M¨¢s democr¨¢tica e igual de solidaria
Esta primavera hace 30 a?os que las Cortes Espa?olas introdujeron el matrimonio entre iguales. En aquel a?o se hablaba mucho del divorcio, que se aprob¨® en el verano, pero los cambios legales que se hicieron en la primavera fueron a¨²n m¨¢s significativos para la transformaci¨®n de la familia en Espa?a. Legalizar el divorcio fue una reforma importante, ya que aumentaba las libertades individuales y permit¨ªa rehacer su vida a los matrimonios rotos, pero el mayor cambio familiar lo impulsaron las reformas del C¨®digo Civil de mayo de 1981 que hicieron ley lo que proclamaba la Constituci¨®n de 1978.
El matrimonio espa?ol siempre hab¨ªa estado basado en la superioridad del hombre. As¨ª lo dec¨ªan las leyes sucesivas que obligaban a la esposa a su obediencia. Hasta que la Constituci¨®n de 1978 declara que los hombres y las mujeres son iguales en derechos y deberes, incluso dentro del matrimonio.
El cambio de la familia espa?ola ha sido extraordinario en estos ¨²ltimos 30 a?os. Y el desencadenante fue este: los derechos y libertades de las mujeres dentro del matrimonio. Las obligaciones y la autoridad sobre los hijos se comparten entre la madre y el padre. Todos los hijos son iguales ante la ley y desaparecen los hijos ileg¨ªtimos. Todos los ciudadanos nacen leg¨ªtimamente desde entonces, sean qui¨¦nes sean sus padres y sea cu¨¢l sea la relaci¨®n entre su padre y su madre.
La familia ha pasado de ser una instituci¨®n jer¨¢rquica, basada en el poder del padre-marido, a ser una instituci¨®n democr¨¢tica en la que tanto las mujeres como los hijos tienen derechos. Esta ha sido la gran transformaci¨®n de la familia espa?ola, cambio que a¨²n estamos asimilando. Todav¨ªa hay quien no acepta la libertad de la mujer y prefiere matarla aunque vaya a ser severamente castigado por ello. La tradici¨®n patriarcal del honor vinculada al poder sobre la mujer ya no es leg¨ªtima, pero algunos todav¨ªa creen en ella.
La sociedad espa?ola ha ido aceptando el cambio y construyendo unas nuevas relaciones de igualdad en una forma que nos acerca bastante a las estructuras familiares que vemos en las sociedades m¨¢s democr¨¢ticas y m¨¢s pr¨®speras del norte de Europa.
Tradicionalmente, la instituci¨®n familiar en Espa?a estaba marcada por las exclusiones, caracterizando a quien pod¨ªa o no formar parte de ella. En la Constituci¨®n del 78 se sientan las bases para que todos puedan formar una familia con los mismos derechos. Poco a poco, ello ha ido tomando fuerza de ley y las personas solteras con sus hijos o las parejas del mismo sexo pueden constituir una familia.
En la familia espa?ola el matrimonio es importante, pero no es lo fundamental. Lo que verdaderamente constituye la esencia de la familia espa?ola son las relaciones intergeneracionales. Las redes familiares se vinculan por lazos de sangre que integran solidariamente las relaciones entre las madres y los hijos, entre los padres, los abuelos y los nietos en ese entramado familiar que es un pilar b¨¢sico de nuestra sociedad.
La solidaridad intergeneracional ha sido uno de los rasgos m¨¢s tradicionales de la familia en Espa?a y, afortunadamente, no parece haber desaparecido. El otro rasgo tradicional era el poder masculino, la superioridad de los hombres sobre las mujeres. Este rasgo s¨ª que lo hemos perdido.
In¨¦s Alberdi es catedr¨¢tica de Sociolog¨ªa en la Universidad Complutense.
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