Ganas de bailar en Rochefort
El m¨ªtico musical con Catherine Deneuve y su hermana celebra 45 a?os de felicidad en la villa francesa
Cuando en la primavera de 1966 Jacques Demy escogi¨® Rochefort como lugar de rodaje y a la vez protagonista de la comedia musical que ten¨ªa en mente, no era consciente de lo que estaba haciendo con esta ciudad. En realidad, Jacques Demy ten¨ªa previsto ambientar la acci¨®n en Avi?¨®n o en Hy¨¨res, pero no lo ve¨ªa claro, pues precisaba de un transbordador y de una gran plaza en la que poder desplegar coreograf¨ªas que acabar¨ªan entrando en la historia del cine en color.
Con el fin de la II Guerra Mundial y desde el cierre de su arsenal, Rochefort estaba sumida en el tedio y comercialmente estancada. Hab¨ªa perdido el prestigio que su patrimonio mar¨ªtimo le hab¨ªa otorgado en otras ¨¦pocas y el turismo era un sue?o imposible. Y en mayo de 1966 lleg¨® Demy y mand¨® bailar.
Dos hermanas m¨ªticas
Ahora se celebran los 45 a?os del rodaje de Las se?oritas de Rochefort, cl¨¢sico de la comedia musical. La ciudad se vuelca con el aniversario y la revisi¨®n de una pel¨ªcula c¨¦lebre por varios motivos. La protagonizaron Catherine Deneuve y Fran?oise Dorleac, hermanas en la ficci¨®n y en la realidad. Tienen 17 y 18 a?os y sue?an con el hombre perfecto que las rescate de la vida provinciana para llegar a Par¨ªs y triunfar como artistas. Solange (Dorleac) imparte clases de piano, y Delphine (Deneuve), de baile. Es verano. Todo pesa en el aire hasta que de pronto irrumpe en la ciudad una compa?¨ªa de baile para organizar una feria durante un fin de semana. A la cabeza, los bailarines Etienne (George Chakiris) y Hill (Groover Dale), que, al ver a las hermanas, desear¨¢n contratarlas... y todo lo dem¨¢s.
Con Las se?oritas de Rochefort Demy quiso homenajear a los grandes musicales americanos, de ah¨ª las referencias a Cantando bajo la lluvia o West Side Story. Tuvo ¨¦xito: estuvo propuesta a los ?scar en 1969 por la mejor banda sonora, mejor m¨²sica (Michel Legrand) y mejor musical; recibi¨® el premio Max Ophuls en 1967 y, con el tiempo, devino pel¨ªcula de culto. La ilusi¨®n que transmite se vio truncada un a?o despu¨¦s, cuando la bell¨ªsima Fran?oise Dorleac muri¨® con 25 a?os en un accidente de tr¨¢fico.
El 45? aniversario del surrealista mundo que transmite Demy se une con el 20? aniversario de la muerte del director en 1990, representante de la nouvelle vague, natural de Pontch?teau y h¨¦roe en esta regi¨®n. En ¨¦poca de crisis, cualquier excusa es buena para reivindicar su optimismo.
Hoy d¨ªa Rochefort es una ciudad entregada a una pel¨ªcula patrimonio de su memoria colectiva. Conserva encanto mar¨ªtimo en su herencia arquitect¨®nica y, por supuesto, en sus ostras, ese molusco de sabor palpitante.
Para los incondicionales del universo Demy, Rochefort es un estudio al aire libre, un luminoso plat¨®. Perviven localizaciones ineludibles. La primera de ellas es el puente transbordador que encandil¨® a Demy y que hace reconocible a la ciudad. Es el ¨²ltimo transbordador que funciona en Francia. Sobre ¨¦l arranca la pel¨ªcula con la primera coreograf¨ªa de Norman Maen y en ¨¦l llegan hoy muchos veraneantes, a pie o en bicicleta, dispuestos a cruzar el r¨ªo Charente. Obra de Ferdinand Arnodin de 1900, se hermana con el transbordador de Portugalete (Bilbao) y es un ejemplo de la conservaci¨®n del patrimonio en Francia. Solo cuesta 2,20 euros y, como curiosidad, no tiene horarios: funciona cuando se le requiere, por lo que nunca se llega tarde.
