"Tenemos que ser como Gandhi"
Decenas de miles de personas marchan desde Legan¨¦s confiados en su fuerza y con llamadas a evitar la violencia
Teo, Ana, Susana, Guillermo, Jos¨¦ Aurelio, ?ngel, Wilson, Francisco, Mauricio y Mari Cruz son solo una decena de las miles de personas que ayer formaron parte de la columna de Legan¨¦s, cientos de personas que comenzaron su marcha a las nueve de la ma?ana en ese pueblo del sur de Madrid y terminaron cinco horas despu¨¦s en el centro de Madrid.
No todos acudieron al punto inicial, la estaci¨®n de cercan¨ªas, a 12 kil¨®metros de la Plaza de Neptuno: "Yo ya soy mayor y no habr¨ªa aguantado. Vine en Metro hasta Embajadores. As¨ª apoyo a todos estos j¨®venes", aseguraba ?ngel, de Navalcarnero, quien sonre¨ªa con muchos de los esl¨®ganes que se pod¨ªan o¨ªr pr¨¢cticamente a cada minuto.
De Carabanchel ven¨ªa Mauricio, ayudado de un bast¨®n con el que consegu¨ªa mantener el equilibrio: "No estoy aqu¨ª por m¨ª, que estoy jubilado, sino por el futuro de mis hijas", explicaba este hombre, de complexi¨®n fuerte, que aseguraba que en un mes tiene que pasar por el quir¨®fano para operarse de la cadera.
Una columna de indignados recorri¨® 12 kil¨®metros hasta el centro de Madrid
La organizaci¨®n y la polic¨ªa evitaron que se produjera ning¨²n incidente
Quien s¨ª form¨® parte de la marcha desde el principio fue Francisco. Durante m¨¢s de cuatro horas fue ganando protagonismo con su profunda voz. De ella surg¨ªa la mayor¨ªa de c¨¢nticos de los indignados, sobre todo los contrarios a los pol¨ªticos: "La cosa est¨¢ muy mal", aseguraba, "y todo el mundo tiene que ser consciente de que no nos movilizamos solo por nosotros sino tambi¨¦n por ellos. Como dice el eslogan: ?obrero despierta, el paro est¨¢ a tu puerta!", terminaba, a gritos, este hombre perdido en medio de la multitud.
Desde Legan¨¦s, los indignados iniciaron la caminata "con mucha ilusi¨®n" y muy bien organizados: agua, comida y, por supuesto, ropa para caminar sobre el asfalto hasta las proximidades del Congreso de los Diputados.
Conforme avanzaba la denominada columna de Legan¨¦s, los indignados ya se pod¨ªan contar por miles, seg¨²n asegura la organizaci¨®n. Para evitar cualquier problema, la asamblea popular de este municipio hab¨ªa puesto en marcha un dispositivo de seguridad que en todo momento estuvo coordinado estrechamente con la polic¨ªa.
Guillermo era uno de los responsables del comit¨¦ de respeto, que en todo momento trataba de que la marcha discurriera seg¨²n los cauces establecidos. Y a tenor del desenlace de la protesta, lo consigui¨®: no hubo ni un solo incidente. "El respeto es lo primero. Y aqu¨ª nosotros lo hemos mantenido en todo momento", aseguraba este asturiano afincado en Legan¨¦s "desde hace muchos a?os". Un portavoz del Samur inform¨® al cierre de la manifestaci¨®n que solo hubo cinco personas atendidas, todos por problemas menores.
La caminata se desarroll¨® en conclusi¨®n en un ambiente festivo, con las canciones y los esl¨®ganes ya conocidos: "No nos mires ¨²nete"; "no hay tanto pan para tanto chorizo"; "se va a acabar la paz social"; "esta crisis no la pagamos"; "hace falta ya una huelga general"; y "no, que no, que no nos representan".
Teo era de los que comenzaron a caminar en Legan¨¦s. Forma parte de la asamblea popular, y considera que la presencia de miles de personas en el centro de Madrid debe hacer reaccionar a los representantes pol¨ªticos: "Esto es hist¨®rico. Que miles de personas salgan a la calle es algo muy positivo. Tenemos que convencer, y no hacer las cosas por la fuerza. Por eso la educaci¨®n es muy importante", explicaba ayer, a la cabeza de la columna de Legan¨¦s durante la mayor parte de las cinco horas que dur¨® el trayecto.
Jos¨¦ Aurelio Fuentes es de M¨®stoles, y se uni¨® a la marcha a la altura de Carabanchel: "Esta es la ¨²nica forma que tenemos de conseguir que haya cambios en la econom¨ªa y en los contratos laborales. Hay que movilizarse, pero siempre de forma pac¨ªfica", explicaba este hombre. Coincid¨ªa con Wilson, un colombiano que vive en Espa?a y que se siente espa?ol: "Tenemos que ser como Mandela o Gandhi. Con la violencia no se consigue nada", explicaba ante la atenta mirada de varios viandantes que miraban pasar a los miles de indignados.
Mari Cruz, muy cerca de Atocha, confer¨ªa mucha importancia al papel de los medios de comunicaci¨®n en el desarrollo de la protesta: "Son los que tienen que apoyarnos, para que los que mandan se convenzan de que hay que hacer cambios, pero cambios que mejoren la vida de los trabajadores, y no al rev¨¦s".
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