Hay gente como la brisa

Seg¨²n el estudio Pulso de Espa?a 2010, publicado por la Fundaci¨®n Jos¨¦ Ortega y Gasset-Gregorio Mara?¨®n a partir de una encuesta de Metroscopia, el 70% de los espa?oles de 18 a 34 a?os desconf¨ªa. Lo se?alaba el viernes en estas p¨¢ginas Aitor Riveiro, quien tambi¨¦n se?alaba que el 34% opina que nadie o casi nadie merece que le consideren "buena persona". Esto coincide con la teor¨ªa de mi amigo Felipe Mellizo, quien afirma que "mientras no demuestre lo contrario, debes suponer que cualquier persona tiene todas las posibilidades de ser un hijo de puta".

Esa teor¨ªa extrema, en estos momentos, puede tener otro giro no tan bestia: cualquier persona tiene todas las posibilidades de ser un indignado, sobre todo a partir del 15-M madrile?o, que ya se ha extendido a todo el territorio nacional.

El diccionario define la indignaci¨®n como "ira o enfado vehemente contra una persona o cosa". Pero no siempre la ira es un vendaval. A veces es una brisa serena, bastante m¨¢s eficaz que la vehemencia. La brisa pasa a tu lado, te acaricia y hace m¨¢s llevadera la agresi¨®n del calorazo. Y no te da la lata. Se aleja enseguida y no da tiempo ni a saludarla, pero deja sosiego y hace que el cabreo no se instale en el alma como un par¨¢sito que corroe la vida y la convivencia. A pesar de todos los pesares y de todas las encuestas, hay mucha m¨¢s gente buena que mala. Lo que pasa es que los malos se hacen notar mucho m¨¢s y agravan la desconfianza entre las personas. Hay gente que es como la brisa.

Otros inspiran resquemor. Isabel San Sebasti¨¢n, periodista de Telemadrid, siempre est¨¢ cabreada y de mal caf¨¦. Parece salida del sector m¨¢s radical del 15-M. Dale alegr¨ªa a tu rostro, Macarena. No nos amargues, que ya tenemos bastante.