Reforma fiscal: floja y potente
Que Espa?a necesita una buena reforma fiscal lo dicen todos los organismos internacionales, pero a la larga, esta no es la que requiere la econom¨ªa espa?ola
No hay nada seguro en esta vida, salvo la muerte y los impuestos, dec¨ªa Benjamin Franklin. Habr¨¢ que dejar la muerte para otro d¨ªa, porque de lo contrario el periodismo acaba convertido en una escoba voladora. Y quedarse en esos impuestos que, por seguir con aquel pol¨ªtico norteamericano, son una de las grandes razones por las que Estados Unidos se independiz¨® del Reino Unido: hay pocas cosas que levanten m¨¢s pasiones desde el punto de vista ideol¨®gico, que es otra manera de decir desde el punto de vista pol¨ªtico, que a su vez es otra forma de hablar del mundo y sus monarqu¨ªas.
Los impuestos, en fin: Espa?a necesita una reforma fiscal como el comer. Por un buen pu?ado de razones. Una: la presi¨®n fiscal (la relaci¨®n entre ingresos tributarios y PIB, que es la forma can¨®nica de comparar entre pa¨ªses) est¨¢ cuatro puntos por debajo de la media europea, a la altura de varios pa¨ªses del Este y lejos de los grandes pa¨ªses europeos y no digamos ya de los escandinavos; no, con los datos en la mano Espa?a no es un infierno fiscal, a pesar de la propaganda. Dos: el Estado del bienestar espa?ol redistribuye poco, seg¨²n el FMI, la OCDE, la Comisi¨®n Europea y cualquier instituci¨®n que tenga un pu?ado de economistas decentes que no se hayan empachado de ideolog¨ªa y de dinero procedente de los lobbies (y no son pocos) que llevan d¨¦cadas luchando contra los impuestos bas¨¢ndose en la ciencia que hace medio siglo qued¨® consagrada en una servilleta de c¨®ctel (as¨ª, tal cual: busquen por ah¨ª la famosa curva de Laffer, uno de los mayores gatos por liebre de la historia econ¨®mica). Tres: Espa?a tiene un agujero end¨¦mico por el lado fiscal, con un abultado d¨¦ficit estructural (el agujero en las cuentas p¨²blicas independientemente de que la econom¨ªa vaya bien o mal) y una deuda p¨²blica que supera el 100% del PIB. Cuatro: cuando llegue una crisis, la econom¨ªa espa?ola necesitar¨¢ colchones fiscales, y est¨¢ tan claro que esos colchones no son ahora todo lo mullidos que deber¨ªan como que, y esto es seguro, un d¨ªa nos daremos de bruces con una buena crisis. Y cinco: vamos con retraso en los impuestos verdes, esenciales para mitigar los efectos del cambio clim¨¢tico, al igual que el mundo lleva lustros de retraso en gravar a las multinacionales, especialmente a las tecnol¨®gicas, que acaban de desembarcar en la Casa Blanca (lo que hace a¨²n menos probable que eso termine llegando; cortes¨ªas de la era Trump-Musk).
Que Espa?a necesita una buena reforma fiscal lo dicen, en fin, todos los organismos internacionales. Y en casa lo subrayaron la veintena de expertos espa?oles de primer nivel que hace unos a?os escribieron un mamotreto (Libro Blanco sobre la reforma tributaria) de casi 800 p¨¢ginas por encargo del Gobierno. Ese tama?o lo hace ideal como posavasos en el Ministerio de Hacienda, que lo public¨® all¨¢ por 2022.
Ese novel¨®n duerme el sue?o de los justos. Porque el apa?o que ha logrado sacar adelante el Ejecutivo no se parece pr¨¢cticamente en nada a la que ped¨ªan esos expertos: para tener sobre la mesa una verdadera reforma fiscal habr¨ªa que retocar a conciencia el IVA y el IRPF, las dos grandes figuras tributarias, adem¨¢s de la fiscalidad verde. Y no hay consenso para tanto.
En realidad no hay consenso para casi nada. Y eso convierte en floja esta reforma fiscal desde el punto de vista t¨¦cnico, pero a la vez le da quilates desde el punto de vista pol¨ªtico. En plata: la pseudorreforma aprobada ayer en el Congreso recorre apenas unos metros en la direcci¨®n correcta, cuando la carrera son los dif¨ªciles 400 vallas. A cambio, tampoco da un solo paso atr¨¢s. A pesar de los pesares.
La reforma establece un tipo m¨ªnimo del 15% para las multinacionales, como exig¨ªa Bruselas. Elimina el fraude multimillonario en los hidrocarburos. Remienda la fallida reforma del Impuesto de Sociedades que hizo el Gobierno de Rajoy. Sube el impuesto sobre las rentas del capital, y los impuestos al tabaco y al vapeo. Se quedan fuera la subida del IVA de los apartamentos tur¨ªsticos, las subidas fiscales a las sociedades de inversi¨®n inmobiliaria (socimis), a los seguros, al di¨¦sel y el nuevo impuesto a los bienes de lujo. Y se diluyen los impuestos a las energ¨¦ticas y a la banca para regocijo de las patronales, bancos, grupos energ¨¦ticos y dem¨¢s lobistas, que han usado todo tipo de ardides en plena negociaci¨®n. Pero al menos se mantienen.
Los partidos sacan adelante de esa manera una reforma que queda alicorta desde el punto de vista t¨¦cnico. Pero que a la vez es un avance notable desde el punto de vista pol¨ªtico. Por las dificultades asociadas a la aritm¨¦tica parlamentaria y a la feroz polarizaci¨®n de la pol¨ªtica espa?ola, que convierte cada propuesta legislativa en algo a medio camino entre una agon¨ªa ca¨®tica y una ca¨®tica agon¨ªa. Y porque se?ala el camino de los Presupuestos y de una legislatura que tiene pinta ¡ªlo m¨¢s seguro es que qui¨¦n sabe, dice el refr¨¢n caribe?o¡ª de ser larga.
Espa?a sale del paso con ese paquete lleno de retales, parches, emplastos y remiendos. En principio, eso ser¨¢ suficiente para dejar atr¨¢s la multa de Bruselas al subir el tipo m¨ªnimo de las grandes empresas. Veremos si lo ser¨¢ tambi¨¦n para liberar el quinto tramo de los fondos europeos, m¨¢s de 7.000 millones extra. El Gobierno, adem¨¢s, tiene algo de colch¨®n fiscal porque la econom¨ªa crece al 3% y los ingresos van viento en popa. Pero a la corta, a pesar de los retales, de la no multa, del Next Generation y de ese colch¨®n, puede haber un agujero mayor del previsto en el d¨¦ficit de 2025.
Y a la larga queda esa sensaci¨®n de oportunidad perdida: esta no es la reforma fiscal que necesita la econom¨ªa espa?ola. A la larga, en fin, no hay nada seguro, salvo la muerte y los impuestos. Parafraseando a un expresidente de la Comisi¨®n Europea: en La Moncloa sab¨ªan lo que hab¨ªa que hacer, una aut¨¦ntica reforma tributaria; lo que no saben, ni en La Moncloa ni en todo el hemisferio occidental, es c¨®mo demonios pactarla, y sobre todo c¨®mo ganar las elecciones despu¨¦s de hacerlo y no morir en el intento.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.