La crisis golpea al ¨²ltimo tirano de Europa
Las dificultades econ¨®micas espolean las protestas contra el r¨¦gimen de Lukashenko - Rusia maniobra para adquirir activos valiosos de Bielorrusia
Las dificultades econ¨®micas se han convertido en una seria amenaza para el autoritario l¨ªder de Bielorrusia, Alexander Lukashenko. El dirigente populista, que lleg¨® al poder en 1994, tuvo sus ¨¦xitos: gracias al crudo barato que le suministraba Rusia, su principal aliado, pudo asegurar la estabilidad socioecon¨®mica del pa¨ªs. Con astucia campesina, utiliz¨® su posici¨®n geoestrat¨¦gica en Europa central para aprovechar la rivalidad entre Rusia y Occidente.
Pero la formula m¨¢gica del r¨¦gimen se esfum¨® el 19 de diciembre, cuando las fuerzas antidisturbios apalearon a los manifestantes que salieron por decenas de miles a protestar por el fraude en los comicios presidenciales. Hubo centenares de detenciones. De los nueve candidatos que desafiaban a Lukashenko, cinco han sido condenados a penas de entre seis y dos a?os de c¨¢rcel y, de ellos, tres permanecen en prisi¨®n. Un sexto candidato, encausado, ha huido. Valiantsin Stef¨¢novic, del centro de derechos humanos Viasn¨¢, asegura que 31 personas est¨¢n encarceladas a¨²n a ra¨ªz de los sucesos de diciembre.
Pese a la represi¨®n, los j¨®venes protestan en silencio todos los mi¨¦rcoles
La divisa se devalu¨® m¨¢s del 50% en mayo y los precios se han disparado
Bruselas, que incluy¨® a Bielorrusia en la Asociaci¨®n Oriental, ha dado la espalda a Lukashenko y le ha impuesto sanciones. Cerca de 180 funcionarios bielorrusos, incluido el presidente, la jefa de la Comisi¨®n Electoral Central, y el ministro de Informaci¨®n han sido vetados en la UE. El pasado lunes, las sanciones se extendieron a tres empresas de allegados del presidente, una de ellas relacionada con la venta de armas y otra con las loter¨ªas, que son controladas por Dmitri Lukashenko, uno de los tres hijos del l¨ªder. Otro hijo, V¨ªctor, controla los servicios de seguridad y cuerpos armados.
Rusia aprovecha los apuros del bielorruso para tratar de adquirir los activos valiosos del pa¨ªs, como Beloruskali -una de las principales f¨¢bricas de abonos de potasio del mundo- o el 50% de la red de oleoductos de Beltransneft (la otra mitad pertenece ya a la rusa Gazprom).
Desoyendo los consejos de devaluar la moneda, Lukashenko se empe?¨® antes de las elecciones en que sus ciudadanos tuvieran sueldos equivalentes a 300 y hasta 500 d¨®lares al mes, no sustentados por la econom¨ªa real, dice Alexandr Alesin, del semanario Belorussii i Rinok.
Despu¨¦s, todo se precipit¨®. Los bielorrusos trataron de salvar sus conejitos (nombre popular de los rublos bielorrusos) comprando divisas y bienes de larga duraci¨®n. As¨ª se agotaron los d¨®lares y los electrodom¨¦sticos. En mayo, el Banco Central tuvo que dejar devaluar la moneda en m¨¢s de un 50%. El euro, que se cambiaba a 4.000 rublos bielorrusos en diciembre, se cotiza ahora oficialmente a 7.220, y en el floreciente mercado negro, a m¨¢s de 8.500. El d¨®lar se compra a 6.500 rublos en el mercado negro.
Los bielorrusos no han superado el golpe. Los precios de los bienes de consumo se han disparado muy por encima de las magras compensaciones salariales decretadas por el r¨¦gimen. "Se acab¨® plantar flores en la dacha [casa de campo]. Este a?o, solo hortalizas", dice una jubilada con una pensi¨®n mensual de 740.000 rublos.
Los ciudadanos est¨¢n irritados. "Seguro que ese cartel es lo ¨²nico que mantiene el precio antiguo", comenta con sorna un cliente se?alando un retrato de Lukashenko, expuesto en una papeler¨ªa de Minsk. En los supermercados, habitualmente bien surtidos, las existencias se han reducido y se venden sobre todo productos nacionales. En las oficinas de cambio, no hay divisas y los peque?os empresarios cierran sus negocios, al no poder importar y al ser obligados a mantener precios por debajo de los costes, se?ala un analista.
Las reservas de oro y divisas de Bielorrusia han menguado un 28,6% desde enero y suponen unos 3.590 millones de d¨®lares; la deuda exterior supera los 31.000 millones de d¨®lares, seg¨²n Boris Zheliba. En un art¨ªculo en el peri¨®dico Nar¨®dnaya Volia, este economista calcula que para estabilizar la econom¨ªa se necesitan entre 10.000 millones y 12.000 millones de d¨®lares. Lukashenko los busca con desesperaci¨®n. La semana pasada, la Comunidad Econ¨®mica Euroasi¨¢tica (grupo de pa¨ªses liderados por Rusia) transfiri¨® a Minsk un primer tramo de 800 millones d¨®lares de un cr¨¦dito de 3.000 millones. El cr¨¦dito est¨¢ condicionado a exigencias de Mosc¨², tales como privatizar los bienes del Estado.
Pese a la violencia de diciembre, los bielorrusos parecen tener cada vez menos miedo. Cada mi¨¦rcoles desde hace tres semanas, grupos de j¨®venes salen a la calle en silencio en diversas ciudades del pa¨ªs. Primero eran decenas, luego centenares y ahora ya son miles. Han sido convocados por redes sociales. No gritan, no llevan pancartas ni banderas, ni representan partidos. Se limitan a pasear y a desconcertar con aplausos a las fuerzas de seguridad, que el pasado mi¨¦rcoles practicaron en Minsk detenciones a discreci¨®n. Adem¨¢s, los automovilistas se han manifestado contra el alza del precio de la gasolina y los comerciantes lo han hecho en la frontera con Polonia contra las restricciones exportadoras.
Lukashenko amenaza con cerrar las fronteras y de nuevo tienta a Occidente. Refiri¨¦ndose a los presos pol¨ªticos, sugiri¨® que podr¨ªa liberarlos, si alguien se lo pide. Los problemas pueden exacerbarse en oto?o, cuando meng¨¹en los recursos de la poblaci¨®n. Quienes ven con simpat¨ªa las protestas espont¨¢neas de los j¨®venes temen que puedan sumarse a ellas los obreros de las grandes f¨¢bricas.
"Si Lukashenko mantiene a flote las grandes empresas como la f¨¢brica de autom¨®viles y la f¨¢brica de tractores de Minsk, donde hay plantillas de m¨¢s de 20.000 personas, se podr¨¢n evitar los cataclismos. Pero si estos obreros salen a la calle, no habr¨¢ ¨®rganos de seguridad ni aparato represivo que baste", dice Alesin. Y a?ade: "Mientras los precios del petr¨®leo sean altos, mal que bien este sistema continuar¨¢ existiendo, porque Rusia comprar¨¢ sus mercanc¨ªas".
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