'Desafiliados'
La misi¨®n del FMI ha terminado de diagnosticar in situ la situaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola. A partir de este momento sus componentes analizar¨¢n, ya en sus laboratorios, la capacidad de crecimiento en el futuro y el grado de correcci¨®n de los desequilibrios actuales. Recemos, por el bien de todos, para que esta vez el Fondo acierte m¨¢s que en las anteriores, pues con la nerviosa sensibilidad que han adquirido los mercados, una mala nota para Espa?a significar¨ªa otro aumento de la prima de riesgo: m¨¢s dinero para pagar deudas y menos para inversi¨®n p¨²blica o gasto social.
El FMI ha elaborado su trabajo sin interferencias de la opini¨®n p¨²blica. En silencio. Los funcionarios que han venido a Madrid habr¨¢n tenido ocasi¨®n de observar en directo el da?ino efecto contagio de la crisis griega en las cuentas del Reino de Espa?a, y las consecuencias del mismo en quienes se sienten m¨¢s concernidos por los sacrificios impuestos: en unas semanas, el silencio de las v¨ªctimas ha devenido en el movimiento de los indignados, que tiene mucho m¨¢s recorrido que las acampadas, las manifestaciones o los bloqueos a las instituciones representativas. Los que hasta ahora han protestado y manifestado tan fuerte desapego hacia los pol¨ªticos, no se representan solo a ellos, sino que prestan su voz a muchos otros que todav¨ªa no han salido a las calles.
Aumenta en un 60% el n¨²mero de planes de pensiones privados que se rescatan por las dificultades econ¨®micas
Este es el contexto en el que habr¨¢ trabajado la misi¨®n del FMI. Pero ello es solo una parte de la realidad. Hay otra en la que los representantes de los organismos multilaterales no suelen profundizar. Ni visitar. En las crisis largas y profundas, como la actual, se da una separaci¨®n creciente entre una categor¨ªa central de asalariados, protegidos por el Estado de bienestar (sanidad, educaci¨®n, pensiones, seguro de desempleo...) y abundantes categor¨ªas de excluidos, desarraigados o marginales: esos a quienes Robert Castel ha denominado los desafiliados al sistema.
La Memoria del Consejo Econ¨®mico Social (CES) correspondiente a 2010, reci¨¦n publicada, proporciona abundante informaci¨®n para cuantificar esta ¨²ltima categor¨ªa. Reproduzcamos tres de las tendencias que analiza:
- El porcentaje de poblaci¨®n en riesgo de pobreza es del 23,4%, casi la cuarta parte del total, con el aumento m¨¢s importante en un solo a?o (un 1,3%), el ¨²ltimo, desde que existen registros relativos a esta magnitud. El incremento de la pobreza produce en paralelo un aumento de la desigualdad, bastante pronunciado desde 2008. No en vano la renta de la poblaci¨®n con mayores ingresos en Espa?a fue seis veces superior a la de la poblaci¨®n con ingresos m¨¢s bajos, mientras que en la UE esa diferencia se reduce a 4,9.
- La protecci¨®n por desempleo alcanz¨® a poco m¨¢s de tres millones de personas, habiendo entonces m¨¢s de un mill¨®n de desempleados que no recibi¨® ninguna prestaci¨®n. Por tanto, la tasa de cobertura retrocedi¨® desde el 80% registrado en diciembre de 2009 al 77,4% un a?o despu¨¦s. El seguro de paro, que ha sido la vertiente de la protecci¨®n social que mayor esfuerzo ha desplegado para amortiguar la p¨¦rdida de rentas que acarrea el paro, "ha comenzado a dar se?ales de no ser suficiente para alcanzar a todas las situaciones, con un protagonismo cada vez mayor de la vertiente asistencial".
- Como consecuencia de las crecientes dificultades econ¨®micas de los ciudadanos hay un importante aumento de los rescates anticipados de las aportaciones realizadas a los planes de pensiones, desde que se ampli¨® esta posibilidad. En 2010 aument¨® un 62% el n¨²mero de beneficiarios que se acogi¨® a esta posibilidad. Los planes de pensiones agrupan en Espa?a m¨¢s de 10 millones de cuentas de part¨ªcipes, aunque sus aportaciones son escasas (la mayor¨ªa por debajo de los 900 euros).
La misi¨®n del FMI deber¨ªa atender a la Memoria del CES para elaborar su descripci¨®n equilibrada de la econom¨ªa espa?ola: el desempleo, el descenso de los ingresos, la riqueza y la renta disponible de los hogares siguen marcando el empeoramiento de las condiciones de vida de la poblaci¨®n. La crisis hace recobrar importancia a las redes de solidaridad familiares e informales, para atenuar las consecuencias m¨¢s graves de la recesi¨®n. Y ello, concluye el CES, "trasluce la p¨¦rdida progresiva de la capacidad de las pol¨ªticas sociales para afrontar una situaci¨®n como la actual".
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