"Los partidos est¨¢n obligados a consensuar nombres, no a imponerlos"
El vicepresidente del Tribunal Constitucional, Eugeni Gay, y los magistrados Elisa P¨¦rez Vega y Javier Delgado dimitieron el 13 de junio en un gesto sin precedentes en la historia de ese organismo porque hab¨ªan transcurrido seis meses desde que expirara su mandato y no se les hab¨ªa renovado. El m¨¢s contundente fue Gay, quien en su carta de renuncia dec¨ªa que el tribunal estaba "secuestrado", denunciaba que eso supone un flagrante incumplimiento de la Constituci¨®n y arremet¨ªa contra la incapacidad de PSOE y PP para ponerse de acuerdo a la hora de cubrir esas plazas y otra vacante desde hace m¨¢s de tres a?os por el fallecimiento del magistrado Roberto Garc¨ªa Calvo.
Pregunta. Las tres dimisiones no fueron aceptadas por el presidente, Pascual Sala, y dos semanas despu¨¦s todo sigue igual. ?Sirvi¨® para algo el gesto?
"Digo que el tribunal est¨¢ secuestrado porque no funciona como debiera"
"Mi renuncia no tiene nada que ver con las cr¨ªticas a la sentencia de Bildu"
Respuesta. La Constituci¨®n no es un texto sagrado, pero s¨ª de obligado cumplimiento. El ¨²nico tribunal predeterminado por la Constituci¨®n es el Tribunal Constitucional y la predeterminaci¨®n del juez es fundamental para la independencia del poder judicial y para el conocimiento de los ciudadanos de qui¨¦n y qu¨¦ ¨®rgano le va a juzgar. Los plazos legales del mandato de los magistrados tambi¨¦n est¨¢n absolutamente predeterminados. Imag¨ªnese que el presidente del Gobierno decidiera posponer las elecciones una vez acabada la legislatura por las razones que fueran. ?No se lo podr¨ªa creer nadie! Pues nadie debe creerse que esto debe ser posible con el Tribunal Constitucional, pero lo cierto es que ha ocurrido y se ha de enmendar.
P. La crisis del Constitucional se arrastra desde hace a?os, pero quiz¨¢s esas dimisiones la han hecho m¨¢s evidente.
R. Lamentablemente, no es la primera vez que el Tribunal Constitucional ha visto c¨®mo no se renovaba en tiempo y no es la primera vez que desde la presidencia se denuncia la situaci¨®n. Yo habl¨¦ de secuestro no porque el tribunal no siga siendo tribunal -del mismo modo que una persona que est¨¢ secuestrada no deja de ser persona-, sino porque no est¨¢ funcionando como debiera. El tribunal lo componen 12 magistrados, no 11, y llevamos m¨¢s de tres a?os siendo 11. Supongo que cada uno de nosotros debe de tener alguna importancia, y si no la tiene, da la sensaci¨®n de que el sistema de la instituci¨®n es muy d¨¦bil. Y esa es la sensaci¨®n que podemos tener mis compa?eros y yo que hemos presentado la renuncia. Una de las cosas m¨¢s dolorosas es que la ausencia de Garc¨ªa Calvo haya obtenido el silencio absoluto de la instituci¨®n que le nombr¨®, el Congreso, y que no se haya renovado en este tiempo.
P. PSOE y PP mostraron prop¨®sito de enmienda tras las dimisiones, pero no se ha concretado. ?Est¨¢ justificado el bloqueo por el veto a algunos nombres?
R. Yo tengo un gran respeto por todos los magistrados de los que se ha hablado. La obligaci¨®n de los partidos para dar cumplimiento a la ley es la de consensuar nombres, no imponerlos. La democracia se basa en el consenso y el derecho, como la pol¨ªtica; es el arte de las cosas buenas y justas.
P. ?Est¨¢ pidiendo al PP que sea m¨¢s flexible?
R. S¨ª, pero tambi¨¦n lo pido encarecidamente al PSOE. Una cosa puede ser el querer imponer y otra el empecinarse en no aceptar. Por tanto, hay que consensuar y eso es el Parlamento. Afortunadamente, la Constituci¨®n les obliga a ponerse de acuerdo, porque ese tercio de los magistrados ha de ser nombrado por una mayor¨ªa de tres quintos.