La plaza Colbert sigue siendo el centro de la ciudad. Aseada y din¨¢mica, es irreprochable en cuanto a prestaciones; aqu¨ª la ciudad alcanza voltaje, pues absorbe a la poblaci¨®n como le viene en gana. A Demy le fascin¨® que en la plaza no hubiera cables el¨¦ctricos; su ausencia proporcion¨® un escenario para las coreograf¨ªas a¨²n m¨¢s di¨¢fano.
En el ayuntamiento, las ventanas del apartamento de Solange y Delphine son hoy las del despacho del alcalde. Haciendo uso de mano izquierda, es posible que le dejen entrar donde las hermanas Garnier impart¨ªan sus lecciones. Sigue el mismo suelo y los inconfundibles marcos de las ventanas. S¨ª, dan ganas de volver a 1966 y matricularse con la profesora Solange...
A un lado de la plaza resiste el bar que regenta la madre de las chicas protagonistas. Se acaba de remodelar y, en una jugada maestra, recupera id¨¦ntica decoraci¨®n, lo que deleitar¨¢ a los amantes del vintage. Si un marinero rom¨¢ntico se acerca a su mesa y le pregunta por el ideal femenino, no se asuste: es Maxence (Jacques Perrin), que sigue buscando por el mundo lo que no est¨¢ escrito.
Paseando descubrir¨¢ esquinas y calles como la Rue Latouche o la Rue Chanze en las que bailaba Andy (?Gene Kelly!). En el edificio de la Bourse (Rue de l'Arsenal esquina a Charles De Gaulle) ya no est¨¢ Messieur Dame (el gran Michel Piccoli) vendiendo pianos. Se ha convertido en mercado y son los pescaderos quienes ponen precio a sus caprichos con sabor a mar.
Tres imprescindibles
Una vez en Rochefort, el viajero har¨¢ bien en exprimirla con tres visitas imprescindibles. Primero, la Corderie Royale, un museo que cautiva al instante. Herencia del siglo de Luis XIV y obra maestra de la arquitectura preindustrial, en este prolongad¨ªsimo edificio se fabricaban los cordajes necesarios para los barcos de vela.
En el mismo Arsenal se halla un buen complemento: el Museo Nacional de la Marina, emplazado en un antiguo hotel particular, que conserva charme y atm¨®sfera art d¨¦co. Todos los modelos imaginables de maquetas de barcos se exponen como reliquias, incluso aquella en la que se inspir¨® Julio Verne para su m¨ªtico Nautilus.
Y de los barcos peque?os a algo muy grande: la Casa de Pierre Loti (Rochefort, 1850-Hendaya, 1923), fascinante figura literaria. Escritor, viajero, oficial de la marina francesa y eterno disconforme. Conoci¨® mundo y public¨® un sinf¨ªn de novelas (algunas milagrosamente rescatadas y traducidas en Espa?a en editoriales como Abraxas, Ola?eta o Laertes), siempre embrujado por el exotismo y el deseo de detener el tiempo, obsesionado en la misi¨®n imposible de fraccionar la felicidad y conservarla. Para ello se esforz¨® en recomponer en su casa los ambientes de aquellos lugares en los que fue feliz para seguir si¨¦ndolo en todo momento. ?Qui¨¦n dijo que no es posible?
? Use Lahoz es autor de la novela La estaci¨®n perdida (Alfaguara)
Gu¨ªa
Informaci¨®n
? Turismo de Rochefort (www.rochefort-ocean.com).
C¨®mo llegar
? Rochefort est¨¢ a unas cuatro horas en coche de Par¨ªs y San Sebasti¨¢n, entre Burdeos y Poitiers.
? Elipsos (www.elipsos.com) gestiona un tren-hotel nocturno de Madrid (Chamart¨ªn) a Poitiers, por unos 250 euros (hay ofertas).
Visitas
? Corderie Royale, Centro Internacional del Mar (00 33 546 87 01 90; www.corderie-royale.com).
? Maison Pierre Loti (00 33 546 82 91 90). Rue Pierre Loti, 141. Conviene reservar.
? Museo de la Marina (00 33 546 99 86 57). H?tel de Cheusses, plaza de la Galissonni¨¨re, 1.
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