EE UU y China chocan con la UE por las emisiones de la aviaci¨®n
Washington y Pek¨ªn exigen que sus aerol¨ªneas queden fuera del control del di¨®xido de carbono - Bruselas se defiende: "Europa no funciona a base de amenazas"
Las insistentes peticiones de Estados Unidos y China, los dos principales emisores de gases de efecto invernadero, de que Bruselas exima a sus aviones de pagar por el exceso de gases que emitan en sus vuelos que entren o salgan de la Uni¨®n no har¨¢n flaquear a Europa. Washington ha vuelto a reclamarlo esta semana en Oslo, con palabras que han ca¨ªdo en saco roto. "La inclusi¨®n de la aviaci¨®n [en el r¨¦gimen de control de las emisiones] es ya derecho europeo", recordaba hace unos d¨ªas el presidente de la Comisi¨®n, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, que a?ad¨ªa: "No estamos pensando en cambiar nuestra legislaci¨®n".
EE UU ha recurrido a los tribunales y China ha amenazado con represalias contra la industria aeron¨¢utica europea. "Nos veremos en los tribunales", viene a decir con respecto a Washington la comisaria de Cambio Clim¨¢tico, Connie Hedegaard, que responde tambi¨¦n a China: "Europa no funciona a base de amenazas".
A partir de 2012, los aviones que pisen Europa pagar¨¢n por lo emitido
Los Veintisiete est¨¢n embarcados en un ambicioso plan contra el cambio clim¨¢tico. Su objetivo es reducir en un 20%, como m¨ªnimo, sus emisiones en 2020 con respecto a las de 1990. En ese plan, Bruselas incluye el CO2 emitido por los aviones y ha sometido a las m¨¢s de 4.000 compa?¨ªas de distinto porte que usan el espacio a¨¦reo europeo a un r¨¦gimen de quien contamina paga que suscita resistencias, aunque ninguna con la virulencia de EE UU y China, seg¨²n fuentes comunitarias.
La UE dio un plazo a la Organizaci¨®n de la Aviaci¨®n Civil Internacional (OACI) para que se regulasen las emisiones. Como la OACI no avanzaba, la UE aprob¨® una directiva en 2008. La norma, vigente desde 2009 y aplicable a partir del 1 de enero de 2012, fija par¨¢metros de emisiones a partir de un promedio hist¨®rico (trienio 2004-2006) de 219,5 millones de toneladas. Para 2012 la emisi¨®n permitida ser¨¢ de casi 213 millones y para 2013, de 208,5 millones. Las emisiones de la aviaci¨®n se han casi doblado desde 1990 y suponen el 2% del total. De ah¨ª el empe?o comunitario de abordar el asunto sin contemplaciones.
El reparto de derechos ser¨¢ proporcional al historial de las compa?¨ªas y el grueso de esas cantidades (el 82% en 2012) se podr¨¢ emitir gratuitamente. Por el resto habr¨¢ que pagar unas cantidades en derechos de emisi¨®n que fluct¨²an conforme al mercado: lo que esta semana hubiese costado 14 euros por tonelada, la semana pasada estaba a 16. Hedegaard calcula que un vuelo internacional puede suponer ocho euros por pasajero. El Observatorio de Sostenibilidad de la Aviaci¨®n, adscrito a Fomento, calcul¨® en 2009 que las empresas espa?olas pagar¨ªan 70 millones al a?o en derechos.
Estados Unidos y la UE se han vuelto a ver las caras esta semana en Oslo en un comit¨¦ conjunto bilateral para tratar cuestiones de transportes y movilidad. La parte americana cuestion¨® los fundamentos legales y hasta pol¨ªticos del plan europeo, aleg¨® extraterritorialidad, dijo que no fue consultada y reclam¨® sin m¨¢s la exclusi¨®n de sus compa?¨ªas de esta obligaci¨®n. Tres de ellas y la propia Administraci¨®n Federal de Aviaci¨®n han buscado el amparo del tribunal europeo de Luxemburgo, que el pr¨®ximo 5 de julio celebrar¨¢ una vista.
"Aplicamos nuestra legislaci¨®n a compa?¨ªas y no a Estados y actuamos de acuerdo con el Convenio de Chicago y a la OACI", dice Isaac Valero, portavoz de Hedegaard, en alusi¨®n a la carta magna de la aviaci¨®n: "Nuestros servicios legales est¨¢n seguros de que actuamos conforme al derecho internacional". Valero a?ade: "La directiva contiene una cl¨¢usula de medidas equivalentes, de modo que si EE UU introduce sistemas semejantes de reducci¨®n de emisiones, sus compa?¨ªas podr¨ªan quedar eximidas del sistema comunitario. Es su ¨²nica opci¨®n".
Las aerol¨ªneas y los fabricantes de aviones y motores buscan formas para ahorrar. Boeing ya ha realizado un vuelo transatl¨¢ntico con biocarburantes. Otra opci¨®n es reducir la velocidad. Seg¨²n Iberia, un Airbus A340/300 que une Madrid y Nueva York a 745 kil¨®metros por hora, puede reducir esa velocidad a 735 y ahorrar dos toneladas de CO2. El viaje se alarga en cinco minutos.
Pedir a EE UU contenci¨®n en el consumo de energ¨ªa es un imposible. Barack Obama apenas logra avanzar en las medidas contra el cambio clim¨¢tico. "Durante a?os hemos tratado de llegar a un acuerdo, pero ante la evidente falta de voluntad de compromiso la UE decidi¨® incluir la aviaci¨®n", explica el portavoz de Hedegaard. "Y si se incluyen las compa?¨ªas a¨¦reas han de ser todas, porque de lo contrario se distorsionar¨ªa el mercado en detrimento de las europeas".
El plan tampoco agrada a las firmas europeas o a los grandes fabricantes. Representantes de ambos grupos han hecho llegar a la Comisi¨®n su inquietud (potencial reducci¨®n de demanda, represalias de americanos y chinos que dejar¨ªan de comprar aviones europeos, como el Airbus), pero tampoco han hecho temblar al Ejecutivo comunitario.
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