Acampada ante la casa de Abdul
Decenas de indignados del 15-M se concentran junto a un centenar de vecinos de la Ca?ada Real para tratar de evitar el derribo de la vivienda de una familia
"De la Ca?ada no me muevo, todo el dinero que he ganado lo he invertido en esta casa", asegura Abdul Ghailan cabizbajo, con la cara desencajada por la incertidumbre, el cansancio y el sol. Como una pesadilla que se repite una y otra vez, vuelve a verse las caras, casi cuatro a?os despu¨¦s, con el expediente de derribo que planea sobre su casa.
En octubre de 2007 la batalla la gan¨® el Ayuntamiento de Madrid pero Abdul, incansable, cumpli¨® su palabra de no moverse y volvi¨® a levantar la vivienda. Tras la demolici¨®n, los vecinos recaudaron 7.000 euros para sufragar los materiales y cerca de 40 voluntarios trabajaron en la reconstrucci¨®n. "Todo el mundo colabor¨®, el que pudo puso dinero y el que no, puso mano de obra", recuerda un vecino que ayer volvi¨® a concentrarse contra la amenaza de la piqueta.
Este marroqu¨ª de 33 a?os vive desde 2004 en una vivienda situada en el sector 5 de la Ca?ada Real, en una zona cercana al metro de Rivas-Urbanizaciones, junto a su mujer y sus hijos de 7 y 4 a?os. "Se la compr¨¦ a un espa?ol por 20.000 euros", dice. Todas las construcciones que se yerguen en este sector del poblado (unas 800, seg¨²n el censo del Ayuntamiento de Rivas) son ilegales. Ghailan no entiende por qu¨¦ el Consistorio pretende tirar su casa abajo otra vez y considera "injusto" que pretendan echarlo a ¨¦l cuando en toda la Ca?ada residen de forma ilegal entre 25.000 y 40.000 personas.
Un centenar de vecinos de Abdul y una treintena de personas vinculadas al Movimiento 15-M y a la acampada itinerante que el lunes se instal¨® en la plaza de la Constituci¨®n de Rivas, se concentraron ayer por la tarde frente a la casa de Ghailan, un edificio de dos plantas de color salm¨®n al que se accede por una pista sin asfaltar. All¨ª permanec¨ªan al cierre de esta edici¨®n ante el riesgo de que, como ocurri¨® el martes en otra vivienda del poblado, la pala municipal llegara de madrugada a cumplir la orden judicial de demolici¨®n. Si el derribo no se produce ma?ana avanzan que el domingo por la noche volver¨¢n a acampar ante la casa.
Los indignados, en su mayor¨ªa componentes de la asamblea de Rivas, difundieron la convocatoria a trav¨¦s de los canales de informaci¨®n del 15-M -redes sociales y correos de las asambleas de cada barrio-. La parroquia de San Carlos Borromeo tambi¨¦n extendi¨® el mensaje.
Los simpatizantes del movimiento de protesta pronto dejaron su impronta en la casa. A una gran pancarta con el lema No a los derribos. Soluci¨®n para todos, en castellano y en ¨¢rabe, situada ya a las puertas del edificio, sumaron la disposici¨®n adicional primera de la Ley de la Ca?ada Real Galiana, que la Asamblea de Madrid aprob¨® en marzo, sobre una de las paredes de la vivienda. Este p¨¢rrafo se?ala que las Administraciones acordar¨¢n con los afectados "representados por asociaciones acreditadas" todas las cuestiones derivadas de la "ocupaci¨®n, desafecta-ci¨®n y destino de los terrenos" de este poblado. Un compromiso que no se ha cumplido en el caso de Ghailan, afirma Javier Rubio, un abogado que colabora desinteresadamente con los habitantes del asentamiento.
"El poblado vivi¨® un boom a finales de los noventa por el incremento de la inmigraci¨®n, la escalada en el precio de la vivienda y el hecho de que durante 30 a?os la Ca?ada hubiese estado tolerada por las Administraciones", explica Rubio. Aunque las construcciones son ilegales los habitantes del poblado est¨¢n empadronados y el Ayuntamiento cobra a los propietarios el IBI. "Durante 10 a?os ha estado trabajando en la construcci¨®n. Levantando los pisos que compraban los espa?oles. Ahora no solo le tiran su casa sino que debe abonar los costes de la demolici¨®n", cuenta el abogado.
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