Espa?a da valor a un estilo
La selecci¨®n refuerza su idea futbol¨ªstica y vence a la Rep¨²blica Checa con dos goles de Adri¨¢n y la inteligencia de Mata
Espa?a no renunci¨® a su idea futbol¨ªstica. Simplemente, dio un paso adelante. Y entre otras muchas cosas, a la selecci¨®n le ocurri¨® que encontr¨® a Mata, porque lo busc¨® donde debe estar, en su h¨¢bitat natural entre los centrocampistas y el delantero.
De ese paso adelante y de ese encuentro naci¨® una victoria necesaria y convincente, la que ratifica una idea, pero con la profundidad necesaria para que resulte interesante. Espa?a ante Inglaterra jug¨® bonito. Ayer, ante la Rep¨²blica Checa, jug¨® bien, que son cosas parecidas, pero distintas. El mi¨¦rcoles gust¨®. Ayer gust¨® y marc¨® dos goles que enlazan directamente con su forma de entender el f¨²tbol.
Dos acciones inteligentes de Mata, el futbolista m¨¢s pillo sobre el campo, y dos remates cl¨¢sicos de delantero a cargo de Adri¨¢n. El f¨²tbol que concibe el toque como paso previo al remate y no como un fin en s¨ª mismo.
REP?BLICA CHECA 0 - ESPA?A 2
Rep¨²blica Checa: Vaclik; Celustka, Mazuch, Suchy, Lecjaks; Gecov; Dockal, Vacha, Moravek (Kadlec, m. 63); Hlousek (Cerny, m. 77) y Pekhart (Kozak, m. 46). No utilizados: Stech, Hanus, Reznik, Horava, Kovarik, Marecek, Chramosta, Rabusic y Hosek.
Espa?a: De Gea; Montoya, Bot¨ªa, Dom¨ªnguez, Didac; Thiago, Javi Mart¨ªnez, Herrera; Mata (N'Sue, m. 88), Adri¨¢n (Parejo, m. 73) y Muniain (Capel, m 82). No utilizados: Mi?o, Mari?o, Azpilicueta, San Jos¨¦, Jeffren, Bojan, J. ?ngel, Ruiz y Rub¨¦n P¨¦rez.
Goles: 1-0. M. 26. Adri¨¢n. 2-0. M. 47. Adri¨¢n.
?rbitro: Sch?rgenhofer (Austria). Amonest¨® a Javi Mart¨ªnez, Mata, Vacha, Bot¨ªa, Kozak, Adri¨¢n, Pekhart y Mazuch.
4.662 espectadores en el Viborg Stadium.
Cuesta trabajo explicarse que los checos llevasen desde 2008 sin perder en esta categor¨ªa. Frente al estilismo espa?ol, opon¨ªan un equipo muy grande, pero un f¨²tbol muy peque?o. Su propuesta es b¨¢sica. Dos tallos en la delantera y a volarles la cabeza a balonazos desde cualquier punto. Pelkhart y Hlousek son tipos acreditados en la Liga alemana, pero del mismo modo que Espa?a dio un paso adelante, su victoria naci¨® desde atr¨¢s. Los centrales Bot¨ªa y Dom¨ªnguez, con la ayuda inestimable de Javi Mart¨ªnez, los borraron del campo, encendieron sus iras y los quemaron. La Rep¨²blica Checa no tiene plan B: o juega as¨ª o no juega. Y ayer no jug¨®, prefiri¨® golpear el bal¨®n y lo que no era el bal¨®n, con la permisividad de un ¨¢rbitro, el austriaco Sch?rgenhofer, al que le gustan los topetazos y no considera el juego peligroso como motivo de amonestaci¨®n. De haberlo hecho, pocos futbolistas checos hubieran acabado el partido.
Espa?a salt¨® esa roca, buscando un f¨²tbol raso, pero vertical, paciente pero r¨¢pido en la ejecuci¨®n. La entrada de Muniain le dio m¨¢s solvencia en la banda izquierda por su capacidad de desequilibrio. El cambio se not¨® inmediatamente: a los nueve minutos ya hab¨ªa creado su primera ocasi¨®n de gol por medio, qui¨¦n si no, de Mata. Y antes de la media hora del encuentro ya hab¨ªan conseguido su primer gol. Ganar unos metros y llevar el rondo a las narices del ¨¢rea le result¨® ventajoso, sobre todo ante una debil¨ªsima defensa checa. En toda la primera mitad, su rival hab¨ªa encajado un gol, no hab¨ªa rematado a porter¨ªa y hab¨ªa cometido 14 faltas. La desigualdad era notable.
Solo quedaba liquidar la contienda con un segundo gol que limase las ¨²ltimas esperanzas checas, muy fuertes (ayer menos) a bal¨®n parado. Sus acreditados delanteros fortachones fueron sustituidos, todo un s¨ªntoma de la levedad checa, mientras Espa?a pon¨ªa el candado con el segundo gol de Adri¨¢n como si fuera la repetici¨®n del gol anterior, esta vez con recorte incluido del delantero. Y lo hizo nada m¨¢s retornar del descanso, lo que destroz¨® al equipo checo, que tuvo una lev¨ªsima reacci¨®n con las incursiones de su lateral derecho Celustka. La sombra de Inglaterra, con aquellas incursiones de Walker, plane¨® unos minutos por la cabeza de los espa?oles, hasta que Thiago, Herrera, Javi Mart¨ªnez y Mata recuperaron el bal¨®n, lo escondieron y lo movieron tanto que acabaron mareando a un rival no entregado pero s¨ª destruido. La espuma al final pudo con la roca.
El efecto Muniain
Como si quisiera acicalarse para su deb¨², Iker Muniain apareci¨® con un corte de pelo singular que acentuaba a¨²n m¨¢s su imagen casi adolescente y su aire de chico travieso. En un lado calentaba ¨¦l con los suyos; en el otro, un chicarr¨®n checo, Celustka, que luc¨ªa el 5 de los antiguos centrales. El grande y el chico iban a verse las caras en un partido bronco y tenso, porque Luis Milla decidi¨® conceder la banda izquierda al delantero del Athletic, en detrimento de Jeffren o Capel, los otros aspirantes. Fue el ¨²nico cambio respecto al partido frente a Inglaterra. Muniain era el m¨¢s joven, el m¨¢s bajo, el de menor peso, y Luis Milla esperaba lo que encontr¨®.
A Muniain le encanta tirar paredes, construir rondos en las inmediaciones del ¨¢rea y regatear. A las primeras de cambio, Celustka le dio su tarjeta de visita, pero Muniain no se arrug¨®. Se asoci¨® a menudo con Didac, Mata y Herrera, haciendo el juego m¨¢s profundo. El navarro tiene esa clase de genio que cuando se ve el bal¨®n en su botas se intuye que va a pasar algo. Y pas¨® que Espa?a gan¨® en amplitud y encontr¨® un delantero que gusta del ¨¢rea y de las combinaciones al primer toque. Es decir, que participa del alma de la selecci¨®n.
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