A Cristina le sienta bien el negro
Nueve meses despu¨¦s de la muerte de N¨¦stor Kirchner, la presidenta de Argentina y candidata a la reelecci¨®n sigue vestida de luto pero cada d¨ªa acumula m¨¢s poder
Nueve meses despu¨¦s de la muerte de su marido, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner (CFK), de 58 a?os, sigue vistiendo de riguroso luto, una costumbre nada habitual en Argentina, donde es dif¨ªcil encontrar mujeres de negro en memoria de familiares fallecidos. Esa imagen de mujer afligida y las continuas menciones a ?l, es decir, a N¨¦stor Kirchner, no han sido ¨®bice para que la presidenta argentina haya ido acumulando, calladamente, durante estos meses, cada vez mayores cotas de poder, hasta el extremo de inquietar a la c¨²pula de su propio partido.
El PJ (Partido Justicialista) ha visto esta semana c¨®mo, por intervenci¨®n directa de CFK, un buen n¨²mero de peronistas tradicionales, sobre todo ligados al aparato en el gran cintur¨®n de Buenos Aires, era relegado a la hora de elaborar las listas para el Senado y C¨¢mara de Diputados, elecciones que tendr¨¢n lugar, junto a las presidenciales, el pr¨®ximo mes de octubre.
La creciente fuerza de CFK se debe a sus grandes expectativas de voto
El perfil de izquierda peronista que rodea a la presidenta inquieta a su partido
No reh¨²ye la pelea, pero ofrece una imagen m¨¢s suave que la de Kirchner
La idea de que act¨²a sin consultar a nadie se presenta como una virtud
Los grandes beneficiados han sido los j¨®venes vinculados al movimiento peronista de izquierda llamado La C¨¢mpora, que fund¨® el hijo de la presidenta, M¨¢ximo Kirchner, y que se instalaron en su entorno tras el fallecimiento de su esposo, como una especie de escudo protector.
Algunos de estos ambiciosos j¨®venes, economistas y abogados, muy bien representados por el ascendente Axel Kicillof, de 39 a?os, n¨²mero dos de las nacionalizadas Aerol¨ªneas Argentinas, han sido catapultados a puestos relevantes en empresas con participaci¨®n estatal o a organismos p¨²blicos y han logrado situarse bien en las listas electorales. Otros esperan encontrar su lugar en un nuevo Gobierno, donde la presidenta ya habr¨ªa hecho hueco convirtiendo a numerosos ministros en posibles parlamentarios. Es este creciente perfil de peronismo de izquierda ideol¨®gica que rodea a la presidenta lo que inquieta al PJ m¨¢s tradicional.
La creciente fuerza de CFK se debe, sin duda, a las grandes expectativas de voto que revelan los sondeos. Cristina Fern¨¢ndez, que antes de la muerte de Kirchner superaba por poco el 20%, subi¨® de golpe 20 puntos en esos d¨ªas y roza ahora la reelecci¨®n en primera vuelta, algo que paraliza cualquier gesto de disgusto por parte de sus correligionarios m¨¢s damnificados, incluidos los de la central peronista CGT, que solo han podido colocar a Facundo Moyano, hijo del gran jefe sindical.
Fern¨¢ndez ha cultivado una aureola de misterio y una mezcla de fragilidad y firmeza que, seg¨²n las encuestas, le ha dado excelentes resultados. Alent¨® las dudas sobre su deseo de presentarse a la reelecci¨®n: "?Acaso alguno me escuch¨® decir que voy a ir a la reelecci¨®n? No se hagan los rulos" (no se precipiten), asegur¨® a mediados de marzo. El 21 de junio, al anunciar su decisi¨®n, mantuvo sin pesta?ear: "Siempre supe lo que ten¨ªa que hacer".
La imagen de fragilidad no se debe solo a su aflicci¨®n personal, apreciable porque con frecuencia est¨¢ al borde las l¨¢grimas, sino tambi¨¦n a que la presidenta habla cada vez m¨¢s de s¨ª misma. CFK es una excelente oradora, como casi todos los senadores, porque en esa C¨¢mara no se permite leer textos preparados y hay que hablar, largo y tendido, con simples notas, pero en vida de su marido elud¨ªa las cuestiones personales. Ahora forman parte central de sus discursos. La presidenta se lleva mal con los medios de comunicaci¨®n, en bloque, no da conferencias de prensa ni entrevistas, ni acudir¨¢ a ning¨²n debate televisado como candidata presidencial, pero, en realidad, no para de hablar en televisi¨®n desde hace meses. Eso s¨ª, en escenarios en los que nunca tendr¨¢ que responder a una pregunta sino en los que parece rodeada de incondicionales que la vitorean.
Hace pocos d¨ªas, presentando la nueva legislaci¨®n antitabaco, inform¨® de que, en su juventud, hab¨ªa sufrido un aborto espont¨¢neo, que cre¨ªa provocado por ese h¨¢bito. En la presentaci¨®n oficial de quien le acompa?ar¨¢ como candidato a vicepresidente (el ministro de Econom¨ªa, Amado Boudou) pas¨® unos minutos comentando un incidente de d¨ªas antes, cuando tropez¨® y se hizo una peque?a brecha en la cabeza. "Aqu¨ª estamos, despu¨¦s del golpe, uno de los tantos que he sufrido y de los que me he recuperado, salvo de uno del que no me voy a recuperar jam¨¢s". La presidenta aludi¨® cr¨ªpticamente en dos ocasiones a ?l (su marido), como si le enviara se?ales. "Soy muy creyente. Son cosas que pasan", aclar¨®.
