y protagoniz¨® una de las etapas m¨¢s emotivas del mejor rhythm and blues norteamericano. Enfermo de alzh¨¦imer, Gardner falleci¨® el pasado domingo a los 83 a?os tras un fallo cardiaco. Hac¨ªa m¨¢s de un lustro que se hab¨ªa retirado, despu¨¦s de medio siglo cantando y de giras con The Coasters, la banda que fund¨® y mantuvo durante d¨¦cadas a pesar del paso del tiempo, el mismo que le rob¨® la memoria y dej¨® para la lejana historia de otro siglo una gloriosa cosecha de canciones.
Nacido en 1928 en Tyler, Tejas, en el seno de una familia pobre, Gardner siempre quiso dedicarse a la m¨²sica, pero nunca imagin¨® que terminar¨ªa liderando un grupo. Influido por el jazz, dej¨® su hogar con la idea de convertirse en otro Nat King Cole o Billy Eckstine cantando en alguna banda de la efervescente escena de Los ?ngeles. Por su camino, sin embargo, se cruzaron Jerry Leiber y Mike Stoller, por entonces unos talentosos compositores que terminar¨ªan por ser la pareja compositiva m¨¢s brillante del pop cl¨¢sico estadounidense. Con ellos a la batuta, entrar¨ªa en el grupo The Robins en 1954. El ¨¦xito lleg¨® pronto, con temas como Smokey Joe's cafe y Riot in cell block number 9, en los que Gardner era la voz principal.
Su mezcla de g¨®spel y 'rhythm and blues' marc¨® el sonido de los cincuenta
Un a?o despu¨¦s, del peque?o sello Spark Records, propiedad de Leiber y Stoller, dieron el salto a Atko, filial de la compa?¨ªa Atlantic Records, con sede en Nueva York. The Robins mantuvieron a Leiber y Stoller en las tareas de composici¨®n, pero pasaron a llamarse The Coasters por su procedencia de la Costa Oeste. Ahmet Ertegun y Jerry Wexler, capos de Atlantic, decidieron ficharles antes que dejarse una millonada por un Elvis Presley que, bajo el dominio del Coronel Parker y con el ¨¦xito de Hound dog, se ofrec¨ªa al mejor postor para abandonar Sun Records. En palabras de Leiber, recogidas en el libro autobiogr¨¢fico Hound dog, este hecho ilustra la gran impresi¨®n que The Robins hab¨ªan causado en el negocio discogr¨¢fico. Sin la relevancia mundial de Presley y alejados del primigenio rock and roll, que no formaba parte de la m¨²sica dominante de la ¨¦poca, The Coasters conquistaron las ondas y crearon un universo propio, atractivo y de genoma negro.
Con Gardner y Bobby Nunn -ambos de The Robins- y Leon Hughes y Adolph Jacobs, The Coasters se convirtieron en emblema de toda una generaci¨®n de oyentes. Fueron uno de los primeros grupos negros de la era del rock and roll. Al tiempo que llegaron a audiencias blancas con su aspecto amable y su estilo inmaculado canalizaron en su deliciosa mezcla de sonidos afroamericanos las inquietudes de la juventud de los cincuenta. Pocas asociaciones como la de esta banda y la pareja Leiber & Stoller fueron tan fruct¨ªferas y esplendorosas en la edad dorada del pop norteamericano. Down in Mexico, Charlie Brown, Young blood, Yakety Yak o Poison ivy, entre varias, dan buena cuenta de su sabrosa y rutilante combinaci¨®n de rhythm and blues y g¨®spel, gen¨¦ricamente conocida como doo wop. Una ¨¦poca dorada ya extinta, condenada a ser olvidada por las nuevas generaciones del siglo XXI y que -lo que es igual de triste- se desvaneci¨® tambi¨¦n de la cabeza de Gardner, una de sus voces m¨¢s reconocidas y aplaudidas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.