Vida de Pablo

Narrativa. Como tantos otros poetas, Carlos Pardo (Madrid, 1975) ha decidido probar suerte en la novela y ha trasladado sus modos po¨¦ticos a la prosa con discretos resultados. Su debut se presenta con un t¨ªtulo sugestivo de resonancias cl¨¢sicas (uno piensa, por ejemplo, en el ap¨®stol Pablo de Tarso), pero el contenido es m¨¢s bien posmoderno: un relato desperdigado, sin norte ni centro de gravedad. Carlos, un narrador pr¨®ximo al autor, tiene el tenue prop¨®sito por lo que parece de escribir la biograf¨ªa de Pablo, un amigo pintor, pero todo queda reducido a un tanteo, pues la alborotada pluma como debe ser se larga por otros derroteros. Y en lugar de Pablo tenemos a Carlos al frente y a una pandilla de j¨®venes (o no tan j¨®venes) de vida precaria, econ¨®mica y sentimentalmente, que se refugian en el alcohol, la coca¨ªna y las conquistas sexuales, justificados, eso s¨ª, por su persistente afici¨®n al arte y la literatura. El fr¨¢gil impresionismo de la prosa, el trazo delgado y con pocos matices no permiten distinguir a cada personaje. Todos parecen estar a punto de huir. Incluso de la p¨¢gina impresa. Suerte que en el ¨²ltimo tercio surge la oportunidad de pulir la novela con p¨¢ginas de mayor firmeza. Carlos, en compa?¨ªa de Mar¨ªa Jes¨²s, la mujer con la que ha trabado una relaci¨®n m¨¢s duradera, y algunos compa?eros (pero precisamente sin Pablo, el supuesto biografiado) viajan a Lanzarote. Ah¨ª se genera una mayor ligaz¨®n de lugar y tiempo, se crea alguna firmeza en el trazado de los personajes y asoman reflexiones de cierto calado sobre la propia literatura o sobre la caducidad de la amistad (el narrador ha roto con su amigo inseparable Abraham). Ah¨ª se vislumbra la novela de formaci¨®n que pudo ser.