El plomo envenena las protestas en China
Las intoxicaciones por metales pesados que producen las f¨¢bricas alientan las revueltas en una sociedad cada vez m¨¢s cr¨ªtica con la gesti¨®n del Gobierno
Los esc¨¢ndalos debidos al envenenamiento por plomo se multiplican en China, a pesar del compromiso p¨²blico del Gobierno para atajarlos, y se han convertido en un nuevo foco de inestabilidad social en el pa¨ªs asi¨¢tico, donde los Gobiernos locales ocultan con frecuencia las intoxicaciones.
M¨¢s de 600 personas han dado niveles altos, y en muchos casos peligrosos, del metal pesado en la sangre en la poblaci¨®n de Yangxunqiao (provincia costera de Zhejiang), seg¨²n ha informado esta semana la prensa china. Las v¨ªctimas son trabajadores de f¨¢bricas que producen papel de esta?o y algunos de sus hijos; 26 adultos y 103 ni?os han resultado gravemente envenenados.
Se trata del ¨²ltimo caso de un problema que afecta a muchas poblaciones en China, donde los vecinos viven con frecuencia a escasos metros de factor¨ªas con condiciones de seguridad laboral m¨ªnimas y talleres que compiten para fabricar lo m¨¢s barato posible.
Las autoridades locales suelen ocultar los da?os de sus factor¨ªas
Millones de ni?os se han visto afectados, seg¨²n Human Rights Watch
Quienes se atreven a denunciar el problema son silenciados
Los funcionarios priman el desarrollo sobre la salud en los municipios
El esc¨¢ndalo se suma a los registrados en los ¨²ltimos meses en esta y otras provincias de China, donde el r¨¢pido crecimiento de la econom¨ªa, el af¨¢n por el beneficio inmediato, la laxitud de los controles y la corrupci¨®n han causado serios problemas medioambientales que, a menudo, desembocan en estallidos de violencia por parte de los afectados.
Millones de ni?os se han intoxicado con plomo en todo el pa¨ªs, seg¨²n asegura la organizaci¨®n de derechos humanos Human Rights Watch (HRW), con sede en Nueva York, en un informe hecho p¨²blico ayer en el que afirma tambi¨¦n que los funcionarios locales minimizan sistem¨¢ticamente los peligros del plomo y niegan el derecho a hacerse an¨¢lisis m¨¦dicos a los posibles afectados para ocultar el problema.
El Gobierno tiene en marcha una campa?a contra la contaminaci¨®n por metales pesados. Cientos de f¨¢bricas de bater¨ªas de plomo y ¨¢cido han sido clausuradas en Zhejiang, despu¨¦s de que la prensa oficial publicara casos de intoxicaciones. El Ministerio de Medio Ambiente ha pedido acciones urgentes, ya que los envenenamientos han creado gran resentimiento entre la poblaci¨®n.
Pek¨ªn ve con gran preocupaci¨®n cualquier foco de protestas, especialmente desde que a principios de a?o estall¨® en el norte de ?frica una ola de revoluciones populares, que se extendi¨® luego a Oriente Medio, en demanda de justicia social y democracia. Pero a menudo es incapaz de respaldar sus compromisos p¨²blicos con la inversi¨®n o el deseo pol¨ªtico necesarios para hacer que sean cumplidos, ya que los funcionarios locales dan prioridad al crecimiento econ¨®mico y los beneficios antes que a la protecci¨®n medioambiental.
En el medio centenar de entrevistas realizadas a padres y parientes en provincias como Hunan, Henan, Yunnan y Shaanxi, HRW encontr¨® que las autoridades intentaban silenciar continuamente a quienes quer¨ªan hablar o pedir ayuda. Muchas familias afectadas aseguraron que se les imped¨ªa hacerse las pruebas de detecci¨®n de plomo, se les negaban los resultados o se les entregaban datos aparentemente maquillados. "Quiero saber c¨®mo ha enfermado mi hijo, pero no me puedo fiar de los resultados del ensayo local", cuenta una mujer de Hunan en el informe. "Padres, periodistas y activistas que se atreven a hablar sobre el plomo son detenidos, acosados, y, en ¨²ltima instancia, silenciados", escribe Joe Amon, director de salud y derechos humanos en la organizaci¨®n no gubernamental. Algunos padres afirman que despu¨¦s de que sus hijos dieran niveles peligrosos de plomo en la sangre, los m¨¦dicos solo les dijeron que les dieran leche y otros alimentos como manzana o ajo.
El secretismo de las autoridades recuerda al esc¨¢ndalo del contagio de sida por la venta de sangre contaminada a finales de la d¨¦cada de 1990, que afect¨® a decenas -o cientos, seg¨²n las fuentes- de miles de personas, y la epidemia de SARS en 2003.
China es el mayor productor y consumidor mundial de plomo refinado. Aunque la prohibici¨®n de la gasolina con este metal a finales de los noventa ayud¨® a reducir una de las mayores fuentes de envenenamiento, el progreso del pa¨ªs y el auge en la producci¨®n de autom¨®viles, bicicletas el¨¦ctricas y aparatos de electr¨®nica ha disparado la demanda de bater¨ªas. Alrededor del 75% de la producci¨®n mundial del plomo es destinada a bater¨ªas.
La contaminaci¨®n por plomo -que frecuentemente se produce poco a poco, debido a una exposici¨®n continuada a peque?as cantidades- puede causar graves da?os al cuerpo, incluidos el cerebro, los ri?ones y los sistemas muscular, nervioso y reproductivo. Los ni?os son muy sensibles al metal porque absorben hasta la mitad de la cantidad a la que est¨¢n expuestos, y pueden experimentar problemas de crecimiento y de desarrollo del cerebro, en ocasiones irreversibles. Una circunstancia muy delicada en China, donde la sanidad es de pago e impera la pol¨ªtica del hijo ¨²nico.
En mayo pasado, las autoridades de Zhejiang detuvieron a 74 personas y suspendieron el trabajo en cientos de f¨¢bricas despu¨¦s de que 172 personas -entre ellas, 53 ni?os- enfermaran por el plomo. En octubre de 2009, manifestantes enojados da?aron camiones y las vallas de una fundici¨®n despu¨¦s de que trascendiera que m¨¢s de 600 ni?os hab¨ªan dado positivo en pruebas de detecci¨®n del metal.
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