Nada de esto perjudica su popularidad, sino que, aparentemente, la incrementa y refuerza su poder. "El Gobierno de Cristina Fern¨¢ndez es caprichosamente personal", comenta James Neilson, exdirector del Buenos Aires Herald. En el entorno de la Casa Rosada parece, incluso, que les hace gracia. El d¨ªa de la designaci¨®n de Boudou, muchos aseguraban encantados que el propio interesado, sentado entre el p¨²blico, se hab¨ªa enterado al o¨ªr su nombre. La idea de que CFK act¨²a sin consultar ni dar explicaciones a nadie es presentada como una virtud.
Tampoco parecen perjudicarla en los sondeos los peque?os y frecuentes problemas de salud o emocionales que parece sufrir. La presidenta no fue a la toma de posesi¨®n de Dilma Rousseff, el 1 de enero de este a?o, "porque, afectada todav¨ªa por la muerte de su marido, quer¨ªa pasar ese d¨ªa con sus hijos". Ese mismo mes suspendi¨® un viaje a Cuba debido "a su reciente viudez". En abril fue la visita a M¨¦xico la que tuvo que suspenderse por problemas de "hipotensi¨®n"; en mayo comunic¨® que tampoco ir¨ªa a Paraguay porque "hac¨ªa mucho calor", el mismo motivo por el que no asisti¨® en junio, en Roma, al desfile militar al que estaba invitada. Unos d¨ªas m¨¢s tarde, el 17 de junio, viaj¨® a su casa particular, en Calafate, para pasar, seg¨²n explic¨® ella, "el primer D¨ªa del Padre sin ?l, acompa?ando a nuestro hijo" (M¨¢ximo tiene 34 a?os). El 29 del mismo mes suspendi¨® otro viaje a Asunci¨®n, donde deb¨ªa haber asistido a la cumbre de Mercosur, en un momento delicado de las relaciones comerciales con Brasil.
La presidenta puede tener una apariencia fr¨¢gil, pero lo que no ha perdido es el fuerte genio ni su empe?o por ganar, como sea, en la primera vuelta. El uso de la televisi¨®n estatal y de la publicidad oficial como maquinaria electoral es aplastante, desde hace meses y sin el menor recato. Enfadada por el maltrato que, seg¨²n ella, recibe en las televisiones privadas, usa, cada vez m¨¢s, la prerrogativa presidencial de obligarles a transmitir sus discursos ¨ªntegros "en cadena", ya sea para anunciar leyes antitabaco, su propia candidatura o planes para financiar televisiones de pantalla plana para todos los ciudadanos. Por el momento, ha empezado por ofrecer cr¨¦ditos baratos a los jubilados y personas que reciben ayudas sociales para que disfruten no solo del "f¨²tbol para todos", sino tambi¨¦n de la "LCD 32 pulgadas para todos".
Cristina Fern¨¢ndez no reh¨²ye la pelea, aunque intenta cultivar una imagen m¨¢s suave que la que tuvo N¨¦stor Kirchner, famoso por sus ataques de furia y su grueso vocabulario. Ella solo se muestra especialmente agresiva cuando se trata de la campa?a contra el principal grupo medi¨¢tico del pa¨ªs, el grupo Clar¨ªn, y, lo que es m¨¢s ins¨®lito, en los ataques contra su propietaria, Ernestina Noble, en relaci¨®n con el caso de sus hijos adoptivos. La presidenta dej¨® boquiabierto a m¨¢s de uno cuando en febrero de 2010 dijo en p¨²blico: "Nosotros s¨ª estamos seguros de nuestros hijos". Y en marzo volvi¨® con una desconcertante promesa: "Si no encontramos justicia en Argentina [pa¨ªs del que ella misma es la m¨¢xima mandataria] las voy a acompa?ar [a las Abuelas de Plaza de Mayo, en litigio con los Noble] a otros tribunales internacionales demandando tambi¨¦n justicia".
Estos d¨ªas, a ra¨ªz del esc¨¢ndalo por posible lavado de dinero negro que sacude a la Fundaci¨®n de las Madres de Plaza de Mayo, Cristina Fern¨¢ndez evita aparecer junto a Heb¨¦ de Bonafini, una de sus grandes protegidas y uno de los organismos utilizados, seg¨²n la oposici¨®n, para instrumentalizar la reivindicaci¨®n de los derechos humanos como si fuera objetivo exclusivo de la pol¨ªtica kirchnerista. Su candidato a vicepresidente, Amado Boudou, por el contrario, ha prestado su apoyo incondicional a las Madres, sin importarle lo incongruente de un ministro de Econom¨ªa en ejercicio apoyando a un grupo sospechoso de lavado de dinero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Hebe de Bonafini
- Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner
- N¨¦stor Kirchner
- Partido Justicialista
- Madres Plaza de Mayo
- Argentina
- Sudam¨¦rica
- Latinoam¨¦rica
- Am¨¦rica
- Gobierno
- Administraci¨®n Estado
- Administraci¨®n p¨²blica
- Derechos humanos
- Dictadura argentina
- Dictadura militar
- Dictadura
- Historia contempor¨¢nea
- Historia
- Pol¨ªtica
- Sociedad