Guerrilla femenina contra V. S. Naipaul
Escritoras anglosajonas cargan contra el Nobel por sus opiniones machistas
Mysogynist prick (gilipollas mis¨®gino) es el poco amable ep¨ªteto que la escritora Keri Hulme dedica desde las ant¨ªpodas a V. S. Naipaul y a su exabrupto sobre la "inferioridad" de cualquier obra salida de la pluma de una mujer. Si el mundillo literario de Reino Unido, acostumbrado a la controvertida personalidad del Nobel 2001, no se rasg¨® en exceso las vestiduras cuando este se?al¨® como com¨²n denominador de todas las literatas el "sentimentalismo" y "visi¨®n estrecha del mundo", la autora neozelandesa ha decidido abandonar su habitual reclusi¨®n para responderle con dureza. Su colega estadounidense Francine Prose tambi¨¦n se ha sumado a la cr¨ªtica, al ridiculizar la pretensi¨®n de Naipaul de que su obra es muy superior a la de, por ejemplo, Jane Austen.
"Seg¨²n envejece, sus juicios se hacen m¨¢s repugnantes", opina Hulme
"A medida que envejece, su comportamiento y juicios se vuelven m¨¢s repugnantes. Muchos miles de escritoras le superan y le superar¨¢n", ha escrito Hulme en una web literaria. Como cuestionable puntilla, la poetisa, autora de relatos cortos y de una ¨²nica novela que mereci¨® el Premio Booker en 1985 (The Bone People), concluye que la obra de Naipaul ya no tiene la relevancia de hace tres d¨¦cadas. "Y no me sobrevivir¨¢", a?ade.
Las declaraciones del autor de Una casa para el se?or Biswas, Guerrillas y una dilatada narrativa sobre el mundo colonial, implican para Francine Prose una sensible cuesti¨®n de fondo: la persistencia de una noci¨®n de inferioridad en lo que ata?e a las autoras. "La idea de que Naipaul se considere mejor escritor que Jane Austen ser¨ªa simplemente risible si el prejuicio que revela no fuera todav¨ªa habitual ni tuviera un efecto tan da?ino sobre lo que muchas mujeres hemos decidido hacer con nuestras vidas", subraya.
"?Cree realmente [el Nobel] que Hilary Mantel, A. S. Byatt o Iris Murdoch son 'sentimentales'?", escribi¨® el cr¨ªtico literario brit¨¢nico Alex Clark cuando Naipaul formul¨® sus pol¨¦micas declaraciones a principios de mes, durante una entrevista celebrada en la Royal Geographic Society de Londres. "Desde luego, ser¨ªa dif¨ªcil encontrar a una escritora con un ego que iguale al suyo", apostill¨® su colega del Daily Telegraph, Helen Brown, remitiendo a una reciente biograf¨ªa autorizada donde se describe al escritor de origen indio y nacido en Trinidad (1932) como un personaje inmaduro, ego¨ªsta, mis¨®gino y psicol¨®gicamente cruel con las mujeres.
?l mismo nunca ha renegado de esas etiquetas, como tampoco ha huido nunca de la pol¨¦mica -m¨¢s bien parece alimentarla- a la hora de establecer juicios sobre el islam como una religi¨®n que somete a sus fieles, o de revelar su desprecio hacia aquellas naciones que consiguieron tard¨ªamente la independencia ("son pa¨ªses a medio construir").
Genio y figura a sus 78 a?os, V. S. Naipaul solo se ha permitido una debilidad en los ¨²ltimos tiempos, la reconciliaci¨®n p¨²blica con el novelista estadounidense Paul Theroux, a quien hab¨ªa jurado "odio eterno" hace tres lustros. Cuanto menos, sus compa?eros de g¨¦nero s¨ª merecen la consideraci¨®n del Nobel.
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