P. ?Cree, por tanto, que esta vez va en serio y que no se demorar¨¢ el pacto hasta despu¨¦s de las elecciones generales?
R. Conf¨ªo en que despu¨¦s de la renuncia no solo haya buenas palabras sino que se traduzcan en hechos. Hemos pasado una temporada realmente complicada. Se dice que el Tribunal Constitucional est¨¢ absolutamente politizado, pero lo que dir¨ªa es que al Constitucional se le politiza. Yo no he recibido ninguna presi¨®n pol¨ªtica directa, pero los medios de comunicaci¨®n est¨¢n diciendo constantemente qu¨¦ es lo que debemos hacer, unos en un sentido y otros en otro. Muchas veces, cuando vamos a poner la sentencia, ya ha sentenciado la opini¨®n p¨²blica.
P. ?Ha tenido que ver algo en su renuncia y la de Elisa P¨¦rez Vega las feroces cr¨ªticas que han recibido por votar a favor de la legalizaci¨®n de Bildu?
R. De ninguna manera. Lo niego rotunda y categ¨®ricamente. Adem¨¢s, yo hab¨ªa presentado la renuncia el 9 de noviembre, mucho antes de la sentencia y lo ven¨ªamos repitiendo hac¨ªa meses. En mi caso, adem¨¢s, me o¨ªan decir constantemente que ten¨ªa la sensaci¨®n de estar en un tribunal secuestrado y no en un tribunal predeterminado.
P. No le parece que visto el resultado de las elecciones municipales la sentencia de Bildu adquiere todav¨ªa m¨¢s importancia.
R. La imposici¨®n no es propia de los Estados democr¨¢ticos. Me opongo a cualquier idea que pretenda sustituir a los partidos pol¨ªticos, eso ya se ha experimentado a lo largo de la historia y yo me opongo a los partidos populistas y demag¨®gicos. Nunca se puede hacer demagogia sobre la exclusi¨®n de otros, algo que lamentablemente por primera vez ha ocurrido en estas elecciones. Jam¨¢s en democracia se puede hacer uso de la exclusi¨®n del diferente.
P. ?Qu¨¦ piensa del uso que se transmite a veces de la instrumentalizaci¨®n del Constitucional con fines partidistas?
R. Este tribunal no puede ser nunca una ¨²ltima c¨¢mara, es el m¨¢ximo int¨¦rprete de la Constituci¨®n. El Constitucional ha venido a ser el constituyente prorrogado, el que ha ido permitiendo el desarrollo del Estado de bienestar, auton¨®mico y de las libertades. Pero lo que no puede hacer el Tribunal Constitucional es pactar, hacer componendas. Cada uno tiene una responsabilidad como juez, responde a su conciencia jur¨ªdica y se permite la expresi¨®n del voto disidente a trav¨¦s de votos particulares. Nuestras sentencias obligan a todos los poderes p¨²blicos, son de obligado cumplimiento. Por eso me sorprende o¨ªr decir a algunos pol¨ªticos que acatan una sentencia pero no la respetan. Acatar una sentencia no tiene ning¨²n valor, porque no se puede hacer otra cosa. Se puede estar de acuerdo o no y se puede y se debe discrepar de las sentencias porque la cr¨ªtica sana y fundamentada es enriquecedora.
P. A veces parece que la composici¨®n del tribunal ya predetermina el sentido de la sentencia.
R. Esa sensaci¨®n se puede transmitir cuando no se es estricto con el cumplimiento de la ley y la Constituci¨®n. Yo puedo asegurarle que los magistrados del Tribunal Constitucional, a pesar de la impresi¨®n que se pueda dar, actuamos con absoluta libertad de criterio. Ojal¨¢ pudieran escucharse los debates que tenemos. Como dec¨ªa nuestro presidente, los magistrados no somos personas carentes de ideolog¨ªa ni m¨¢quinas a las que se les pone un problema matem¨¢tico para que den la soluci¨®n. El desarrollo del Derecho no puede estar hecho para encorsetar a los ciudadanos, sino para hacer hombres libres.
P. ?Debe modificarse la Constituci¨®n?
R. Creo que no, porque permite las aspiraciones y el encaje de la pluralidad de todos los pueblos de Espa?a. Llega muy, muy lejos, y es muy flexible, por lo que podr¨ªa seguir avanzando en derechos sociales, econ¨®micos o culturales.
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