Primera medida contra la violencia
La primera medida que Bildu ha tomado a favor de su particular concepci¨®n de "ausencia de todo tipo de violencia" es prohibir mediante una circular de la alcaldesa de Andoain la entrada de los escoltas de los concejales amenazados en el Ayuntamiento. La alcaldesa, por dem¨¢s, demuestra una concepci¨®n de su autoridad ilimitada, pues no s¨®lo restringe la entrada de los guardaespaldas en la casa consistorial, sino en cualquier lugar p¨²blico dependiente del Ayuntamiento.
Si alg¨²n sitio recoge la sensibilidad de la izquierda por el sufrimiento padecido ese es Andoain, y a los cinco d¨ªas de acceso al poder de la nueva alcaldesa resulta un insulto, y no una argumentaci¨®n, declarar que la presencia de agentes "armados ven¨ªa generando inseguridad" dentro del Ayuntamiento, y que "no puede ser que haya ciudadanos que se sientan cohibidos a la hora de ir por la presencia de guardaespaldas". Parece ser que en Andoain, como en cualquier otra parte, ETA no ha asesinado a nadie. Es como si "aqu¨ª no hubiese pasado nada", pero, por el contrario, sigue sirviendo para entronizar un proyecto pol¨ªtico que se ha servido, y se sirve, del terror. Supongo que es terror lo que hoy padecen los concejales amenazados, no s¨®lo los de Andoain, sino Carlos Garc¨ªa en Elorrio. En el fondo, todos los que no comulgamos con la Euskal Herria nacionalista lo sentimos de nuevo ante la dimensi¨®n del gesto de la alcaldesa de Andoain. Porque, adem¨¢s, la inicial y espont¨¢nea indiferencia del PNV da miedo.
Que la justicia no debe ser ciega ya nos los explic¨® hace a?os Juan Alberto Belloch cuando ejerc¨ªa de juez progre en Bilbao. Lo que no nos dijo, porque no era necesario, es que no ten¨ªa que ser irresponsable. El Tribunal Constitucional acaba de cometer una irresponsabilidad no por permitir el ejercicio de un derecho fundamental a unas personas, sino porque, al autorizarlo, se lo empezaba a arrebatar al resto de los ciudadanos. ?Acaso hac¨ªa tanto tiempo los hoy legalizados no jaleaban a una banda terrorista? ?Acaso los hoy legalizados dieron muestras de condolencia por el asesinato de sus convecinos no nacionalistas, incluido el jefe de la polic¨ªa municipal? ?Acaso condenaron o rechazaron el pasado de ETA? El que no rompe con la referencia determinante de su pasado no s¨®lo no rompe con ella, sino que la confirma.
Pero no es s¨®lo la irresponsabilidad de un Constitucional, pues no va solo por la vida; es fruto de una corriente de pensamiento pragm¨¢tica hasta el absurdo, nada "buenista", que observa el comportamiento de determinados sectores sociales con actitud proclive, que concede la discriminaci¨®n positiva necesaria para que a continuaci¨®n ejerzan la limitaci¨®n de la libertad del resto de los ciudadanos. Lo de Andoain, Lasarte y Elorrio no es anecd¨®tico. Vimos positivo lo insuficiente y acabamos aceptando lo inaceptable. El enterramiento de ETA se est¨¢ haciendo en falso.
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